(Fernando de Oyarbide, periodista y colaborador de esRadio, se incorpora al equipo de articulistas de AD). Que la cosa no va bien, ya lo sabemos todos. Esta vez nadie puede llevarse a engaño, gobierno, oposición, sindicatos o votantes, estamos suficientemente informados de cual es la situación. La cuestión es entonces: ¿qué está haciendo cada uno para salir del pozo sin fondo en el que estamos metidos.

El déficit del Estado ha alcanzado en escasos dos meses los 20.668 millones de euros, es decir el 1,94% del PIB (en el mismo periodo de 2011, las cuentas del Estado dieron un saldo positivo de 1.900 millones de euros).

Es decir, aún somos más pobres que el año pasado. El gobierno no acaba de terminar de aportar las medidas necesarias que empiecen a invertir la situación y la oposición, entre tanto, se esfuerza por hacer que olvidemos que el agujero en el que nos encontramos se lo debemos agradecer a ellos.

El compromiso con Europa es de que el déficit español no pase éste año del 5,8% y en tan sólo dos meses ya hemos llegado casi a la mitad, por lo que los ajustes del gobierno van a ser más drásticos, si queremos evitar una situación a la griega.

Aunque el gobierno ésta vez pretenden que las nuevas medidas no afecten a la población, difícilmente podrán evitarlo tal y como se están poniendo las cosas. Lo que está claro es que los nuevos recortes anunciados por Rajoy de un 15% de media en todos los ministerios, en los Presupuestos Generales del Estado, habrá que ver de donde se van a quitar.

La no subida del IVA anunciada por Montoro, no va a ser general, por lo que algunos productos con IVA reducido del 4% y del 8% se verán incrementados por lo que ¿alguien duda que no repercutirá al final de la cadena en el bolsillo de los usuarios?, por lo que éste año seguiremos empobreciéndonos aún más.

Cada vez más, parece seguro que el Impuesto de Sociedades sufrirá modificaciones. Para el gobierno no se sube, porque se mantiene en el 30%, pero en la práctica, si se aumenta, cuando debería bajarse como medida de apoyo a las empresas que creasen nuevos puestos de trabajo. Los defensores de éste tipo, mantienen que a pesar del alto porcentaje, existe gran número de incentivos fiscales que hacen que en la práctica, las empresas españolas en términos generales no paguen de media más del 23%. Aquí precisamente es donde el gobierno tiene decidido meter el diente, reduciendo estas deducciones, haciendo que gran número de empresas tengan que pagar el 30% en lugar del 23%. Precisamente partiendo de esta perspectiva no se puede olvidar que España es uno de los países de la Comunidad Europea que más alto tiene éste impuesto.

Estando así las cosas, los dos sindicatos que se dicen “mayoritarios” han provocado su huelga general que, a pesar de no haber sido mayoritaria, sí ha ocasionado unas pérdidas de 1000 millón de euros en el PIB mínimo, por lo que habría que preguntarle a estos dos líderes sindicales, si en realidad les importa los trabajadores o la reducción de sus subvenciones y de sus liberados sindicales.

Lo cierto es que España sigue con cerca de 5 millones y medio de parados, que muchos trabajadores han perdido además 50 euros en su salario por no haber querido o podido trabajar y que la auténtica sangría de despilfarro económico sigue manteniéndose en el gasto de la administración del Estado central y autonómicos.

No es difícil, con estas mimbres, augurar una larga travesía de penalidades durante largos años, para los trabajadores, empresarios pequeños y medianos, para los parados y para los autónomos, mientras que aquellos que lo han provocado, continúan a sus cosas y aprueban por ejemplo, partidas de gastos para pagar cuadros como el del anterior presidente del Congreso José Bono, que costará nada menos que 22.600 euros y eso que venía con descuento.