Plataforma de las Clases Medias.- Montoro, el ministro responsable de nada menos que Hacienda y Administraciones públicas reconoce abiertamente que no hay dinero para sostener el sistema. Ni préstamos, ni fondos para dotar a los bancos de fondos va a ser suficiente, fondos de rescate de los que luego el mismo sistema detrae para seguirse manteniendo, en una espiral de crueldad hacia los contribuyentes que no tardaremos en juzgar y hacer justicia.

El Señor Montoro: “Hay que renunciar a los servicios públicos que no podemos pagar”. Y añade : “los servicios públicos dependen del nivel de renta y ocupación del país y del número de personas que trabajan y pagan impuestos” y ha reflexionado en que “no todo es positivo y no todo cabe en los servicios públicos”. Ha asegurado que en este sector “de lo que podamos prescindir hay que hacerlo, y no al revés”.

La Plataforma de las Clases Medias advirtió en 2008 que todo aquello que aparentemente teníamos como estado del bienestar, estaba asentado en la falacia del sostimiento no del estado, no de los españoles en devolución de servicios por el pago de impuestos, si no para mantener a una casta parasitaria. Que el ministro de Hacienda ( quien gestiona la recepción de los impuestos que todos pagasmos) y de Administraciones Públicas (aparataje del estado al que hay que pagar), reconoce que no hay dinero y que hay que revisar precisamente aquello que no es sostenible por el Estado, estas declaraciones irresponsables ponen de manifiesto que la forma de Estado que nos impusieron en 1978, ha quebrado.

No queda otra que desmantelarlo. Ya lo advirtió Enrique de Diego en 1996, y le escuchamos durante más de 5 años en la radio, que todo era una gran estafa, que veríamos como congelaban el sueldo a los funcionarios, que llegaría el copago sanitario, que los colegios públicos no serían sostenibles, que no habría dinero para pagar los subsidios de desempleo… y le llamaron agorero, o ni siquiera entendieron que era el mismo Estado, a través de la casta quien había provocado la crisis. Nos lo dijo, que era hora de comprender que había visto milagros, y funcionar un sistema que no era más que la fachada para obtener votos, para seguirse colocando como políticos de profesión.