La última guerra global
La cadena pública de televisión tiene en La 2 un canal cultural de lo mejor que puede verse en España actualmente. Casi coincidiendo en el tiempo emite tres series documentales sobre la segunda guerra mundial a cual más interesante: Apocalipsis, La Guerra Secreta y Cazadores de Nazis. Desde distintos puntos de vista cada una se asoma al conflicto bélico, sus antecedentes y sus consecuencias, con una descripción metódica y un análisis riguroso. Como colofón, el canal programó la emisión del documental “Noche y niebla”, un mediometraje documental de Alain Resnais, realizado en 1955, sobre el incomprensible exterminio en los campos de concentración nazis. El paso del tiempo pone las cosas en su lugar y, aunque muchas incógnitas quedan aún por revelarse, lo que se sabe hoy en día nos muestra una época del siglo XX que vale la pena revisar, para no repetirla nunca más.
Recuerdo que de niño el tiempo de la guerra era una especie de pasado siempre presente pero del cual no se quería hablar demasiado, era un asunto tabú. Mientras crecía me asombraba el incomprendido horror en la cara de los mayores cuando surgía el tema; de hecho, alcanzaba una expresividad que las palabras no alcanzaban a reflejar. Sin embargo un halo de oscuridad rodeaba todo aquello, un manto de misterio corrido alevosamente para proteger mi sensible infancia de la crueldad más abyecta que el hombre había cometido contra sus semejantes.
Pero sucedió que en 1979, durante un viaje a Israel en el que visité un kibutz fundado por supervivientes del holocausto, me dí de bruces con aquella espantosa realidad. Allí, en una escalofriante sesión fílmica al estilo de las que se proyectaron en los juicios de Nüremberg, pudimos ver las atrocidades que se habían cometido en nombre de la corrupta ideología nazi de la raza superior.
La primera película era un documental analítico, las causas de la barbarie y sus efectos se explicaban con detalle; pero la segunda fue mucho peor; eran las filmaciones que los propios soldados y los primeros periodistas habían hecho apenas entrar en los campos de concentración y liberar a los miles de detenidos, que se mostraban escuálidos y desnutridos hasta quedar en los huesos. La acumulación de cuerpos humanos inertes consumidos por el hambre y la enfermedad, apilados unos sobre otros nos sobrecogió.
En otra escena una topadora los arrastraba hacia una fosa común y en otra, montañas de gafas, relojes, ropa, maletas y lo más espeluznante, dientes y cabello humano se amontonaban como productos salidos de una fábrica del horror. Yo no podía moverme, no me animaba a mirar a mis compañeros no fuera que se me notase la vergüenza por mi pertenencia al género humano. Una de nuestras compañeras sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser atendida.
Después de aquello pensé que ya nada podría asombrarme pero me quedaba algo más por vivir en aquella jornada: Un testimonio directo. Aquella tarde un hombre de unos 60 años nos dio una charla sobre su vida (si es que puede llamársele así) en los campos de exterminio de Auchwitz-Virkenau. Nos mostró su número tatuado a fuego en el antebrazo y nos contó su historia personal, como era su día a día en aquel infierno, cuando estuvo al borde de la muerte y como sobrevivió. También nos dijo que al final de la guerra, cuando contaba los horrores que había sufrido, sintió que la gente lo mirada como extrañada de que aquello realmente hubiera podido suceder. Decidió, entonces, guardar silencio para no seguir sufriendo el constante desaire por la incredulidad ajena. Pero al cabo de cierto tiempo reflexionó y pensó que contarlo era importante para que el mundo supiera que eso había pasado realmente y eran ellos, los supervivientes, los únicos testigos de la memoria de lo que no debería repetirse otra vez.
Aunque muchos muertos fueron soldados de ambos bandos la mayoría de las víctimas fueron civiles aniquilados por las bombas volantes, los bombardeos estratégicos, las bombas atómicas y los campos de extermino. Ahora, reviviendo aquella ignominia que involucró al mundo entero comprendo la globalización del conflicto y el enorme estigma que dejó en los que lo vivieron y en las generaciones futuras, marcadas a fuego por las terribles consecuencias que tuvo el conflicto. Daños materiales incalculables, una economía hundida, una sociedad arrasada y un costo en seres humanos de más 50 millones de vidas.
