Apuntaciones sobre educación cívica y la formación del espíritu nacional
Nadie que esté en su sano juicio tiene nada que objetar contra una “Educación para la ciudadanía” si ésta es una asignatura más de los planes de estudio de nuestra juventud y está dedicada a formar niños, adolescentes y jóvenes en el respeto a los derechos humanos, en el espíritu de concordia y en el acatamiento de la Constitución.
Dicho esto, parece claro que sí se puede y se debe objetar cuanto haga falta siempre que militantes de cualquier sector político pongan sus manos en esa asignatura para manipularla al objeto de formar futuros votantes y seguidores de una determinada ideología. Esa es una tentación totalitaria que anida en algunas mentes.
Tal sucede en la de Luis María Anson, como demuestra en su artículo “Educación para el partidismo” publicado en “El Cultural”. Su retorcido cerebro y su mala condición le llevan a infundir a sus lectores que existe un paralelismo, una semejanza, entre la educación para la ciudadanía impartida en España en los años del gobierno Zapatero y la formación del espíritu nacional intentada por el régimen franquista. Para ello utiliza una prosa que retrata su condición de “pijo de derechas”, fatuo y mentiroso. Veamos este párrafo: “Franco enviaba a sus falangistas de bigotito exangüe y ademán altanero a enseñar en los colegios la Formación del Espíritu Nacional que consistía en la exaltación del invicto caudillo y sus proezas. Recuerdo con regocijo inextinguible aquellas clases cutres y a a aquellos profesores pintorescos que pasaban por las aulas del Colegio del Pilar sin romperlas ni mancharlas”.
No las rompieron, en efecto, porque el régimen de Franco siempre estuvo condicionado por un insano respeto a las personas y las instituciones que en España ostentaban la condición de -digámoslo así- “administradores de Dios” aunque de verdad solo administraban las ventajas y provechos que por ello y con ello conseguían. Tampoco las mancharon, porque de ello se encargaron siempre los regentes de ese Colegio con su doble actitud aduladora de dicho régimen, por un lado, allí y cuándo podían sacarle beneficios y provechos, y socavadora desde otro para sustituirlo que les fuera más útil. De ahí que boicotearan la formación de sus alumnos -escogidos entre un ambiente social de familias económicamente bien dotadas- para que no tuvieran nunca un pensamiento nacional y sí el de clase privilegiada. Esa actitud política la compartió el Colegio madrileño del Pilar con otros centros escolares semejantes esparcidos por toda España en las distintas capitales de provincia y ciudades importantes, que con él comparten esa misma mancha pues, por su deficiente formación en tan trascendental materia, de sus aulas proviene una gran mayoría de los políticos que a partir de 1978 han impulsado la desunión de España en 17 taifas y su creciente laicidad, irreligiosidad, anticatolicismo, separatismo social, entontecimiento y perversión juvenil… Los Ansones, Juanluises Cebrianes, Felipes, Zapateros y Rubalcabas fueron pilaristas o algo semejante.
Los “administradores de Dios” y sus discípulos escogieron en vez de un espíritu nacional basado en la creencia de que todos los humanos somos hijos y siervos del Señor, iguales por ello en esencia y solo diferenciados por nuestras obras, un espíritu fundamentado en la teoría de que existen personas, familias y clases privilegiadas por su nacimiento con un derecho al mando, a la supremacía, a mejores condiciones de vida, que hasta el día de su muerte e incluso después de ella les diferencia del resto de los humanos… Ese espíritu dificulta que buena parte de ellos lleguen a estimar el ser simples siervos de Dios y que por ello algunos se consideren sus únicos y legítimos administradores e incluso propietarios. Con bigotitos o sin ellos, con barbas exangües o frondosas, con caras mejor o peor rasuradas pero en cualquier caso auténticamente duras, con altanería verdadera, los pijos derechistas hicieron cuanto pudieron para impedir que se difundiera por España y llegara a implantarse un espíritu nacional fuerte y unido. Las pegas, menosprecios y burlas iniciadas en los colegios de enseñanza media se intensificaron y perfeccionaron en las Universidades, logrando en los años 50 del siglo XX que desapareciera de ellas el Sindicato de Estudiantes que los orientaba hacia un entendimiento social y moderno del catolicismo y del Estado. Desde entonces y hasta hoy esos pijos y sus hijos y sucesores no han sido capaces de crear e instalar en la universidad pública española nada superior, ni siquiera semejante, al SEU que atacaron hasta expulsarlo de ella. Sesenta años, pues, llevan las universidades públicas españolas pobladas de estudiantes y profesores laicos o anticatólicos, marxistas, socialdemócratas, liberales o despreocupados, con las lógicas consecuencias humanas, deformativas, asociales y verdaderamente antiprogresistas que ello implica. Algo por el estilo hicieron poco después con los Sindicatos de Trabajadores, sin que tampoco a lo largo del tiempo hayan conseguido los “administradores de Dios” y sus secuaces forjar un movimiento obrero católico y español.
Termino. Señalo por último dos gordas mentiras de Anson en el referido artículo: a) que “la Formación del Espíritu Nacional consistía en la exaltación del invicto caudillo y sus proezas”, pues la simple lectura de los libros de texto editados para ella lo demuestra; y b) que “la nueva asignatura (“Educación para la ciudadanía”) enmascararía el intento totalitario de una nueva Formación del Espíritu Nacional, en este caso marxista”, pues sólo una mentalidad tan retorcida y sectaria como la de semejante sujeto puede relacionar tan dispares formaciones.
Ansón es un claro ejemplo de chaquetero y oportunista, es el paradijma y el modelo del PEPERO de pura cepa.
Su patriotismo no pasa más allá de su cuenta corriente o el borde de su cartera.
Sepulcros blanqueados, desagradecidos, hipócritas, corruptos, mammonistas, oportunistas…
¡¡MUY BIEN…!!
“”Los “administradores de Dios” y sus discípulos escogieron en vez de un espíritu nacional basado en la creencia de que todos los humanos somos hijos y siervos del Señor, iguales por ello en esencia y solo diferenciados por nuestras obras, un espíritu fundamentado en la teoría de que existen personas, familias y clases privilegiadas por su nacimiento con un derecho al mando, a la supremacía, a mejores condiciones de vida, que hasta el día de su muerte e incluso después de ella les diferencia del resto de los humanos… Ese espíritu dificulta que buena parte de ellos lleguen a estimar… Leer más »