El Gobierno balear ha dado carpetazo a la colaboración con Cataluña para promocionar la lengua y la cultura catalanas. Las islas no harán ninguna aportación económica el año que viene al Institut Ramon Llull (IRL), según consta en el anteproyecto de presupuestos de la comunidad para el 2013. La razón oficial esgrimida por el Ejecutivo de José Ramón Bauzá (en la imagen) es “la austeridad” y la necesidad de reducir partidas.

Sin embargo, el mismo presidente ha dejado entrever que detrás de esta decisión se encuentra la “deriva independentista” del Govern de la Generalitat.

Inicialmente, Baleares había incluido una partida de 760.000 euros para el instituto en las cuentas del año que viene. Sin embargo, el pasado martes la aportación había desaparecido en el documento que el Gobierno balear entregó al Parlament. Ese mismo día, varios miembros del Ejecutivo se encontraban en la galería Pall Mall de Londres. Fue precisamente en el marco de la presentación de Isleart, una exposición de artistas baleares organizada por el instituto, cuando su director en las islas, Antoni Vera, insinuó que la continuidad de Baleares en la entidad dependería del resultado de las elecciones catalanas.

A última hora de la tarde, un comunicado oficial del Gobierno balear anunciaba el fin de las aportaciones por motivos de “austeridad”. Aunque el PP mantiene que esta es la explicación oficial, el propio Bauzá despejó cualquier atisbo de duda con sus palabras.

El conseller de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, supo de las intenciones del Gobierno de Bauzá el lunes, cuando su homólogo Rafel Bosch le llamó para anunciarle la desvinculación del instituto. En un comunicado, Mascarell criticó ayer la postura balear: “No veo cómo diferenciar la decisión del Gobierno balear de las políticas de menosprecio a la lengua y cultura catalanas que lleva a cabo el PP”. El anuncio suscitó también las críticas de los partidos de la oposición en el Parlament balear, el PSIB-PSOE y el PSM-IniciativaVerds-Entesa. Este último grupo calificó la decisión de “genocidio lingüístico” y criticó el hecho de que Bauzá haya justificado la salida porque “Baleares no es de los Països Catalans”, como ha trascendido estos días.

Las consecuencias son más simbólicas que prácticas, puesto que las islas aportaban sólo el 7 por ciento del presupuesto total del ente (para este año habían presupuestado 1,2 millones de euros). La colaboración catalanobalear en el Institut Ramon Llull se remonta al año 2002, cuando Jordi Pujol firmó con el socialista Francesc Antich el primer convenio de colaboración. La colaboración se interrumpió por primera vez en el 2004, cuando el Gobierno de Jaume Matas abandonó unilateralmente el consorcio por desacuerdos con el Govern de Pasqual Maragall a la hora de nombrar al director. El segundo Ejecutivo de centroizquierda de Antich firmó el retorno de las islas en el 2008.

Ocho años después, un gobierno del PP vuelve a romper los lazos y esta vez hay menos visos de que la situación pueda reconducirse. La relación entre ambos gobiernos se ha tensado a raíz de la política lingüística de Bauzá. Por su parte, el presidente balear ha criticado en varias ocasiones la apuesta soberanista catalana y ha dejado claro que mientras sea presidente Baleares “nunca formará parte de los Països Catalans”.

Pese al desplante, Ferran Mascarell se comprometió a seguir apoyando a los creadores isleños a través del IRL. “Es una lástima la decisión del Ejecutivo balear, pero esto aún nos motiva más en nuestras convicciones: la cultura catalana necesita su internacionalización y no seremos nosotros los que renunciemos a nuestros compañeros de viaje, los creadores”.

Por su parte, el Gobierno balear reconoce el “balance positivo” de su participación en el consorcio y “la importancia de haber compartido experiencias y buenas prácticas”. El archipiélago seguirá promocionando la cultura catalana en las islas a través del Consorci Institut d’Estudis Baleàrics, que ya asumió dichas tareas en el 2004, tras la primera ruptura.