Hoy, aquellos días parecen lejanos, pero no estamos tan distantes de volver a repetir la experiencia; todo dependerá de si se dan las similares circunstancias que confluyeron entonces. De lo que estoy seguro es que la humanidad nunca debió permitirse una aberración semejante ¿Seremos capaces de prevenir el futuro parra que no vuelva a ocurrir? Por nuestro bien, así lo espero.
Bueno pues vera, yo es que soy muy simple, pero hace muchos años cuando empece a ver estos documentales decía que horror. Luego pasaban los años y decía que horror, seguían pasando los años y me preguntaba?? y el resto de horrores que se siguen cometiendo ?? si, los dicen pero paso y a las 24 horas ya paso, y punto. Pasaban mas años y me preguntaba es que no quieren acabar esta guerra? Es que no hay otras, esto es igual que la guerra civil dale que te dale, vamos que si no hubiera existido Franco tendrían que inventarlo,… Leer más »
Me parece que aquí hay un error de concepto entre los comentaristas a mi artículo. La historia la cuentan los vencedores pero a poco de ganar. Con el tiempo la verdadera historia la cuentan las víctimas civiles, aquellos que siendo inocentes padecieron todo el horror de la guerra. El holocausto de la segunda guerra mundial no fue solamente judío. 250.000 gitanos, miles de discapacitados mentales y opositores políticos, entre los cuales hubo muchos refugiados republicanos españoles, fueron exterminados también. Yo escuché a un superviviente, lean de vuelta el artículo, puedo dudar de lo que digan otros protagonistas pero a él… Leer más »
Don Jorge, con todos mis respetos, desde que en los años ochenta se prodigaron leyes mordaza para penalizar la libre investigación de los hechos se torna complicado asentir sobre numerosos detalles de los mismos. Sin acritud. Un saludo
¿Y por qué no emiten documentales a cerca del horror que se vivió en Ucrania durante el Holodomor, allá por los años 1930′? Oye, 7.000.000 de muertos por hambre no son moco de pavo…
Por que los ucranianos no son dueños del 90% de todas las cadenas informativas de todo el mundo. Los judíos americanos sí.
Ya te he contestado en otro post al respecto. El documental “Stalin, el tirano rojo” explica muy bien el extermino ucraniano debido a la hambruna provocada por el régimen comunista. Incluso explica como se llevó a cabo el engaño a los diplomáticos europeos para que no vieran la realidad cuando fueron al lugar como observadores. Todo un arte del maquillaje y la propaganda informativa falseada que la dictadura manejaba muy bien
Lo que este Skivinsky no cuenta es que esos cadáveres apilados eran el resultado del avance de las tropas aliadas, que previamente bombardeaban las zonas y cortaban los suministros hasta que los soldados alemanes huían en desbandada quedando los campos de prisioneros desabastecidos durante dias y semanas (de ahí que se produjeran epidemias de tifus y cuerpos esquemáticos debido a la desnutrición) algo que aprovecharon los aliados (primero los británicos, y luego los comunistas) para utilizarlo como propaganda contra los vencidos
La guerra la cuenta siempre el que la gana, porque el que la pierde no puede.
Propaganda, propaganda y más propaganda del sistema impuesto por los vencedores. Lo que realmente les interesa es introducir en el subcosciente colectivo la ideología globalizadora de desprecio al estado nación, a la cultura , a al soberanía y a la tradición. Mediante toda esa propaganda tambien se abona el terreno y se imponen prejuicios mediaticamente para que el pueblo autóctono esté indefenso y desbaratado ideológicamente ante la globalización capitalista y sus fenómenos asociados(entre ellos la falta de soberanía, la inmigración masiva, la tiranía dela finanza trasnacional…) Aquí lo único que no dejan investigar y sobre lo que si que hay… Leer más »