De Jack London
Comencé a conocer a este gran escritor angloamericano en base a un tomo de obras selectas que contenía “La llamada de la selva”, “Los vagabundos y otros cuentos”, “Cuentos de los Mares del Sur” y “Nuevos Cuentos de los Mares del Sur”. A posteriori, partiendo de España al Perú, en pleno avión degusté “Por un bistec” y “El chinago”.
Así, pues, una vez más destacaré la capacidad narrativa de los anglosajones que tan bien han traducido al cine. Aquí nos situamos ante algo muy relacionado con ello: El relato, un formidable y recurrente formato literario que yo tenía prácticamente olvidado.
Estamos ante un tipo de literatura vibrante, donde Jack London, en escenas muy distintas, nos va a ofrecer mucho de sus preocupaciones vitales, de los demonios de la memoria, de las cosas de un hombre de su tiempo. De mi primera toma de contacto me fijé en los siguientes rasgos:
-Ribetes constantes de “mesianismo anglosajón” inculcados por su señora madre.
-Una obsesión a nuestro juicio muy sana, constructiva y hasta espiritual sobre los atavismos del ser humano y de la naturaleza en sí, sin situarse en el plano del buen salvaje de Rousseau que tantos estragos sigue haciendo. Lo que más nos ha llamado la atención y gustado ha sido La llamada de la selva, el cómo el autor se conecta, se implica, se constituye con el ser de un perro de difícil y fascinante destino.
Por otra parte, los cuentos relacionados con los aborígenes australoides (Sobre los que apenas sabemos nada) nos han parecido ilustrativos hasta como incipiente etnografía. Ahí demuestra su gran vocación de lobo de mar en una época donde los estadounidenses fueron confirmando su “Destino Manifiesto” tras la “Doctrina Monroe”. Lobo de mar que también buscó su sitio en el cultivo de la tierra, algo insertado en sus entrañas desde la más tierna infancia.
-La capacidad triunfante de enganchar al lector desde el primer al último segundo. La economización de las palabras y las ricas descripciones que, exprimiendo cada concepto, siempre queda una idea clara de lo desarrollado. Esta habilidad de síntesis es sin duda magnífica. En esas descripciones terráqueas y marítimas nos da una idea sobre su pasión acerca del mundo que vivió en carne viva.
-La profundización sobre las miserias humanas que tanto le sobrecogieron desde su californiano nacimiento.
Con todo y con eso, rubrico mis impresiones para con mi segunda toma de contacto con este excelso literato, que a su vez fue un extravagante y dolorido personaje: “Por un bistec” forma parte de un volumen titulado “El silencio blanco” y que constituye una excelente muestra de toda la obra de nuestro autor. “El chinago” es el último de los relatos incluidos en el volumen titulado “Relatos de los Mares del Sur”. Entrambos resultan ser relatos muy amenos, donde hemos visto los pasos combinados del realismo al naturalismo en la síntesis y la habilidad artística que caracteriza la forma cuentística de nuestro autor, tan presente en su cultura.
Recomendamos vivamente a este literato. Buena lectura, pues.
la mejor obra de Jack London es “El talón de hierro” donde deja patente su ideología socialista, esa es la verdadera novela de calidad de London y no las típicas novelas de aventuras que se conocen por el cine y la televisión