¿Por qué el bebé debería vivir y Francesca Minerva y Alberto Giublini, no morir?
En un artículo publicado en la revista británica Journal of Medical Ethics el editor de la publicación Julian Savulescu justificará una información a favor del infanticidio. Según los académicos, Francesca Minerva y Alberto Giublini, bebés que al parecer sí merecían vivir, aunque yo, visto lo visto, estoy en contra totalmente, de la Universidad de Bolonia y Milán, los recién nacidos son «moralmente irrelevantes» por lo que deberían ser sus padres e incluso los doctores en todo caso “quienes deberían decidir si un bebé sigue viviendo o no, en el caso de que no sean deseados o haya nacido con alguna discapacidad”.
En fin, después de leer lo de estos dos espermatozoides con denominación humana, ya no sé si pedir asilo a los lobos de las estepas, y escapar de esta raza infame, soez, demente, fanática, asesina de la cual, para mi desgracia, soy parte. No conozco – ni puta falta que hace- a Minerva y Giublini pero sin duda pertenecen a los millones y millones de tipos y tipas -penes y vaginas- que lo único que les interesa es fornicar y comer.
Y es que lo de engendrar vida está pasado de moda, al igual que lo de fornicar con responsabilidad ya que lo mismo- desgraciadamente para millones de concebidos vilmente asesinados- genera vida. En la actualidad las Madres están pasadas de moda. Ahora se trata de vivir, molar, y pasar de responsabilidades algunas: Las picudas barrigas molestan, dejan la figura echa unos zorros. Dan ardores y demás fatigas Y por si fuera poco, te impiden mamarte a tope, fumar porros y ligarte al tío bueno del grupo. “Na, que no interesa tía; lo de parir pa María” Esta es la consigna de millones de mujeres una vez que los payasos demagogos de turno las dejaron posar sus bragas en cargos varios con el falso eslogan electoralista de no se qué igualdad. O, igual da.
A partir de ahí muchas cambiaron las bragas por la mini no llevo braga. Lo sutil por la palabrota. El perfume por el tabaco. El aseo por rancios zapatones con un olor a sudor insoportable. Los pantalones por vaqueros de ver raja culo. Y es que hoy hay muy pocas hembras y muchas mujeres. Mujeres que les gusta la vida del hombre.
Que se sienten más fuertes junto al hombre. Que las gusta oler a hombre, hablar como el hombre, que las traten como hombres, mandar como el hombre. Lo demás no tiene importancia: la maternidad es cosa del pasado, un dogma rancio del macho. Quien quiera hijos, que los alumbre. Fornicar lo que sea y a tope, pero parir na de na. Y si la cosa se tuerce se coge a la recién vida y se la asesina, así de claro.Esta es la realidad de una raza la humana donde millones de hembras han pasado de ser las Madres de toda la Vida humana a simples vaginas calientes.
Francesca Minerva y Alberto Giublini se preguntan por qué debería vivir un bebé que no se desea: la respuesta es obvia; por lo mismo que a muchos seres genéticamente humanos y corazón humano no les enviamos a la horca, por promover el asesinato de vidas ajenas. Así de fácil. Espero que lo entiendan. Todo ser humano concebido es neutro a cualquier derecho humano hasta que se produzca su nacimiento. Los padres son únicos responsables de todas las atenciones que precise el ser concebido hasta su nacimiento.
Sobre los mismos, en el grado que afecte, han de recaer aquellas responsabilidades, si las hubiera, ya sea civiles, sociales o penales de acuerdo a un nuevo código penal el cual diga “Que la vida de un ser humano empieza en el momento de su concepción y no de sus nacimiento: luego ha de estar protegido al igual que toda vida registrada como tal”.
Desde luego, la raza humana cual dueña de sus inventos, puede legislar lo que le venga en gana, ninguna otra raza o profeta barbudo se lo demandará en vida, en muerte ya se verá, ahora bien, una cosa es la perfección del ser humano y otra bien distinta la lógica realidad del universo donde habitamos. Supongo que nadie tenga dudas de que tener capacidad para dar vida no es sinónimo de tener la misma capacidad para eliminarla. Si esto fuera a sí, cada cual sería dueño de su vida, cosa que no es cierta, pues la vida nació antes que la raza. Es decir, fuimos engendrados por azar, nexo de materias vivas dispuesta de una determinada manera cuya fusión produjo en este caso la estirpe humana. Luego, la vida, ya sea propia o ajena, en nada nos corresponde. Ignorar esto es lógico tratándose de la raza humana- neto interés carnal- pero no por eso es lícito aunque lo vistamos de lícito.
No por eso dejamos de ser -aunque la exclusiva ley humana nos ampare- infames asesinos ante el creador Universo.
ERNESTO.., di conmigo-Ningún ser vivo tiene potestad para decidir quien merece vivir o morir.Usted que no es católico, yo tampoco- aunque nadie me puede ganar en cuanto a creencia de un Dios universal neutro a raza alguna- por mucho que se empeñe en vacilar al mensajero sabe de sobra que decidir sobre la vida y la muerte está muy por encima infinitamente por encima de la raza humana.. Luego si se hace, que se hace quien lo haga, es un empírico criminal ante cualquier raza con la mínima piedad además de ante el todo Universo.. Por cierto vea este vídeo… Leer más »
DON JOSE LUIS ME PARECE QUE NO ENTIENDES TU PENSAMIENTO ES PURO BLA,BLA,BLA…..SIN INSULTAR NI ATACARTE COMO PUSO OTRO COMENTARISTA NO BASTA CON DENUNCIAR HAY QUE HACER MAS PUNTO……EN LO DE REPETIR CONTIGO NO MI AMIGO CONSIDERO QUE TUS ARGUMENTOS SON DE SIGLOS PASADOS TUS COMENTARIOS ABURREN MIS SALUDOS.
Y DALE JOSE LUIS Y SIGUES DANDOLE A LAS LETRAS, TE PREGUNTO TU PAGAS PARA ESTO TU NO TE DAS CUENTA QUE NADIE TE LEE Y TE ESCRIBE NI PARA PUTEARTE, POR RESPETO A TUS AMIGOS ABANDONA MUCHACHO.
Ernesto¿Por qué no te abortaron?
AJ ANTES DE DECIR ESTA ORDINARIES, PORQUE NO DAS UN COMENTARIO DE LO ESCRITO DE ESTE SEÑOR, QUE TE PARECE TE GUSTO NO TE GUSTO ALGO NO TE LA AGARRES CONMIGO MI OPINION NO MERECE QUE ESCRIBA NADA ES HORRIBLE, PERO TU LO UNICO QUE TE SALE ES INSULTARME APRENDE UN POCO.
No basta con denunciar cuando el daño ya está hecho, hay que remediarlo y prevenir males aún mayores. Aquí hablamos de ello: http://www.vidaymujer.es/inicio.htm