Francisco Alamán Castro.- Los militares y los civiles deben respetar el poder constituido siempre, naturalmente este “siempre” es condicional, como todo menos España.

En una sociedad normal las decisiones las debe tomar el pueblo representado por sus órganos democráticos, poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial. En este asunto nada pinta el Ejército.

El Ejercito tiene unas misiones claramente definidas en la Constitución Española (CE en lo sucesivo), precisamente en su Título Preliminar, el más importante y por el que se deben regir el resto de los Títulos, por ello es más difícil derogarlo que el resto de la CE, que, como cualquier sabe, lo sé hasta yo que soy el sexto por la cola de la 17 promoción de Infantería, tiene el mayor rango normativo, si consideramos que solo puede ser modificado aplicando el procedimiento agravado de reforma del artículo 168, el resto pueden ser reformados por el procedimiento simple del artículo 167. Es decir, el artículo 97, sobre competencias del Ejecutivo para ordenar la política de Defensa, no pueden “modificar, ni siquiera matizar”, el artículo 8, que ordena, de forma clara, la misión encomendada a las Fuerzas Armadas: “Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, DEFENDER SU INTEGRIDAD TERRITORIAL Y EL ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL”.

Fiel ejemplo de ello fue la impecable conducta de Franco durante la II República, hasta el venturoso 18 de julio de 1936.

14-4-31. Viene la República.

15-4-31 Franco ordena a los cadetes de su Academia: “Si en todos los momentos han reinado en este centro la disciplina y el exacto cumplimiento en el servicio, son aún más necesarios hoy, en que el Ejército necesita, sereno y unido, sacrificar todo pensamiento e ideología al bien de la nación y a la tranquilidad de la Patria”.

18-4-31 Azaña intenta ganárselo, el “ABC” publicó que Franco sería nombrado Alto Comisario en Marruecos, puesto deseado por todos, civiles y militares, éste dirige al director una carta en que decía: “Ni el Gobierno provisional ha podido pensar en ello, ni yo habría de aceptar ningún puesto renunciable que pudiera, por algún motivo, interpretarse como complacencia mía anterior con el Régimen recién instaurado, o como consecuencia de haber podido tener la menor tibieza o reserva en el cumplimiento de mis deberes o en la lealtad que debía y guardé a quienes hasta ayer encarnaron la representación de la nación en el Régimen monárquico”.

Al soberbio Azaña le sienta como un tiro y le hace todas las faenas que puede.

22-4-31. Se eliminan los ascensos obtenidos por méritos de guerra durante la Dictadura. De la cabeza del escalafón de generales Franco se va a la cola.

Azaña dice en sus memorias que Franco estaba muy enfadado, lo que era verdad, y que iba a presentar una reclamación lo que era mentira. Tenía fundadas razones para hacerlo. No le dio ese gusto al memo Azaña.

14-6-31, Liquida la obra más querida de Franco, la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza, llevaba tres años funcionado, ya en Europa se decía de ella que era la academia mejor y mas moderna del mundo.

El Ministro de la Guerra francés, general André Maginot, después de una visita a la AGM, manifestó a su regreso a París: «la Academia de Zaragoza es la más moderna del mundo en su clase.». P. Preston (odia a Franco), Franco, p.89. Su jefe de Estado Mayor, general Georges afirmó: «Es un centro de enseñanza del que hay mucho que aprender… entre todas las academias militares de Europa, es, sin duda, la más moderna.» A. Palomino, Caudillo, p.71. En otra ocasión Maginot dice: «es, sin disputa, el primer centro de enseñanza militar de Europa.» R. Casas de la Vega, Franco, p.283.

Franco se despide dando una preciosa lección de Disciplina y respeto al poder civil: Caballeros cadetes… ¡DISCIPLINA!…, NUNCA BUEN DEFINIDA Y COMPRENDIDA. ¡DISCIPLINA!…, QUE NO ENCIERRA MÉRITO CUANDO LA CONDICIÓN DEL MANDO NOS ES GRATA Y LLEVADERA. ¡DISCIPLINA!…, QUE REVISTE SU VERDADERO VALOR CUANDO EL PENSAMIENTO ACONSEJA LO CONTRARIO DE LO QUE SE NOS MANDA, CUANDO EL CORAZÓN PUGNA POR LEVANTARSE EN ÍNTIMA REBELDÍA, O CUANDO LA ARBITRARIEDAD O EL ERROR VAN UNIDOS A LA ACCIÓN DEL MANDO. ESTA ES LA DISCIPLINA QUE OS INCULCAMOS, ESTA ES LA DISCIPLINA QUE PRACTICAMOS. ESTE ES EL EJEMPLO QUE OS OFRECEMOS… “¡Viva España!”.

. M. Azaña, Memorias políticas y de guerra, Madrid, Afrodisio Aguado, 1976, V.I, p.63.

Azaña arresta a Franco. se toma grandes molestias para que anotado en su hoja de servicios, el odio-envidia era inmenso.

Orden manuscrita de Azaña de 22-7-31 arresta a Franco y termina: “Debiendo hacerse constar esta orden ministerial en la documentación personal del interesado para surta los debidos efectos”. M. Azaña, Memorias políticas y de guerra, Madrid, Afrodisio Aguado, 1976, V.I, p.63.

Se va a despedir de Azaña Franco una vez cerrada la Academia. Azaña le dice: he vuelto a leer su orden extraordinaria… quiero creer que usted no ha pensado lo que escribió.

Franco contesta. Señor ministro yo no escribo nada que no haya pensado antes, Arrarás , Franco p.166

11-8-32. Sanjurjada. Franco “no había querido tomar parte en nada que significase una oposición delictiva contra la República”. C. Rivas Cherif (cuñado de Azaña), Retrato de un desconocido, p.237.

Franco visita a Sanjurjo en la celda y le recrimina duramente su actitud. JM. Gil Robles, No fue posible la paz, p.779.

17-2-33. Azaña, las cosas le iban mal. Intenta ganarse a Franco otra vez, le destina en plaza de superior categoría (general de división) a Baleares al mando de todas las fuerzas del archipiélago.

8-9-33. Alcalá Zamora retira la confianza a Azaña. ABC (12-9-33),

Le ofrecen al general Franco la cartera d Guerra. Se negó a aceptar ningún cargo”.

24-9-34. José Antonio propone a Franco un golpe de estado, este no le contesta. JA. Primo de Rivera, Obras Completas, p.709.

6-10-34. “Para sofocar la asonada del 34 Franco fue llamado… los monárquicos le tentaron para dar un contragolpe derechista pero se negó”. JA. Ansaldo (monárquico antifranquista), ¿Parar qué?, Buenos Aires, Ekin, 1951, p.92.

15-11-34. Diego Hidalgo Durán (masón), notario de Madrid, ministro de la Guerra: “Conocí al general Franco el mes de febrero del 34… en mi viaje a Baleares… pude convencerme de que su fama era justa. Entregado totalmente a su carrera, posee en alto grado todas las virtudes militares y sus actividades y capacidad de trabajo, su clara inteligencia, su comprensión y su cultura estás siempre puestas al servicio de las armas… Es uno de los pocos hombres de cuantos conozco que no divaga jamás… el 31-1-26 ascendió a general de brigada… el 28-1-33 un decreto anuló el ascenso… esta es a la cola de los generales… en la primera vacante de general de división… ascendí al general Franco. A la letra de la Ley, en las páginas del Anuario Militar… aparecía en uno de los últimos lugares; pero en mi ánimo estaba el primero”. D. Hidalgo Durán, ¿Por qué salí del Ministerio de la Guerra?, Espasa Calpe, Madrid, 1934, p. 77 y 117.

10-12-35 Cuenta Gil Robles a las siete de la tarde los generales Fanjul y Varela me proponen un golpe de Estado, les dije “el Presidente de la República esta decidido a dar un decreto anticonstitucional que es un verdadero golpe de Estado, que acabará en la revolución o en la guerra… yo no daré un golpe de Estado a mi favor, pues no puedo poner a la fuerza armada al servicio de un grupo político… si el Ejército… quiere intervenir para evitar que la Constitución sea vulnerada y para ocupar el poder donde presida unas elecciones sinceras, yo facilitaré el paso, decretando el estado de guerra… Conversaron… con los generales Goded y Franco… éste… les convenció de que no era posible el golpe de Estado. Así me lo comunicaron a la mañana siguiente”. C. Seco Serrano, Historia de España. p.122.

16-11-34. Gil Robles, al negarse Alcalá-Zamora a la pena de muerte de Farras (comandante responsable de los muertos en la asonada del 34 en Cataluña) tanteo a los generales Goded, Fanjul y Franco, para un golpe militar, Franco se opuso. JM. Gil Robles, No fue posible la paz, p.140.

11-12-35. Alcalá Zamora (Presidente de la República) da un golpe de estado palaciego, entrega el Gobierno a Portela para que sin tener ningún refrendo parlamentario convoque elecciones.

16-2-36. La campaña electoral fue terrible. Esa misma noche empezó una oleada de disturbios con asaltos a locales de la derecha, mientras los gobernadores se inhibían. Franco advirtió al genera Pozas jefe de la Guardia Civil: “se están sacando de las elecciones unas consecuencias revolucionarias que no estaban implícitas, ni mucho menos, en los resultados”. El 18 hace lo mismo con Portela. No le hicieron caso. JM. Gil Robles, No fue posible la paz, Barcelona, Ariel, 1968, p.477. F. Franco, Apuntes personales del Generalísimo sobre la República y la guerra civil, Madrid, 1987, p.26-7.

16-2-36. Portela afirmó que ningún general y menos Franco puso pega alguna al resultado de las urnas. J. Arrarás, Historia de la II República Española, p.56

18-2-36. Los generales Franco, Fanjul, Varela, Mola, Orgaz y Ponte decidieron no adoptar ninguna medida contrarrevolucionaria. H. Thomas, La guerra civil española, p.183.

19-2-36. Portela llama de nuevo a Franco y le dice que ha dimitido y los generales Pozas (Inspector General de la Guardia Civil) y Núñez del Prado (Jefe de las fuerzas de Asalto) se habían ofrecido al Gobierno del Frente Popular. J. Arrarás, Historia de la II República Española, p.59

23-2-36. Franco es destinado a Canarias, se había ofrecido a Azaña: “Hacen ustedes mal en alejarme. En estos momentos tan peligrosos para la vida del país… yo en Madrid podría ser más útil al Ejército y a la tranquilidad de España”. Azaña le había despedido: “Lo de Sanjurjo lo supe y pude haberlo evitado; pero preferí verlo fracasar”. H. Thomas, La guerra civil española, p.190. Otra cerdada del nefasto Azaña, permitió un golpe sangriento como fue la Sanjurjada, podía haber evitado los muertos si hubieses dido una persona decente y hubiese cumplido con su deber, nunca le importó la vida de los demás, la suya demasiado, era un cobarde visceral.

16-4-36. Como consecuencia de la sesión de cortes de 16-4-36, se empezó a preparar en serio la conspiración militar. El Director era el general Mola republicano, conspiraban con el los republicanos: general Cabanellas que mandaba la Región Militar de Aragón, coronel Aranda que mandaba en Asturias y el general Queipo de Llano que mandaba los Carabineros. Franco no intervino, esto molestó a los organizadores, más cuando los que eran tanteados lo primero que preguntaban era ¿Está Franco con ustedes? La primera instrucción reservada la dio Mola a finales de abril. Gil Robles, No fue posible la paz, p.696.

16-4-36. Franco se une a la conspiración, pero impuso la condición de ejecutarlo “solo en el caso de que las circunstancias lo hicieran absolutamente necesario”. Los personajes de la República vistos por ellos mismos, p.370.

