Eurocopa 2012.- Inglaterra y Francia firman tablas en su debut (1-1)
Confirmado: hablar de favoritismo sólo sirve como pasatiempos pre-partido. Es un entretenimiento tan poco científico como echar mano de las estadísticas del pasado. En fútbol únicamente tiene valor el presente. Como le sucedió a España en su debut, Francia se vio sorprendida por las formas de su adversario. Lo esperaba más miedoso. Menos contestón. Por lo que se ve, las crisis hacen más fuerte a uno. Italia lo demostró hace horas y, esta vez, Inglaterra no pareció añorar a Capello. Más que errores de los supuestos ‘gallitos’ en esta Euro o méritos de sus adversarios, la clave está en el atrevimiento popular de quienes les jalean. España no debió despreciar a un plantel con cuatro estrellas en su escudo, por mucho tiqui-taca patentado. Ni tampoco Francia puede oler a campeona cuando hace dos años acabó en mil pedazos en el Mundial.
El equipo de Blanc soñó con un contrincante metido atrás, repleto de complejos por su cambio de ciclo y por sus numerosas lesiones. Error. Chocó de lleno con una roca, solidaria en defensa e inteligente en el despliegue. Francia se trabó más de lo esperado. Entre otras cosas porque le faltó ritmo en la circulación y porque dos de sus tres mediocentros no poseen la calidad suficiente para llevar el peso de un partido. Cuesta creer que Lass esté en la playa. Sólo se salva Cabaye. Todo talento. Inglaterra, por su parte, no enamora. Tampoco lo pretende ni engaña a nadie. Hace pocas cosas (un único disparo) a la espera del brillo de Rooney, pero de forma más que correcta.
Mucha igualdad en el primer tiempo
De salida, Francia se sintió más segura. Ralentizó el partido convencida de sus cualidades. Sin embargo, pagó el mal del mediapunta. Al jugar con tres hombres por detrás del delantero, tan repletos de clase (Ribéry, Nasri y Malouda), todos tuvieron querencia al centro, lugar donde nace el último pase. A ninguno le apeteció jamás correr al espacio y, mucho menos, ocupar las bandas como desatasco. Con el enredo generado, Benzema se vio obligado a alejarse demasiado del área en busca de socios y el equipo de Blanc se quedó sin referencia dentro del área. Igual está de moda.
Sin artilugios para amedrentar a la muralla inglesa, bien posicionado con dos líneas de cuatro juntas y coordinadas, Nasri se vio obligado a dar señales de vida en ataque desde lejos. Inglaterra no dudó. Siguió confiando en su plan. Hasta que creyó plenamente en él cuando fue sacudiéndose el dominio y comenzó a visitar a Lloris. En su primer acercamiento pudo deshacer el empate. Young enlazó en tres cuartos de campo con uno de sus pivotes. Se giró y metió un pase al espacio para que Milner encarase al portero del City. Lo regateó con una gran maniobra de ariete pero su disparo, forzado y con la zurda, se estrelló en un lateral con todo a placer. Francia temblaba. Era y es más equipo. Le faltaba saber demostrarlo.
Cabaye repitió la fórmula de probar desde media distancia. Su disparo, más colocado que potente, se acercó al poste según avanzaba en su camino. Hart metió la manopla milagrosamente. En la segunda mitad repitió esa suerte, con más intención y con idéntica fortuna. Francia seguía descompensada, sin saber corregirse. Mucho mediocentro y ningún extremo. Benzema seguía siendo víctima del cortocircuito. Inglaterra fue creciendo más y más, apoyada en la inseguridad de la ‘bleu’. Hasta tal punto que en las jugadas a balón parado metió a todo su arsenal dentro del área. Tenía fe ciega en sus posibilidades y ningún temor a las consecuencias. En una de estas jugadas, Gerrard puso una rosca desde la derecha que sirvió para Lescott superara en los cielos a Diarra. Su voluntarioso cabezazo se convalidó por el gol.
Francia despertó, tuvo prisas y se desesperó
A Francia le entraron las urgencias. Y no fue del todo mala la noticia. Acentuó su precipitación en ocasiones pero le metió más velocidad a sus combinaciones. Aun así, fue en otro balón parado cuando gozó de su mejor oportunidad. Nasri centró y Diarra, para redimirse, cabeceó en dos ocasiones con veneno. En el primero se estrelló de nuevo con Hart. El segundo, tras mil rechaces, silbó el palo derecho.
La jugada acabó de despertar a Francia a la vez que Inglaterra reculaba. No había sensación de empate, aunque cuando uno muerde y otro se protege, suelen confirmarse los presagios. Nasri trajo el equilibrió tras una eterna combinación entre sus compañeros en el balcón del área. Él acabó con tanto pase sin profundidad con un zapatazo de rabia. Sobre todo contra los detractores que le querían fuera del once. Hart no llegó esta vez a tiempo para evitar que el balón entrara pegado a su palo derecho.
Desde entonces hubo mucho miedo a perder. El empate no es tan malo cuando durante 90′ no has sido tan superior como se esperaba. Pregúntenselo a España. Inglaterra acabó por dar cien pasos atrás y Francia por empujar para espantar los fantasmas. Nasri casi aprovecha un regalo en la reanudación y Benzema demostró que es tan buen lanzador como rematador. El resto fueron imprecisiones y relevos sin brillo. Daba igual, Terry y cía estaban como en casa. En su cueva. Francia mandaba sin impresionar. Igual L’Equipe copia ahora el titular que dedicó a la Roja tras su tropiezo en el debut. “Dominar no es ganar”. Cuánta razón.
No habláis nada de que Inglaterra tenia 6 negros y Francia,3 negros y 3 magrebíes en el once inicial ,esperaba mas Alerta Digital.