El hijo de un alto cargo comunista durante la II república escribe en AD sobre el Alzamiento nacional del 18 de julio: “Guerra de Reconquista”
Francisco Pilo Ortiz.- El próximo día 18 de julio se cumple el 76 aniversario del cruento golpe de estado, contra el gobierno legítimo del Frente Popular, elegido en unas elecciones libres y soberanas, llevado a cabo por un grupo de militares en julio de 1936.
El golpe se realizó casi sin planificación y mucha improvisación, contando que la mayoría de las guarniciones, así como las fuerzas de la Guardia Civil se sumarían al alzamiento.
No fue así. La mayor parte de la Guardia Civil se mantuvo leal al Gobierno y lo mismo ocurrió con altos jefes militares que igualmente optaron por mantenerse leales al Gobierno y, por si fuera poco, este movimiento, por diversas causas, fracasó en la mayor parte de las grandes ciudades, a excepción de Sevilla y Zaragoza y, aún así, en éstas eran focos sublevados muy reducidos y con precarios medios.
Tan solo en el Protectorado de Marruecos existían fuerzas militares suficientemente preparadas y relativamente bien armadas dotadas con piezas de Artillería y vehículos de transportes terrestres, pero estaban aisladas, sin medios para trasladarse a la península ya que la mayor parte de la Flota y la Aviación se mantuvieron leales al Gobierno.
En Madrid y Barcelona los sublevados fueron prontamente reducidos y los jefes militares implicados detenidos, juzgados y ejecutados de acuerdo con la legislación militar del momento.
El gobierno reaccionó aplicando las leyes vigentes, expulsando del ejército a los generales implicados y licenciando a los soldados de los regimientos que se habían sumado a la sublevación, restando importancia a la asonada militar, por lo que no declaró el Estado de Guerra, limitándose a movilizar unidades de las Fuerzas de Seguridad del Estado para mantener el orden y algunas unidades militares, como los dos batallones del Regimiento Castilla, con guarnición en Badajoz, que fueron enviados a Madrid para reducir los escasos focos de rebeldes que permanecían aislados y con escaso armamento, en el Alto del León.
No era la primera vez que en España se daba o se intentaba dar un golpe de estado o llevar a cabo una revolución que suprimiera el orden establecido.
Todos esos intentos acabaron igual, es decir, se detenía a los implicados que podían cogerse mientras el resto huía a otros países.
En 1936 ocurrió lo mismo, ya que los focos rebeldes de la península fueron en su gran mayoría reducidos prontamente y de haber actuado el gobierno del Frente Popular de otro modo, el resultado hubiera sido la detención de todos los implicados o, en su defecto, la huida de éstos.
En resumen, generales como Franco y Mola o de honda raigambre republicana como Queipo de Llano o Cabanellas, por citar los más conocidos, fueron expulsados del ejército y, por lo tanto, no tenían mando sobre tropa, mucha de la cual había sido licenciada por el Gobierno, por lo que legalmente ya no formaban parte del ejército ni tenían la obligación de cumplir las órdenes de ese Gobierno.
Todo podía haber quedado ahí, ya que a escasamente tres días de la sublevación, estaba claro que ésta había fracasado.
Pero el Gobierno del Frente Popular cometió un terrible error. A diferencia de otras épocas pretéritas en las que el golpe de estado fracasó y el gobierno del momento mantuvo el orden, la paz y la normalidad ciudadana, en 1936 el Frente Popular optó por lo contrario, es decir, por hacer que la violencia extrema se propagara.
Para ello, para luchar por la democracia, la justicia y la libertad, el Frente Popular se apoyó en el pueblo, al que dotó de armas y a partir de entonces, ya desde el mismo día 19 de julio, tan solo un día después del golpe de estado, este pueblo, en su lucha por la democracia, la justicia y la libertad dio inicio a un brutal genocidio que convirtió España en un inmenso cementerio.
Éste fue el gran error de aquellos defensores de la libertad, la justicia y la democracia, ya que en vista de esto, los jefes involucrados en la sublevación, pese a saber que la gran mayoría de guarniciones no les apoyaban, optaron por luchar porque si se entregaban, con la esperanza de obtener un juicio justo y con garantías sabían que no obtendrían Justicia.
El general Goded, sublevado en Barcelona y fusilado sin juicio, era un claro ejemplo de ello y poco después ocurriría lo mismo con el general Fanjul y otros altos mandos militares sublevados en Madrid que fueron fusilados tras una pantomima de juicio en el que la sentencia estaba clara de antemano.