30-4-36. A Mola le resultaban intolerables las vacilaciones de Franco. H. Thomas, La guerra civil española, Grijalbo, Barcelona, 1976, p.224

5-5-36. Prieto señaló a Franco como posible caudillo de un golpe, sin creerlo. Negrín, le había dicho a Vidarte: “Franco es prudente y cauto. Cuando la sublevación de Sanjurjo nada tuvo que ver con ella; después durante el gobierno de la CEDA, en que Gil Robles estaba en Guerra, él pudo dar un golpe de Estado sin que nadie se opusiese, destrozados como estábamos nosotros… Tenía una Cámara que hubiese justificado cualquier acto… y tampoco hizo nada”. Vidarte (capitoste PSOE), Todos fuimos culpables, V.I, p.107.

23-6-36. Franco escribe a Casares Quiroga (Jefe del Gobierno). Esta carta fue la declaración final de Franco, demostrativa de que había hecho todo lo humanamente posible para conseguir la paz. El Jefe del Gobierno no contestó su carta. Franco estuvo dudando hasta el final del verano. Sanjurjo había dicho: “Con Franquito o sin Franquito salvaremos a España”. JA. Ansaldo, ¿Para que…? De Alfonso XIII a Juan III, Buenos Aires, p. 42.

23-6-36 «Respetado ministro:
Es tan grave el estado de inquietud que en el ánimo de la oficialidad parecen producir las últimas medidas militares, que contraería una grave responsabilidad y faltaría a la lealtad debida si no le hiciese presente mis impresiones sobre el momento castrense y los peligros que para la disciplina del Ejército tienen la falta de interior satisfacción y el estado de inquietud moral y material que se percibe, sin palmaria exteriorización, en los cuerpos de oficiales y suboficiales.
Las recientes disposiciones que reintegran al Ejército a los jefes y oficiales sentenciados en Cataluña, y la más moderna de destinos antes de antigüedad y hoy dejados al arbitrio ministerial, que desde el movimiento militar de junio del 17 no se habían alterado, así como los recientes relevos, han despertado la inquietud de la gran mayoría del Ejército. Las noticias de los incidentes de Alcalá de Henares con sus antecedentes de provocaciones y agresiones por parte de elementos extremistas, concatenados con el cambio de guarniciones, que produce, sin duda, un sentimiento de disgusto, desgraciada y torpemente exteriorizado, en momentos de ofuscación, que interpretado en forma de delito colectivo tuvo gravísimas consecuencias para los jefes y oficiales que en tales hechos participaron, ocasionando dolor y sentimiento en la colectividad militar. Todo esto, excelentísimo señor, pone aparentemente de manifiesto la información deficiente que, acaso, en este aspecto debe llegar a V.E., o el desconocimiento que los elementos colaboradores militares pueden tener de los problemas íntimos y morales de la colectividad militar. No desearía que esta carta pudiese menoscabar el buen nombre que posean quienes en el orden militar le informen o aconsejen, que pueden pecar por ignorancia; pero sí me permito asegurar, con la responsabilidad de mi empleo y la seriedad de mi historia, que las disposiciones publicadas permiten apreciar que los informes que las motivaron se apartan de la realidad y son algunas veces contrarias a los intereses patrios, presentando al Ejército bajo vuestra vista con unas características y vicios alejados de la realidad. Han sido recientemente apartados de sus mandos y destinos jefes, en su mayoría, de historial brillante y elevado concepto en el Ejército, otorgándose sus puestos, así como aquellos de más distinción y confianza, a quienes, en general, están calificados por el noventa por ciento de sus compañeros como más pobres en virtudes. No sienten ni son más leales a las instituciones los que se acercan a adularlas y a cobrar la cuenta de serviles colaboraciones, pues los mismos se destacaron en los años pasados con Dictadura y Monarquía. Faltan a la verdad quienes le presentan al Ejército como desafecto a la República; le engañan quienes simulan complots a la medida de sus turbias pasiones; prestan un desdichado servicio a la patria quienes disfracen la inquietud, dignidad y patriotismo de la oficialidad, haciéndoles aparecer como símbolos de conspiración y desafecto. De la falta de ecuanimidad y justicia de los poderes públicos en la administración del Ejército en el año 1917, surgieron las Juntas Militares de Defensa. Hoy pudiera decirse virtualmente, en un plano anímico, que las Juntas Militares están hechas.
Los escritos que clandestinamente aparecen con las iniciales de U.M.E (derecha) y U.M.R.A. (izquierda) son síntomas fehacientes de su existencia y heraldo de futuras luchas civiles si no se atiende a evitarlo, cosa que considero fácil con medidas de consideración, ecuanimidad y justicia. Aquel movimiento de indisciplina colectivo de 1917, motivado, en gran parte, por el favoritismo y arbitrariedad en la cuestión de destinos, fue producido en condiciones semejantes, aunque en peor grado, que las que hoy se sienten en los cuerpos del Ejército. No le oculto a V.E. el peligro que encierra este estado de conciencia colectivo en los momentos presentes, en que se unen las inquietudes profesionales con aquellas otras de todo buen español ante los graves problemas de la patria.
Apartado muchas millas de la península, no dejan de llegar hasta aquí noticias, por distintos conductos, que acusan que este estado que aquí se aprecia, existe igualmente, tal vez en mayor grado, en las guarniciones peninsulares e incluso entre todas las fuerzas militares de orden público.
Conocedor de la disciplina, a cuyo estudio me he dedicado muchos años, puedo asegurarle que es tal el espíritu de justicia que impera en los cuadros militares, que cualquiera medida de violencia no justificada produce efectos contraproducentes en la masa general de las colectividades al sentirse a merced de actuaciones anónimas y de calumniosas delaciones.
Considero un deber hacerle llegar a su conocimiento lo que creo una gravedad grande para la disciplina militar, que V.E. puede fácilmente comprobar si personalmente se informa de aquellos generales y jefes de cuerpo que, exentos de pasiones políticas, vivan en contacto y se preocupen de los problemas íntimos y del sentir de sus subordinados.
Muy atentamente le saluda su affmo. y subordinado, Francisco Franco.»

