“Catástrofe”, “vergüenza” y “colapso” son algunos de los adjetivos usados hoy por la prensa danesa para referirse a la derrota de Dinamarca en la final del Mundial de balonmano contra España (35-19).

“¡Avergonzaos, ahora nos debéis una en el Europeo, chavales!” titula en portada el tabloide “BT”, mientras que “Ekstra Bladet” habla de “Colapso embarazoso en el Mundial: los chicos de Wilbek (Ulrik, el seleccionador danés) no tenían ningún plan”.

“Berlingske Tidende” habla de “Los comparsas más ridículos del mundo” y “Politiken” califica de “vergonzosa paliza” la mayor derrota en una final del Mundial de balonmano, muy dolorosa en un país donde este es el segundo deporte nacional tras el fútbol.

“Fue culpa de los daneses que se viese una final horrible. El equipo estuvo totalmente ausente y ofreció una muestra de fallos, malos tiros, ningún contraataque, mala defensa y mediocre actuación en la portería”, escribe “Berlingske” en su crónica.

“Politiken” se refiere a la pobre prestación danesa como “sorprendente, con una casi grotesca sucesión de fallos técnicos, tiros errados y pases horribles”.

“Parecía como si los jugadores incluso quisieran evitar hacerles complicadas las cosas a los chicos de casa, que sí sabían de qué iba este domingo por la tarde en la cima de la montaña de Barcelona”, se puede leer hoy en la crónica de “Politiken”, que como la del resto no salva a ningún jugador de la catástrofe colectiva.

La ausencia del seleccionador danés, Ulrik Wilbek, de la rueda de prensa posterior al partido, muy criticada por el técnico español, Valero Rivera, también es destacada por la prensa nórdica. La Federación danesa aludió a una indisposición de Wilbek, sin dar más detalles, una explicación que no acabó de convencer a todos los medios daneses. Wilbek sí habló con la prensa danesa en la zona mixta, donde resaltó que no podían haber hecho nada y dijo que no tenía explicaciones para la derrota: “No pudimos hacerles frente físicamente en defensa. E hicimos muchos fallos estúpidos en ataque. Fue horrible. Uno estaba esperando a que se acabase el partido. Daba igual lo que hiciera y a quién pusiera, porque fallaba igual”, afirmó Wilbek.