BD.- De un libro en francés escrito por el abate Lemann, “El Anticristo” (1905), extraígo el siguiente pasaje, donde cita a un autor español del siglo XIX (que ya hacia la mitad de ese siglo profetizó la victoria del comunismo en Rusia y el posterior advenimiento de un gobierno mundial regido por fuerzas satánicas).

“Un escritor de gran mérito, Donoso Cortés (1809-1853), tuvo una intuición de ese imperio nefasto en los proyectos actuales de la demagogia”.

“De ahí esas aspiraciones inmensas a la dominación universal por la futura demagogia que se extenderá sobre todos los continentes y hasta los últimos límites de la tierra; de ahí esos proyectos de una locura furiosa que pretende mezclar y confundir todas las familias, todas las clases, todos los pueblos, todas las razas de hombres, para triturarlos juntos en el gran mortero de la revolución, para que de ese oscuro y sangriento caos salga un día el Dios único, vencedor de todo lo que es diverso; el Dios universal, vencedor de todo lo que es particular; el Dios eterno, sin principio ni fin, vencedor de todo lo que nace y pasa; el Dios Demagogia anunciado por los últimos profetas, astro único del firmamento futuro, que aparecerá llevado por la tempestad, coronado de rayos y servido por huracanes.

La demagogia es el gran Todo, el verdadero Dios, Dios armado de un sólo atributo, la omnipotencia, y liberado de la bondad, de la misericordia, del amor, esas tres grandes debilidades del Dios católico. En esos rasgos, ¿quién no reconocerá el Dios de orgullo, Lucifer? Cuando se considera atentamente estas abominables doctrinas, parece imposible no ver algo del signo misterioso, pero visible, cuyo error será marcado en los tiempos anunciados por el Apocalipsis. Si un pavor religioso no me impidiera poner los ojos en esos tiempos formidables, no me sería difícil apoyar en poderosas razones de analogía la opinión de que el gran imperio anticristiano será un colosal reino demagógico, regido por un plebeyo de satánica grandeza, que será el hombre de pecado”.