La selección española de balonmano Sub-20 ha conseguido la medalla de oro en la final del Campeonato de Europa de Turquía, disputada en el Ankara Arena ante 1000 espectadores, al imponerse con autoridad a Croacia (34-21) y colocar así al balonmano junior español en lo más alto del continente por primera vez en su historia.

Las sensaciones previas al choque eran buenas. En semifinales el equipo demostró sacrificio y entrega después de superar a Suecia en una ajustado encuentro por 29-26. Además, se volvía a una final en categoría junior –la última fue en 1996, frente a Dinamarca– de la mano de una generación ya encumbrada con don platas: en Montenegro, hace dos años también frente a Croacia, y en 2011, en el Mundial de Argentina.

Sonaron los himnos previos a que se diera rienda libre al juego. España impuso su ritmo, jugó con autoridad y no bajó la intensidad en todo el encuentro. Un primer parcial de 3-0 les sirvió para tomar confianza y mantenerse por delante en el marcador hasta que transcurrieron los 60 minutos reglamentarios. De este modo, a pesar del atisbo de reacción balcánica, se llegó al descanso con un plácido 13-10. Si bien las diferencias en el juego fueron mayores. Era la antesala del aluvión que vendría en la segunda mitad, con la aparición de algunos jugadores clave del combinado nacional: el capitán Aitor Ariño, Solé Sala o Plaza Jiménez.

Con una ventaja de 12 goles arriba, le remontada pareció utópica. Restaban minutos para que los de Alberto Suárez recibieran su medalla lo que propició que el equipo croata se dejara llevar en los minutos finales. El recital tuvo recompensas individuales. Pablo Cacheda fue nombrado MVP del partido por su gran actuación. Juanjo Fernández fue el mejor defensa del campeonato. Por su parte, Alex Dujshebaev, hijo del gran Talant Dujshebaev, fue máximo artillero nacional –44 goles en 7 encuentros–, y mejor lateral derecho del torneo.