Montar el Belén
Estamos en el tiempo de montar el Belén en los hogares españoles. En el castellano socarrón, la frase es también sinónimo de dar la nota, montar el pollo y la bronca. Que es lo que ha hecho el gobierno del señor Rajoy con el general Pontigas, o lo que ha hecho el ministro de Defensa (?), con el coronel Alamán, rayando en lo mezquino, lo que únicamente un mediocre político puede hacer. Para lo único que parece que el gobierno tiene bemoles y decisión es para castigar a los militares que no son “políticamente correctos”. Pero hoy no van por ahí mis lances.
Dice el profesor Aguinaga, catedrático emérito de Periodismo, que el exceso de información genera desinformación, y ahí estamos. Desde que se publicó el último libro de Benedicto XVI, sobre la infancia de Jesús de Nazaret, los expertos en esto de montar el Belén han puesto en marcha su maquinaria propagandística y han aprovechado para poner en entredicho y contravenir las conclusiones del autor con las tradiciones a la hora de montar el Belén, o sea, aquí tomen la primera acepción y significado del término: Que si el Papa ha dicho que no había mula ni buey, que si los Reyes Magos eran de Tarsis, la capital del reino de Tartesos ( o sea, de la zona de Huelva, Cádiz…).
Los fabricantes de figuras navideñas y algunas asociaciones de belenistas han alimentado la polémica, acusando a Benedicto XVI de inoportuno y de poner en un brete a tantas tradiciones, villancicos, representaciones etc. En los últimos años, en un afán por renovarse, muchos de los fabricantes de figuritas para los belenes han llegado a crear, incluso, la representación de la matanza del cerdo, lo cual no concuerda con la Historia, porque se supone que, en aquel tiempo, cuando Jesús nació en la entonces pequeña aldea de los montes de Judea, sede de la tribu de Judá, el cerdo era un animal impuro para los judíos, según el Deuteronomio.
Pero al margen de pequeñas anécdotas, lo que más ha trascendido es la interpretación que los heraldos de la confusión han dado al escrito del Santo Padre y, de ahí, al pozo de cabeza. En la página 77 del libro de Benedicto XVI se dice textualmente: “Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno” (que en la tradición española es una mula). Creo que merece la pena, por otra parte, reproducir las conclusiones del Papa, relacionadas con la narración evangélica del nacimiento de Jesús: “María puso a su niño recién nacido en un pesebre”. De aquí se ha deducido con razón que Jesús nació en un establo, en un ambiente poco acogedor –estaríamos tentados a decir: indigno-, pero que ofrecía, en todo caso, la discreción necesaria para el santo evento.
En la región en torno a Belén se usan desde siempre grutas de establo. El pesebre hace pensar en animales, pues es allí donde comen. En el Evangelio no se habla en este caso de animales. Pero la meditación guiada por la fe, leyendo el Antiguo y el Nuevo Testamento relacionados entre sí, ha colmado muy pronto esta laguna, remitiéndose a Isaías 1,3: “El buey conoce a su amo, y el asno el pesebre de su dueño; Israel no me conoce, mi pueblo no me comprende”.
En la singular conexión entre Isaías 1,3, Habacuc 3,2, Éxodo 25, 18-20 y el pesebre aparecen los dos animales como una representación de la humanidad, de por sí desprovista de entendimiento, pero que ante el Niño, ante la humilde aparición de Dios en el establo, llega al conocimiento y, la pobreza de este nacimiento, recibe la epifanía, que ahora enseña a todos a ver. La iconografía cristiana ha captado ya muy pronto este motivo. Ninguna representación del nacimiento renunciará al buey y al asno.
Ah, y las mulas,suelen dar muchas coces y son poco de fiar,inestables,emocionales,falsas,rencorosas y vengativas;los machos,son otra cosa.
No se porque,pero me parece que hoy,lo estamos viviendo en el dia a dia,en la sociedad.
Como los amos del pesebre,necesitan bueyes y mulas,por eso no quieren que los bueyes y las mulas,se vean reflejados en el Belen;no sea que se den cuenta de lo que son.
Veamos la actual sociedad,de bueyes,esteriles e incapacitados para procrear y mansos a sus amos-los hombres-,y de mulas,tambien esteriles y sin hijos y dedicadas al trabajo-las mujeres-,para beneficio y lucro de su amo,el dueño del pesebre.
Ya dijo alguien : perdonales porque no saben lo que hacen.
Aunque,no se yo si este ganao tiene perdon de Dios.
el único Belén que pondré será el caganer y el ruc català acunando el tió
paso de construir maquetas bíblicas, emulando a reyes judios
O sea,Guillermito,que pondras el cagador(caganet) y el burro catalufo(ruc),pues cojonudo,tu mismo chato.
Cagando y haciendo el burro.
Buena imagen y buena realidad actual(de algunos,que se dicen catalanes, claro esta).
Por cierto,Jesus de Nazaret,no era judio,lo que se dice judio.