Ramiro González.- Como en los demás medios se hablará de los estrenos de hoy, me voy a permitir el lujo de rendir homenaje a una de mis películas favoritas, y basada en uno de los libros más polémicos que se han escrito. En el año 1991, el escritor americano Bret Easton Ellis publicó la historia de un yuppie de Wall Street llamado Patrick Bateman, cuyas tendencias psicopáticas darían lugar a un desprecio generalizado por parte de la crítica literaria, y que se uniría a la gran estela de polémicas cada vez que este autor publica algo.

En el año 1999 se hizo la adaptación de cine, protagonizada por un estupendo Christian Bale, alguien que aun no había alcanzado la fama que tiene ahora gracias a su papel de Batman en la trilogía de Christopher Nolan. Sin duda muchos dirán que es una historia muy violenta y muy sangrienta, quedándose como siempre suele pasar, en las anécdotas más superficiales, y no ahondando más en lo que nos cuenta. Aun no he podido leer el libro ni encontrarlo en ninguna librería en España. ¿A qué puede deberse esto? Mi teoría es que no debe gustar mucho lo que cuentan sus páginas y por lo tanto lo tiramos por el sumidero de la historia literaria. Personalmente creo que es un libro de lo más actual, y que alguna editorial debería ser valiente y reeditarlo. Porque Patrick Bateman no solo es un asesino. Es un yuppie de los 80, obsesionado con tener siempre las mejores marcas, el mejor apartamento con las mejores vistas, en definitiva, un narcisista patológico necesitado de alabanzas para poder respirar.

Esta historia es una crítica feroz al consumismo atroz que nos asola estos días y que comenzó hace muchos años, concretamente en los 60, con el nacimiento de la contracultura. Al llegar los 80, esto se acentuó, y en el libro se percibe claramente, en la obsesión que tienen todos los personajes con un restaurante ficiticio llamado Dorsia. ¿Qué es el Dorsia? Es el símbolo elitista por excelencia, si no has comido o cenado nunca allí no eres nadie. Rozando el humor más negro, esta historia no dejará indiferente a nadie, además su banda sonora que abarca desde New Order hasta los Huey Lewis and the News con una de sus grandes canciones, Hip to be Square, la cual habla del placer del conformismo, y supone una declaración personal sobre la vanidad, lo que la convierte en la favorita del protagonista. Para todos aquellos que este fin de semana no quieran salir debido a las inclemencias temporales y quieran ver algo diferente, esta película es una excelente opción.