Los jueces y tribunales, en especial el Supremo, así como los tribunales militares estaban totalmente politizados y sus sentencias no se ajustaban a Derecho, sino que estaban condicionadas por el Poder político. Por supuesto, hoy eso es impensable. Me refiero a que los jueces dicten sentencias según intereses políticos. Nadie en su sano juicio puede creer que hoy en día ocurra lo mismo. Los jueces son todos honrados y sus decisiones son imparciales, sin dejarse influenciar por los políticos y las sentencias que dictan son justas.
Así que la entrega estaba totalmente descartada.
Quedaba la opción de huir del país, cosa que la mayor parte de los altos jefes involucrados en la sublevación podían haber conseguido con suma facilidad y tal vez ésa hubiera sido la alternativa.
Pero inmediatamente comenzaron a llegar a los pocos lugares sublevados noticias del terrible genocidio que el Gobierno estaba iniciando. Mucha gente era exterminada cruel y salvajemente y los jefes sublevados decidieron quedarse y luchar, jugándose la vida al objeto de salvar la de miles, decenas de miles de ciudadanos inocentes. Religiosos y religiosas, ancianos, hombres indefensos, mujeres y niños eran exterminados sin piedad por el Gobierno que en la justa aplicación de la leyes y en defensa de la democracia, la justicia y la libertad decidió que debían morir por constituir un peligro mortal contra la libertad y la democracia que el Gobierno legitimo defendía.
La única alternativa estaba en el ejército de África y los sublevados no lo dudaron. El Gobierno y los obreros y jornaleros que le apoyaban, sedientos de sangre, con el alma llena de odio, se habían entregado a una orgía de sangre y era necesario luchar contra ellos en nombre de la propia Humanidad,
Por lo tanto, los mandos sublevados se jugaron todo a una carta y establecieron un puente aéreo en el que en cada viaje pasaban unos veinte soldados, armados únicamente con sus armas individuales y ametralladoras, cruzando el Estrecho pese a que estaba vigilado por las unidades más poderosas de la Flota.
Nada importaba, si había que morir se moría, pero era necesario cruzar para salvar a la gente que estaba siendo exterminada.
Socialistas, comunistas y sindicalistas mostraban una sed de sangre inconcebible y era necesario poner fin a aquella locura sanguinaria.
Mientras tanto, el genocida, primitivo, salvaje y semianalfabeto Largo Caballero, con la ayuda de Negrín daba inicio al impresionante robo del oro del Banco de España en un magistral golpe que mentes más cultivadas que la de aquel salvaje no hubieran siquiera concebido.
En resumen, expulsados del ejército y con los soldados bajo su mando legalmente licenciados por el Gobierno legitimo de la nación, los mandos rebeldes, partiendo de puntos aislados, con escaso material, pero con mucho valor, iniciaron, paso a paso, metro a metro, la reconquista de España, barriendo de nuestro suelo a los genocidas, ladrones y asesinos cuya única meta era dejar tras de sí ciudades y pueblos llenos de cadáveres y siniestras prisiones en las que el gobierno legítimo, en nombre de la Justicia, la democracia y la libertad torturaba y asesinaba a mansalva. Comunistas, socialistas, sindicalistas y piqueteros, con las manos llenas de sangre y con los bolsillos bien llenos de los productos de sus robos se apresuraron a huir. Los socialistas tardaron casi cuarenta años en reaparacer lo que trajo consigo que durante esos casi cuarenta años no hubiera robos ni corrupciones.
Tras la victoria se estableció un nuevo orden que tras los primeros y duros años de la posguerra y el bloqueo internacional logró que España unida, grande y libre trabajara para llegar a ser lo que fue: Una potencia europea, respetada y admirada. Una potencia en las que los trabajadores alcanzaron derechos como nunca podían haberse imaginado. Una potencia en la que una vez superado los difíciles años del hambre y los juicios por los crímenes cometidos por los defensores de la justicia, la democracia y la libertad durante la guerra se dictaron leyes que permitieron regresar a los exiliados que no habían incurridos en delitos de sangre y se liberaron miles de presos y durante muchos años España, unida, con el esfuerzo de todos y la dictatorial dirección del victorioso general Don Francisco Franco Bahamonde logró situarse a la cabeza de Europa y del mundo. Se creó un nuevo país, una nueva España en la que no había políticos profesionales, sino tecnócratas que trabajaban para el bien común.
*Francisco Pilo Ortiz es profesor e historiador. Su padre, un notorio dirigente comunista durante la II república, luchó con la Resistencia francesa y acabó prisionero en el campo de alemán de de Bergen-Belsen.