Casares Quiroga jamás contestó a esta carta y Portela Valladares (jefe de Gobierno de la República e febrero del 36) lo lamenta: «Yo por eso, y por cuanto he visto, tengo el convencimiento de que hubiera podido evitarse el 18 de Julio, y que, si había causas para precitarnos en él, era fácil lograr la demora, dando ocasión a que se presentasen nuevos campos y coyunturas que permitieran salir sin sangre y sin daños del conflicto. ¡Cuánto más efectivo y político entrar en conversación con el general Franco en respuesta a sus leales advertencias, que intentar luego volver atrás el movimiento que ya se había declarado!» M. Portela Valladares, Memorias, Alianza, Madrid 1988, p.153.

9-7-36. Franco se une definitivamente a la rebelión No se decidió a actuar hasta que estuvo seguro que los otros seguirían aun sin su colaboración. Varela preguntó a Kindelán: “¿Crees que vendrá Franquito? Mola dice que si” contestó éste. S. Payne, Políticos y militares en la España moderna, Stanford, 1967, p. 335.

18-7-36. Lo cierto es que Franco no participó en la Sanjurjada, y DISUADIÓ DE TRES GOLPES DE ESTADO, TODOS ELLOS ESTANDO EN EL PODER Y POR TANTO EN CONDICIONES MUCHO MÁS FAVORABLES QUE EN EL 36. F. Franco, Apuntes personales del Generalísimo sobre la República y la guerra civil, Madrid, 1987, p.21-2.

