Atlético, Valencia y Athletic, clasificados para los octavos de final de la Europa League
El Atlético avanza en la Europa Liga como jamás imaginó. Con rotaciones, perdonando goleadas, sin acordarse de los penaltis no pitados y sin sufrir ningún susto. Es lo que tiene haber salido bendecido de Roma y encontrarse en pleno ‘Cholismo Ilustrado’. Todo lo que propone le sale. No es casualidad que afronte una eliminatoria peligrosa pensando en el Barça, con Filipe, Arda, Tiago y Falcao en el banquillo. Cuesta abajo y contra un rival repleto de complejos pudo permitírselo. El Atlético está tan convencido de su nueva fe que la confianza le dio hasta para otorgar a Assunçao la posibilidad de recordar, sin éxito, tiempos mejores y de darse, además, el lujo de modificar sus laterales ‘brasileños’ por centrales al galope.
El Atlético es justo vencedor de esta eliminatoria porque es el único que ha hecho méritos por ganarla. Este emparejamiento pudo acabar con una diferencia escandalosa. Ahora se entiende el amago de dimisión del entrenador lazial. No es para menos. La culpa de tal desequilibrio habría que repartirla. Falcao hizo más méritos que nadie en la ida, Salvio en la vuelta y el Lazio siempre. El equipo italiano tiene más cartel que mimbres. Cualquier tiempo pasado fue mejor. Pero por encima de todo y de todos resalta la figura de Adrián, un delantero que habla poco y que juega mucho. Lástima que con un asesor de imagen, los pelos de punta o teñidos y un nombre acabado en ‘dinho’ le iría mejor. Cosas de modas. El asturiano lleva un 2012 mágico. Se emplea como si fuera el último en el que podrá demostrar su valía. Como si hubiera creído la teoría de los mayas. Gana todas las carreras, regala controles y regates sin esfuerzo y encara la portería rival flotando. Es un generador de fútbol que contagia al resto. Del Bosque debería tenerlo en algo más que en sus oraciones. En sus listas.
Entre ocasiones y penaltis
Fue precisamente Adrián el que más se empeñó en dar algo a cambio al Calderón a pesar de la escasa emoción. Lleva razón Filipe, lo mejor es que es una gran persona. Su sociedad con Salvio fue lo más destacado de la noche. Entre ellos fabricaron un balón a la madera y otro par de aproximaciones repletas de veneno. Sin un ‘nueve’ fijo como Falcao, la opción de varios mediapuntas es una alternativa caída del cielo merecedora de más ratos. A ellos se unió Juanfran en su regreso al extremo. El antiguo y futuro lateral se extramotivó para demostrar que tras el master avanzado de cómo defender, no se le ha olvidado desbordar. Él fue objeto de un penalti clamoroso de Días que aún a estas horas no se sabe por qué no se señaló. Quizás por mantener cierto interés por el partido o, casi seguro, por la falta de unanimidad entre el exceso de colegiados que pululan por la Europa Liga.
El primer tiempo pudo tener un resultado bien distinto al cosechado, pero los sobresaltos se reservaron al segundo. Godín fue el encargado de sentenciar, si no lo estaba ya, el pase a octavos con un cabezazo de libro tras un córner de Gabi. Después pudo llover algún tanto más. Entre otras cosas porque Koke se ha empeñado en no bajarse de la nube y porque la presión que ejerce el nuevo Atlético cuando pierde el balón es conmovedora. Ahora el equipo corre más y, sobre todo, mejor. Y de forma constante. Por eso, a pesar del resultado, Simeone metió a Arda y Falcao para que se tonificaran de cara a la Liga y ya de paso para desaconsejar al Lazio cualquier intento de sublevación a base de carambolas.
Ver para creer
Así, con media hora de pachanga por delante, cualquier atlético con el espíritu renovado trató de ensoñar el próximo once que rete al Barça el domingo. Y la mayoría, intuyo, coincidió en el análisis por encima de cada elección. Si Manzano tenía el serio problema partido tras partido de ‘a quién pongo’, el de Simeone ahora no es menor: ‘a quién quito’. Pocas veces se afrontó un duelo de tal calado con la convicción de que ya no sólo habrá que apelar a la casta y a una mala racha rival para tener opciones de triunfo. El talento actual da para que el Atlético mire a los ojos a cualquier contrincante. Los fichajes en ataque y el revulsivo en la dirección dan para pensar que la de esta noche no será la última alegría de la que pavonearse por Europa.
VALENCIA, 1 – STOKE CITY, 0
El Valencia ha solventado su eliminatoria de dieciseisavos de la Europa League tras imponerse (1-0) al Stoke City en el partido de vuelta en Mestalla, en un duelo sin brillo alguno, en el que los de Unai Emery se limitaron a cumplir el trámite ante un rival menor que basa todo en el músculo y el aspecto físico del juego.