“Por supuesto, hoy eso es impensable. Me refiero a que los jueces dicten sentencias según intereses políticos. Nadie en su sano juicio puede creer que hoy en día ocurra lo mismo. Los jueces son todos honrados y sus decisiones son imparciales, sin dejarse influenciar por los políticos y las sentencias que dictan son justas.”.
Me lo voy a tomar con ironía, o que el escrito se hizo antes de 1.978.
Aconsejo que se lean las memorias de D.Félix Schlayer, diplomático noruego en Madrid durante los años 1936 y 1937. Aclara en primera persona, y de forma neutral, como fue la guerra civil en sus primeros años.
Por internet se encuentra sus memorias, es fácil encontrarlo. creo que se titula “Un diplomático en el Madrid rojo”.
Saludos
Por desgracia eso no les interesa a los NAZIONALISTA, toda verdad que no vaya a su favor la rechazan, exactamente igual que en el 36.
Buen relato de HISTORIA.
Me limito únicamente a reproducir una parte sustanciosa del decimoséptimo párrafo: “…Por supuesto, hoy eso es impensable. Me refiero a que los jueces dicten sentencias según intereses políticos. Nadie en su sano juicio puede creer que hoy en día ocurra lo mismo. Los jueces son todos honrados y sus decisiones son imparciales, sin dejarse influenciar por los políticos y las sentencias que dictan son justas”. En fin, qué quieren que les diga… Sin comentarios… (que se lo pregunten a los miembros de la Asociación de Víctimas del Terrorismo con la legalización de “Bildu”, por ejemplo… Así como a media España;… Leer más »
+1000. No sé como serían los jueces en la Republica, pero el CGPJ y el Tribunal Constitucional están politizadisimos. Lo cual, hasta cierto punto, es bastante logico si tenemos en cuenta que sus miembros son elegidos por los partidos politicos mayoritarios . Y no hace falta haber perdido el juicio ni ser de una ideología concreta para verlo, mucha gente de izquierdas piensa lo mismo.
No sé quién es el autor del artículo ni quién era su padre. Pero me parece atinada su particular casi certera e irónica versión y la síntesis del período 1936-1975.
Para más detalles ya están los historiadores, los cuentistas, los fabulistas. A los que nacimos en la inmediata posguerra, los que hemos visto las consecuencias de la misma y el arrollador progreso desde la alpargata a tener nietos universitarios, lo que dice éste nos suena. A pesar de algunas apreciaciones inexactas. Ha hecho bien AD en publicarlo.
En tiempos de la guerra del 1936 -7-8-9-, los comunistas ,los de FAI , los de la CNT UGT,PSUC,PCE, , y demás escoria . les llamaban los mata curas .Y una vez finalizada la guerra los que habían matado a los curas , se les juzgaba por crímenes de guerra . , lo cual naturalmente eran fusilados .Aquí tenéis el resumen en pocas palabras la historia del por qué el alzamiento contra la República roja . y criminal. .Lamentablemente vamos por el mismo camino . .porque el PP es incapaz de afrontar las leyes criminales que se han impuesto por… Leer más »
Ya me dirás, un bando era llamado el nacional (usaba la bandera española) y el otro, los rojos, cambiaron la bandera española por una bananera o tricolor pero la iban a cambiar por la rusa (léase a Largo Caballero) y ya le habían enviado las reservas de oro a su amo en Moscú y odiaba a España y toda su Historia. ¿Qué más quieres? que usen el parlamento español para lanzar amenazas de muerte que son ejecutadas a los pocos dias. Que quemen casi todas las iglesias que había en la zona roja… que maten a 5.000 en Paracuellos sólo… Leer más »
Los rojos usaban la bandera roja
Uno que usaba la republicana era el General Mola, de los nacionales, hasta que unificaron criterio y cambiaron por la bicolor.
Que no engañen a la gente. Los socialistas, comunistas, anarquistas y sus sindicatos querían una revolución obrera y una dictadura del proletariado. Su dirigentes así lo manifestaban continuamente, antes y después del alzamiento.
Hoy en España no hay más que infieles, traidores y cobardes. Y mucho borrego que se deja engañar por un plato de lentejas.
sí, pero como ellos han cambiado el lenguaje, tu frase: “querían una revolución obrera y una dictadura del proletariado” se convierte en Neolengua en algo positivo y deseable, es el doble pensar o el blanco-negro orwelliano. Cualquier perroflauta que te oiga te dirá mientras hace gestos gilipollas, “eso es guay”. Ellos querían una dictadura sanguinaria del proletariado y eso era bueno. La dictadura de Franco, surge para defenderse de la dictadura soviética de la que nos salva y en lugar de llevarnos directos a la pobreza y al absolutismo nos lleva a las primeras posiciones económicas mundiales y todo ello… Leer más »