Benedicto XVI ha sido recibido entre cánticos y el ritmo caribeño ofrecidos por cientos de miles de personas. La homilía del Santo Padre realizada en la misa de la plaza de la Revolución de La Habana ha sido histórica, como la fue la de Juan Pablo II.

Ante Raúl Castro, el Papa ha remarcado la necesidad de “la libertad de la iglesia en Cuba”. “Cuba, en el mundo necesitan cambios y será cuando cada uno esté en condiciones de preguntarse por la verdad y se decida a tomar el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad”, ha resaltado Benedicto XVI.

En el país no hay escuelas católicas, y ha sido un mensaje remarcado por el Santo Padre, diciendo con esperanza que “es de esperar que pronto llegue aquí el evangelio de la Iglesia”, porque la “libertad religiosa es inherente en el ser humano”.

Benedicto XVI ha conseguido ser un interlocutor valido y muy respetado por todas las partes en Cuba. Como ha relatado el enviado especial Jacobo García, la Iglesia viene a ocupar un espacio que a la familia Castro les ayuda a acercarse al pueblo, viene a servir de puente entre sectores enfrentados de la sociedad cubana.

El Papa y Fidel se verán, porque lo ha anunciado Fidel Castro en su web, y puede que sea en la nunciatura, antes de salir el Papa para el aeropuerto, después del descanso y el almuerzo, donde recordarán la visita de Juan Pablo II, que para Fidel fue impactante, ha confirmado la corresponsal Paloma Gómez Borrero.