Ramiro González.- “Si juegas al Juego de Tronos, solo puedes Ganar o Morir. No hay posiciones intermedias”. Nos encontramos en un continente llamado Poniente, en donde el Rey Robert Baratheon ha perdido a su consejero y “Mano”. Ahora, necesita un nuevo aliado, alguien en quien poder confiar. Por ello recurre a su amigo Ned Stark de la región de Invernalia. Pronto, comienza un conjunto de intrigas palaciegas que componen ese Juego de Tronos de la política, en el que todos quieren sentarse en el sillón del poder, en este caso, en el Trono de Hierro, forjado con las espadas de los caídos.

Basada en la saga “Canción de Hielo y Fuego” de George RR. Martin, esta serie de tv producida por la HBO no dejará indiferente a nadie. Hace una semana, finalizó su segunda temporada en Estados Unidos, que abarca el segundo volumen de la saga, “Choque de Reyes”. La tercera y cuarta temporadas se centrarán en el tercer libro que es el más largo de todos, llamado “Tormenta de Espadas”. Esta saga es sin duda lo mejor que se ha escrito en fantasía heróica en mucho tiempo. El autor no deja momento de respiro, porque no sabes bien qué es lo que va a pasar, tiene sumido al lector en una auténtica montaña rusa de emociones, y a medida que avanzan los libros la intriga aumenta.

Se ha invertido un gran presupuesto nunca antes contemplado en el mundo de la tv, para poder hacer realidad esta historia. Desde luego para la tercera entrega se van a necesitar numerosos medios, pues es la parte en la que más batallas hay. Al ver esta serie, y leer los libros, creo que no podemos dejar escapar la similitud que hay entre esta historia ficticia, y la realidad que vivimos, una realidad en la que los políticos son el tercer problema de la sociedad. Yo iría más allá, afirmando que son el principal problema, los que han causado todas las desgracias que padecemos. Por lo menos en España, hay un auténtico juego de tronos, en el que intervienen principalmente dos partidos, en el que solo importa quien llegue a sentarse en el poder, pasando de la gente. La diferencia entre la realidad y la ficción en este caso, es que en nuestro país hay un montón de personas adormecidas y aborregadas, que pasan de todo, a las que no les importa lo que suceda mientras tengan “su pan, su hembra y la fiesta en paz”. Podríamos incluso adaptar un poco mejor la última frase y decir “su pan, su hembra y el fútbol”. Sobretodo el fútbol.

Seguro que hay muchos millones de personas preocupadas por lo que está pasando. Y es el deber de estos levantarse y actuar, despertar a los dormidos y hacerles ver la luz. Tenemos que darnos cuenta de que, lo único que les importa a los que nos dirigen, es quien ganará ese Juego de Tronos. Los perdedores esta claro quienes van a ser: nosotros, los ciudadanos.