Mientras escampa
En todas las religiones y ascéticas de la vida, se considera que los tiempos difíciles son como un caminar en el desierto que nos endurece y madura de cara a las futuras envestidas por venir. Y mientras que unos rugen porque “hace malo”, otros ven en ello la oportunidad de un forzado aprendizaje, que en otras circunstancias sería impensable.
No es agradable estar a diario sufriendo la falta de ética de los políticos, la degradación de la vida pública y la miseria en la que se mueve, en general, la sociedad que nos ha tocado vivir. Precisamente cuando disponemos de los mejores medios para comunicarnos, de las más grandes herramientas para el conocimiento, parece que caminamos en el sentido contrario a las facilidades que se nos ofrecen. La sociedad se envilece, las clases dirigentes viven al margen de las necesidades y preocupaciones de sus ciudadanos y todo parase poco para satisfacer las ambiciones personales y partidistas de esta gente que no vive para otra cosa que no sean ellos mismos.
Nos han robado los fondos materiales, si, pero lo peor es que han robado el alma de las gentes y comprobamos que más del 80% de la población, aún estaría dispuesta a pagar más, a cambio de que otros sean dueños se sus vidas, es decir de no tener que decidir por uno mismo, en definitiva de no querer ser libres. Y es que ser libres, señores, supone un esfuerzo y la toma en serio de la responsabilidad de nuestras propias vidas. Es triste, pero esta es la consecuencia de vender en los colegios “el todo vale”, el pasar de curso sin estudiar, el esto veo, esto quiero, sin ganarlo, sin esperar a ser merecedor de ello.
Otra triste realidad que vemos reflejada en las encuestas, que aunque frías, si que nos dicen cosas, es que la mayoría de los jóvenes sueñan con ser funcionarios, una prueba más de la falta de incentivos y de implicación ante la responsabilidad de hacer frente a vida por uno mismo. “A mi que me lo den ya hecho”. Mientras, que nos pongan partidos de futbol por la televisión, que nos llenen las horas de basura vacía y simplona y que nos olvidemos de eso de buscar la libertad, la plenitud personal, la lucha por ser un ser especial y único.
En esta realidad, salvando excepciones, se encuentran retos y objetivos que, en lo pequeño, son logros importantes para la vida. Para la vida de cada uno, que al final es lo que cambia la vida de todos y no al contrario, como los cómodos desean y quieren creer.
No hace muchas fechas, aún estoy bajo el impacto producido, murió mi hermano. Un repentino cáncer se lo llevó en tres meses sin posibilidad alguna de arreglo. Cuando el mal se declaró, ya no había nada que hacer. Era médico, cardiólogo, para más señas y fumador desde muy joven. El caso es que ni aún su fatal desenlace, cáncer metastásico por el tabaco, me hizo el menor impacto en mi afán de dejar el vicio malsano y hasta en el tanatorio salía a echar mis pitillos de vez en cuando. Todo esto ocurría en enero de este mismo año y a día de hoy, cuando llevo ya seis semanas sin fumar, el proceso ha sido el que a continuación os cuento y os puede ayudar, a aquellos que están buscando la forma de hacerlo y jamás encuentran la ocasión o la excusa.
La “culpa” de este éxito la tiene mi hijo, cosas de la vida, que entre otras actividades y formación es un buen Coach y sabe cómo hacer para llegar a lograr los objetivos que no quiere alcanzar. El también fumaba y juntos nos propusimos un reto común; “30 días sin”, que juntos íbamos siguiendo, animándonos y ayudándonos en los peores momentos. A día de hoy han pasado 41 días sin tabaco y podemos decir que hemos logrado el objetivo.
Uno de los alicientes que me ayudan es, sin duda, que por ese vicio, no se lucran los políticos, pues más del 50% del costo del tabaco es dinero fácil que me sacan del bolsillo por la cara. Por la cara dura que tiene, pues ellos si que tiene los bolsillos llenos, pero con los dineros nuestros.
Otros de los alicientes es saber que la vida es una cuestión de actitud, de enfoque y nada mejor que estas líneas que a continuación os dejo y que pertenecen al blog de mi Coach, mi hijo, y que me dan mucho que pensar:
“La semana pasada me cortaron el teléfono. Debo 120€ a mi compañía telefónica. Esta semana entran los cobros del siguiente mes, del hosting de este blog y de mi servicio de backup online. Por primera vez en años he pedido dinero para salir a tomar algo. Soy rico.
Soy rico porque tengo con quien salir a tomar algo. Soy rico porque puedo salir a la calle, cosa que en muchos países es un lujo. Soy rico porque puedo leer, puedo escribir, puedo estudiar, puedo pensar, puedo reírme con mi familia y jugar con mi perro. Soy rico porque puedo expresarme libremente sin que me castiguen o encarcelen por ello.
Soy rico porque miro atrás y veo experiencias alucinantes que he tenido el privilegio de vivir. He vivido en cuatro países distintos, he tocado en dos grupos de música, he compuesto bandas sonoras para anuncios de la tele, he pasado diez días a -15 grados acampado en las montañas. …”
Para los que estéis interesados en leerlo entero os dejo el enlace; http://jonvaldivia.com/soy-rico/, os aseguro, y no es porque sea hijo mío, merece la pena seguirlo y suscribirse a su blog, ya que va de ayuda personal, y de sus propias experiencias, las cuales pueden ser una orientación a muchos que pasan por lo mismo que casi todos los jóvenes en la década de los 30 existen en nuestro país.
La reflexión de estas líneas y la experiencia en unión con mi hijo de marcarnos un objetivo y lograrlo juntos, me ha dado una visión de lo mucho que podemos aprovechar en tiempos de tormenta, cuando apetece estar guarecido a buen resguardo y aprovechando el tiempo y como el dice en su blog, no soy pobre, no nos quejemos tanto y sonriamos mientras escampa.