Pasividad que concluyó cuando Jones obligó a Guaita a intervenir para evitar un gol cantado y, especialmente, cuando Jonas perforó las mallas de Sorensen a placer, tras una buena internada de Pablo Hernández en la que el extremo se fue de su par. De ahí al tiempo de descanso, los ‘chés’ adolecieron de falta de criterio con el balón y se limitaron a defenderse y a neutralizar las escasas escaramuzas ofensivas del Stoke City.
De vuelta al terreno de juego tras el paso por la caseta, apenas cambió el guión. Los británicos tenían sus mejores bazas en el clásico pelotazo y en los saques de banda ‘kilométricos’ de Delap. Mientras que los valencianistas tampoco eran capaces de trenzar jugada alguna, mermados por la lesión de Banega, la suplencia de Albelda y el desfonde físico de Parejo.
La entrada de Soldado por Jonas agudizó los males de los de Emery en la medular, aunque bien es cierto, añadió algo de mordiente al ataque ‘ché’. Si bien, de poco sirvió, puesto que en la ocasión manifiesta de la que gozó el ‘9’, sólo ante el portero, la tiró al ‘muñeco’. De ahí al final, el partido se enfrascó en un carrusel de tanganas y amonestaciones.
Finalmente, el Valencia hizo valer el golazo que Mehmet Topal anotó en la ida y que allanó la clasificación para los octavos de final, donde los de Unai Emery tendrán que mejorar mucho su imagen, si quieren ser competitivos ante un rival de mayor enjundia, el PSV Eindhoven holandés, que llega tras endosarle un 6-2 global al Trabzonspor.
ATHLETIC, 1 – LOKOMOTIV, 0
El Athletic Club de Bilbao también tiene su billete de octavos gracias a la victoria conseguida frente al (1-0) al Lokomotiv de Moscú, gracias a un gol en la segunda parte de Iker Muniain, en un encuentro en el que los de Bielsa volvieron a sufrir en exceso contra el conjunto del ex del Levante Caicedo.
Tuvo que quedarse con uno menos el Athletic, por la expulsión de Amorebieta, enésima señal de peligro de eliminación, para que los locales enchufaran al 100 por cien la máquina de hacer fútbol y remontasen la eliminatoria tras el 2-1 en la ida. Ahora, en octavos les espera en principio el Manchester United, que marcha con ventaja (0-2 en la ida) en su eliminatoria ante el Ajax de Amsterdam.
El conjunto de Bielsa de nuevo volvió a defraudar, al menos en la primera parte, ante el conjunto ruso. Con una alineación ultra ofensiva, el Athletic salió con la intención de hacerse con la pelota para evitar sorpresas, pero fue el Lokomotiv el que dominó, a su manera, en un primer acto en el que no hubo goles.
De Marcos en la banda, retrasado, y Toquero y Llorente como delanteros fueron los cambios más destacados en el once local. Sin embargo, las ocasiones, pocas en los primeros minutos, llegaron en los pies de Iraola y Javi Marínez. Y es que el encuentro resultaba bronco y con poco juego, lo ideal para que los visitantes buscaran los desmarques de Caicedo.
El delantero ecuatoriano fue el primero en avisar, antes incluso que el Athletic. Los de Bielsa no entrelazaban bien los pases y la sensación de peligro era nulo. Los rusos por su parte, bien juntos, impedían las combinaciones de su rival e incluso ponía a prueba a los defensas vascos. Amorebieta tuvo que estirar la pierna en varias ocasiones. Cerca del descanso, los ‘leones’ intentaron reaccionar y encerraron al Lokomotiv en su campo. Las contras se redujeron pero el Athletic seguía sin llegar con peligro, el ataque se resumió en centros al área con poca precisión. Aún así, antes del descanso Caicedo volvió a meter el miedo en el cuerpo a los locales, que parecían no haber caído aún en el peligro de su rival.
EXPULSIÓN DE AMOREBIETA, OTRO AVISO
Sin embargo, en el minuto 60 llegó un obstáculo más para el Athletic. Amorebieta veía dos amarillas en apenas 5 minutos y dejaba a los suyos con uno menos.
Este último contratiempo fue el que despertó el hambre de unos ‘leones’ con ganas de lucirse en Europa. A continuación, en una nueva llegada Ander Herrera rozó el gol, pero en el córner consiguiente Muniain ponía el 1-0 tras culminar la pelota peinada por Llorente.
A pesar de estar con uno menos, el Athletic ya era dueño del balón y del partido, gracias al gol de Muniain (de nuevo protagonista tras su gol en la ida). Así, se dedicó a minimizar errores y evitar principalmente los contragolpes de los rusos.
Finalmente no hubo sustos y los de Bielsa salvaron el partido de vuelta de una eliminatoria que finalmente se complicó más de lo a ‘priori’ esperado.