Ya han pasado los 100 días que se dice que hay que dar de margen al gobierno para que se organice. Las elecciones autonómicas andaluzas también forman ya parte del pasado. Incluso los Presupuestos Generales del Estado (PGE) ya han visto la luz. Sin embargo, las cosas no parecen apuntar ni tan siquiera hacia una futura mejoría del paciente, España.

Quienes votaron a Zapatero en noviembre, a pesar de lo desastrosa de su gestión, no esperan mejoría pues no creen en Rajoy, lo malo es que algunos votantes del PP comienzan –en voz baja- a preguntarse, ¿cuándo empezaremos a ver alguna brizna, una muestra de que estamos en el buen camino?

Lo cierto es que tras la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), la prima de riesgo ha vuelto a sobrepasar los 400 puntos de diferencial, no se consigue colocar toda la deuda en la última subasta, la bolsa ha llegado a alcanzar el 4% de pérdidas, Bruselas le pide a España más rapidez en las medidas, Sarkosy nos cita como aquel ejemplo que no tienen que seguir los franceses. Incluso, algún analista español se atreve a decir la verdad “la semana antes de Semana Santa pudimos estar al borde de la suspensión de pagos”.

Bonito panorama, pero ¿cómo se explica tal cúmulo de malas noticias? La cuestión se resume en que a pesar de las expectativas levantadas de cambio de rumbo con la entrada del Partido Popular, a pesar de las medidas anunciadas, de los recortes y de los Presupuestos, el resto del mundo no termina de confiar en nosotros veamos ¿por qué?

Tras examinar los Presupuestos Generales del Estado recién presentados, es decir, las cuentas de lo que tenemos y de lo que pensamos gastar en 2012, nos damos cuenta que si comparamos los gastos totales de la administración central del año 2011 y los previstos para éste 2012, son los mismos. ¿Pero cómo es posible si el gobierno ha dicho que practicará una reducción de gastos en todos los ministerios del 17%? No cuadran las cuentas y lo que es peor, con las medidas anunciadas por el gobierno, se empieza a dudar que se cumpla el objetivo de reducir el déficit al 5,3%, con lo que por segunda vez España incumpliría sus promesas, hechas a Europa.

El gasto global se estima que será de unos 480.000 millones de euros, lo que supone el 48% del PIB, de los que sólo el pago de intereses por la deuda para éste año es de más del 30%. Hay que cumplir con el compromiso de inversión de 5000 millones de euros en el Fondo de Rescate Europeo comprometido por Zapatero. En tres meses ya se ha llegado a un déficit del 1,7%, o lo que es lo mismo, casi la mitad de lo que está previsto para todo el año y los recortes anunciados muestran un ahorro de unos 12.900 millones de euros, cuando lo que habría que conseguir es un ajuste de unos 42.000 millones de euros.

Así las cosas, uno se acerca a revisar los PGE y descubre que por si fuera poco, mientras el gobierno de Rajoy deja que se extiendan los rumores de nuevas subidas de impuestos, el copago sanitario y demás invenciones de la izquierda en general, continúan existiendo partidas de subvenciones de donde se podría recortar sin que afectara a los de siempre.

Los 680 millones de euros destinados a la cooperación exterior, los 71 millones de euros que se ha previsto se repartan para el cine, para ellos, los de la “Zeja”, para los que hacen películas que nadie ve pero que sí se manifiestan a favor del que hundió el país, los 2000 millones de euros que cuestan las televisiones autonómicas o los 45 millones de euros destinados al teatro y los 5.800 millones reservados para los famosos cursos de formación, esos que dan los sindicatos y son de dudosa efectividad, por no decir algo peor.

A uno le llama la atención cómo todavía se pueden destinar los más de 113 millones de euros previstos para los partidos políticos, ¿cómo se puede hablar de que se le ha reducido a los sindicatos y la patronal un 33% la subvención? cuando en otros países no cobran absolutamente nada del Estado.

En España, en todos los presupuestos de las administraciones, generales, autonómicos o municipales (más de 4000 ayuntamientos destinan dinero para los sindicatos) hay partidas para unos organismos que ni defienden al trabajador, pero lo que es peor, ni dan cuenta de en qué gastan su dinero, ni conocemos sus cuentas, sus ingresos, gastos, sueldos, inversiones, dividendos, pensiones preparadas para los líderes sindicales de cualquier escala, ni el número de afiliados, pero si, de tiempo en tiempo nos enteramos de que hay que darles algún dinero extra porque han aparecido en algún asunto oscuro como el de las VPO ¿recuerdan?. Lo cierto es que entre la patronal y los sindicatos, se pueden llevar hasta los 700 millones de euros.

¡Ya no puede ser peor! podrían ustedes pensar. Pues se equivocan. El resto del dinero que el Estado español pretende ahorrar, se lo encarga a la gestión de las Comunidades Autónomas, cuando ni siquiera se conoce a cuanto asciende el agujero de la Comunidad Andaluza, precisamente, la que ya ha manifestado públicamente que no colaborará con el gobierno de España ¿podemos mirar sino, a la Comunidad Catalana, o a la Vasca?

¿Qué se puede esperar cuando una de las medidas de Rajoy es la reducción de empresas públicas? de las 4174, el 90% pertenecen a la comunidades autónomas y tan sólo han desaparecido 24?.

Uno podría consolarse entonces pensando que Rajoy es inalterable, calculador, poco hablador, pero que en su silencio va tejiendo su estrategia y cumplirá su promesa dada a todos los españoles y nos sacará de ésta, como hizo Aznar.

Entonces uno se acuerda de los otros asuntos, esos de los que ni siquiera se habla: La ilegalización de Bildu y la expulsión de Batasuna de los ayuntamientos, de la que no se ha vuelto a hablar; El acercamiento de presos, ya se ha concedido el tercer grado a uno y a otro se le ha acercado a Vascongadas; La Ley del aborto, según el Ministro Gallardón, el cambio se va a quedar en pedir una autorización de los padres para el caso de las menores; Del esclarecimiento del 11-M, del que el propio Ministro de Interior, acaba de decir que es un tema juzgado y sentenciado, cuando cada vez se conocen más irregularidades, encubrimientos, falsificaciones o mentiras y se aparta a los jueces honestos que intentan tirar de la madeja. ¿Qué hay de la Ley de Memoria Histórica de Zapatero? a la que en los presupuestos también dedican una partida económica; De las políticas de Género, la Ley de Educación para la Ciudadanía, la insumisión jurídica de Convergencia y Unión o de la dictadura del lenguaje en Cataluña, Vascongadas y Galicia. Es ahora cuando te empiezan a entrar los sudores y piensas: “mal vamos Mariano”.