Alrededor de 5.000 mujeres son asesinadas por sus familias “en nombre del honor” cada año, según Naciones Unidas, aunque ONG de países árabes aseguran que la cifra “es dos o tres veces mayor en realidad”.

Así lo explicó a Servimedia Jacqueline Thibault, presidenta de Fundación Surgir, que aunque originaria de Suiza trabaja en todo Oriente Medio para erradicar los llamados “crímenes de honor”.

Según Thibault, los peores datos se dan en Pakistán (737 mujeres y 300 hombres asesinados en 2011 por “honor”), Afganistán y Oriente Próximo, pero estos delitos también suceden en India, en Nepal, en dos estados de Brasil e, incluso, en “la avanzada Europa”, precisó.

CASOS EN EUROPA

De hecho, en un informe presentado ayer en Madrid, Surgir habla de 72 casos documentados en Alemania desde 1996, 38 entre 2007 y 2009 en Países Bajos, otros 17 en Bélgica, y 12 en Reino Unido, Francia e Italia, respectivamente.

Este es un fenómeno “asociado a la inmigración en Europa”, que de hecho “crece de forma alarmante en el viejo continente”, apuntó Thibault, quien sin embargo precisó que su origen “es el patriarcado, no la religión”.

La mayoría de los crímenes se dan en países musulmanes, admitió, pero también hay sectores hinduistas y cristianos que los practican, resaltó la presidenta de Surgir.

Thibault agregó que estos crímenes aparecen cuando las familias “consideran que la mujer ha transgredido el código de conducta de la comunidad”, bien porque se case con un hombre que su padre no apruebe, bien por la sospecha de que ha mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio o, “en general, porque su comportamiento se salga de la regla establecida”.

De ahí la dificultad para detectarlos y perseguirlos, señaló Thibault, ya que “muchas veces permanecen en el interior de las familias, que los justifican y apoyan a los agresores”.

QUÉ HACER

Fundación Surgir (presente en Egipto, Israel, Arabia Saudí, Jordania, Emiratos Árabes y Palestina) desarrolla así distintas líneas de trabajo: educación en las escuelas sobre derechos humanos y derechos de la mujer, sensibilización a la ciudadanía, y presión política para que los eximentes por crímenes de honor desaparezcan de las leyes nacionales.

“En muchos casos, estos asesinatos son la máxima expresión de una situación de violencia muy cotidiana”, señaló Thibault, por lo que en las escuelas “les decimos a profesores y a alumnos que no se debe golpear a los niños y les hablamos de otros derechos fundamentales”.

También se abordan los derechos de la mujer, agregó Thibault, satisfecha por que, por primera vez, un juez en Jordania ha impuesto “una condena dura (de 15 años)” a un padre que asesinó a su hija.

“Es un avance en sensibilización ciudadana, aunque en este terreno influyen tantos factores que resulta difícil estar seguros”, confesó Thibault.

PROTOCOLOS DE ALERTA

En cuanto a Europa, Surgir defiende la implantación de “protocolos de alerta” para prevenir y detectar los posibles casos antes de que sucedan y por sensibilizar en la escuela a todos: “niños, niñas, hijos de inmigrantes o no”.

Se trata de establecer una serie de “directrices en colegios, hospitales, servicios sociales, policía, etc., para que en cuanto se localice a una víctima potencial se active un protocolo de seguimiento sobre la familia”, explicó Thibault. Así sucede ya en Holanda y Suecia, por ejemplo, y la intención de Surgir es que estos protocolos se generalicen en todos los países de la UE.

Por ello, dentro de unas semanas presentará en España “Manual para responsables políticos, instituciones y sociedad civil”, un informe muy completo con el fin de que partidos, ONG y servicios sociales se hagan eco y atiendan sus recomendaciones.