El asedio a la ciudad de Homs, a pesar de su eventual sometimiento, por el gobierno de Damasco, puede constituirse en un punto de inflexión en la cuestión siria, ya que variaría de forma estratégica el curso de los acontecimientos en ese país. La compleja tesitura, hace que la disputa amague con transformarse en un conflicto, que en vez de estancarse, prosiga en el mismo lugar, hasta que uno de los dos bandos indefectiblemente caiga. Tal guerra de desgaste entre Bashar al Assad y sus enemigos, terminara por perjudicar mayormente al gobierno sirio, toda vez que por cada día que se extiende el sitio a Homs, en esa misma medida crece la amenaza de convertirse en un episodio simbólico, que consolide la fraccionada oposición siria.

Por su parte, en el plano externo es evidente que sirve de excusa para comprometer más a Washington, Londres, Paris y Berlín y a determinados gobiernos árabes y turco de la región, con el apoyo militar directo a grupos de la oposición., con lo cual la crisis se agravaría exponencialmente. Este último elemento es extremadamente peligroso, en razón de que si en lugar del legítimo accionar en la cuestión siria de la Liga Árabe como organización regional, países como Arabia Saudita y Qatar, deciden actuar unilateralmente entregando armas al Ejercito Libre de Siria. Tal giro en los acontecimientos supondría modificar y elevar el nivel de la controversia, al exacerbar su carácter sectario, ya que implica una toma militante de partido a favor de la población sunita de ese país., hecho este que colateralmente pone entre dicho el futuro respeto de los derechos humanos de las minorías drusas, cristianas, alawíes (chiitas) y kurdas en la Siria post-al Assad.

Por si fuera poco, la resistencia que suponga el bombardeo a Homs, de forma semejante terminará involucrando firmemente a la comunidad internacional, que de ahora en adelante, a despecho de lo que decida el Consejo de Seguridad de la ONU, exigirá desempeñar un papel más activo en la solución del conflicto, abroquelándose en la Asamblea General, para expresar multilateralmente de forma casi unánime, su repudio contra Damasco, rechazo este que se sincronizará diplomáticamente de forma bilateral, con la ruptura masiva de relaciones con el régimen de al Asad.

*Profesor Titular de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá.