La falsificación del pasado y la historia envenena y extravía a los pueblos que la aceptan. En el momento presente, la mayor amenaza proviene del nacionalismo ya sea catalán o vasco y del terrorismo criminal vasco. Nacionalismo basado en la las patrañas y en la manipulación histórica para conseguir unos fines que jamás han existido. Fines que pasan por la destrucción de España, el país más antiguo de Europa y el país más fuerte políticamente que se haya conocido. El Imperio donde no se ponía el sol.

El independentismo catalán “celebra”, año tras año, que era un pueblo soberano hasta el año 1714 cuando con Felipe V las libertades de Cataluña quedan abolidas. Es una falacia, pues Cataluña es España antes de ser Cataluña. Nunca hubo confrontación. Siempre estuvo insertada en España y se sentía parte de ella.

El nacionalismo-separatista-anexionista vasco, desde que el iluminado y xenófobo Arana comenzó con sus invenciones delirantes y ETA comenzó a matar por ello, sus correligionarios y peritos han encontrado en la historia el primer campo de su fabulación para extender sus patrañas, en una educación en la que siempre existe un Estado extranjero que vino a arrebatar la supuesta identidad de la nación vasca y su territorio. Como si el “estado” español no hubiese sido siempre el de los vascos, que nunca tuvieron una unidad política y menos un Estado.

Arzallus declaró hace 30 años la guerra política basándose en que el nacionalismo es la base principal para urdir un entramado en el campo civil educativo y cultural ayudado de cantidades ingentes de dinero que subvenciona el gobierno el Gobierno catalán, vasco y español. Se está cumpliendo. Sin embargo, la rendición ideológica en el terreno de la educación y la cultura del centro–derecha y del denominado constitucionalismo, ha sido el común denominador de claudicación y retroceso de nuestras instituciones y Gobierno, sin dar la batalla para neutralizar e inocular el virus nacionalista que se sirve del Estado, la lengua y la supuesta nación que nunca existió.Hoy Rajoy tiene sobrados motivos para anular estos nacionalismos independentistas por incumplimiento de sus deberes y obligaciones para con España, por las manifestaciones públicas contra la Nación española, por la falsificación y manipulación de la historia.

Desgraciadamente padecemos un Rajoy “zapaterizado” que representa lo peor de un gobernante de izquierdas y lo peor de uno de derechas. O sea, encarna el centro reformista. Tenemos de nuevo la molicie del PP que se postra ante el nacionalismo y la destructiva mentalidad de la progresía y “pasa de líos identitarios”. La Corona y Rajoy deberían dejar claro al movimiento independentista y a los gobiernos catalán y vasco tanto el artículo 2 como el 155 de la Constitución española. Y el ejército está ahí para defender España contra las agresiones y los ladrones de todo tipo pero, muy especialmente, contra los “nacionalistas”.

*Presidenta de Derecha Navarra y Española.