Ramiro González.- Tras ver su última obra, no me queda duda: Oliver Stone es un director muy sobrevalorado. Como siempre suele pasar, cuando un grupo de “Entendidos” se reúne y dicen que tal o cual director es grandioso, la mayor parte del mundo dice que lo es, aun sin saber por qué lo dicen. Este fin de semana pasado celebraba mis 25 primaveras y decidí invitar a mis amigos al Cine, ritual que repetimos todos los años desde hace tiempo.

El caso es que fuimos a ver “Salvajes”, la última película del polémico director, basada en el libro “Los Reyes de lo Cool” de Don Winslow. Aclaro esto para los lectores: Winslow ha escrito dos libros con los mismos protagonistas: el primero es en el que se basa la cinta, y el segundo se llama “Salvajes”. De manera que Stone ha cogido el título de uno y la historia de otro, o eso es lo que cuentan. El caso es que para terminar de tenerlo claro, uno se tiene que leer ambos libros y así salir de dudas.

Hay películas basadas en novelas, que aunque no hayas leído el manuscrito, logran que la historia te parezca atractiva y acabes también leyendo los libros. Ejemplos de esto hay varios. Pero no tengo muy claro que el de Salvajes sea uno de ellos. Lo más seguro es que coja al menos el primero y lo lea, sobretodo para saber si es mejor recomendarlo a los lectores. Lo que voy a decir va a molestar a más de un “Entendido”, pero es que Oliver Stone no está contando nada nuevo. Ya sabemos cómo funciona México: ¿Quién será el próximo Cártel en gobernar? Esa es la pregunta fundamental y que engloba toda la película. Porque luego está la historia de los protagonistas, o del protagonista, un niñato que se mete a estudiar empresariales y botánica en Berkeley.

Este personaje le sirve a Stone para colarnos subliminalmente su ideología pseudoecologista y políticamente correcta. ¿Un traficante de marihuana seguidor de Buda? En fin, viva la congruencia. Por no mencionar el trío amoroso que mantienen el pijo progre narco y su amigo ex marine con una rubia. ¿Tiene la película algún punto positivo? Pues las interpretaciones de Benicio del Toro y de John Travolta, pero aun así no logran salvar la película. Tiene además una duración excesiva y un ritmo muy inestable.

Creo que es mejor coger las novelas y leerlas, porque Winslow es un autor de novela negra consolidado y seguramente nos haga pasar un rato más entretenido que las dos horas y media eternas perpetradas por este director inane, quien solo ha dado dos cosas buenas, a mi juicio, en toda su carrera: el guión magnífico de “El Precio del Poder” y su visión bélica en “Platoon”. Por lo demás, como digo siempre, ustedes eligen.