12-3-37. La propaganda de guerra roja decía que Franco, Jefe del Estado Mayor del Ejército, ya en diciembre del 35, había propuesto a Gil Robles el dar un golpe de Estado y que éste lo rechazó. Escribe Franco a Gil Robles (12-3-37): “la fábula me atribuye que yo le haya propuesto… que usted diera un golpe de Estado está muy lejos de mi conducta y la realidad; ni por el deber de la disciplina, ni por la situación de España, difícil, PERO NO AÚN EN INMINENTE PELIGRO… no podía yo proponerle lo que en aquellos momentos HUBIERA PECADO DE FALTA DE JUSTIFICACIÓN… de carencia de posibilidad de realización, pues EL EJÉRCITO, QUE PUEDE ALZARSE CUANDO LA CAUSA TAN SANTA COMO LA DE LA PATRIA ESTÁ EN INMINENTE PELIGRO. NO PUEDE APARECER COMO ARBITRO DE EN LAS CONTIENDAS POLÍTICAS ni… definidor de la conducta política e los partidos ni de la atribuciones del Jefe del Estado… ÉSTE, QUE HOY SE LEVANTÓ PARA SALVAR A ESPAÑA, ASPIRABA A QUE SE SALVASE A SER POSIBLE POR LOS CAUCES LEGALES QUE EVITASEN ESTAS GRAVES SACUDIDAS, INDISPENSABLES Y SANTAS, PERO DOLOROSAS”. Correo de Andalucía (6-4-37).

18-7-36. Lo cierto es que Franco no participó en la Sanjurjada, y DISUADIÓ DE TRES GOLPES DE ESTADO, TODOS ELLOS ESTANDO EN EL PODER Y POR TANTO EN CONDICIONES MUCHO MÁS FAVORABLES QUE EN EL 36. F. Franco, Apuntes personales del Generalísimo sobre la República y la guerra civil, Madrid, 1987, p.21-2.

Ofrece pocas dudas su repugnancia a vulnerar la ley y la disciplina. Había defendido el orden en el 34 y se había negado a aprovechar la ocasión para un contragolpe, también había frenado otras veces golpes sugeridos por Gil Robles. Todavía en julio dudaba para desesperación de sus compañeros.

Posiblemente si Casares hubiese hecho caso a su carta, Franco hubiese disuadido a los conspiradores.

1-11-36, Unamuno declara al periodista francés G. Sadoul, según el historiador García Escudero: “Tan pronto como se produjo el movimiento salvador del general Franco, me he unido a él”. Manuel Rubio Cabeza, Los intelectuales españoles y el 18 de julio, p.69.

7-5-45. Kindelán general monárquico, promotor del mando único, manifestaba que Franco había mostrado poco interés en presentarse como Jefe de Gobierno, teniendo que insistirle él y otros “con impertinencia”. Hay que destacar que, acabada la guerra, sus relaciones con Franco no fueron buenas con motivo de la restauración monárquica. A. Kindelán, La verdad de mis relaciones con Franco, Barcelona, Planeta, 1.981, p.28.

Hasta aquí la impecable postura de Franco ante el Gobierno de la nación.

Mañana hablaremos de la terrible violencia en la calle, consentida y auspiciada por el Gobierno del Frente Popular, que terminó con el asesinato, por la Policía del Gobierno y señalados pistoleros socialista, del líder de la oposición Calvo Sotelo (12-7-36).

Le reacción del Gobierno fue:

14-7-36. clausuró los centros monárquicos y de la CNT en Madrid, que no tenían nada que ver con el asunto, detienen ciento ochenta y cinco jefes provinciales y locales de Falange y se clausuran todos los centros derechistas de Barcelona. Payne, SG. Payne, La primera democracia española, p.399.

No hubo ni un solo detenido de izquierda, el asesinato se había hecho por la fuerza pública, en una camioneta oficial salida del cuartel de Pontejos, anexo a Gobernación, al mando del capitán de la Guardia Civil Condés, Jefe de instrucción militar de las Juventudes Socialista y ele jefe de la escolta personal de Prieto Cuenca, con la reglamentaria hoja de ruta. Primero fueron a por Gil Robles pero estaba de veraneo.

16-7-36. Largo Caballero decía en su periódico Claridad: “La lógica histórica aconseja… soluciones más drásticas… Si el estado de alarma no puede someter a las derechas, venga, cuanto antes, la dictadura del Frente Popular… dictadura por dictadura la de izquierdas. ¿No quiere el Gobierno? Pues sustitúyale por un Gobierno dictatorial de izquierdas… ¿No quieren la paz civil? Pues sea la guerra civil a fondo…Todo menos el retorno de las derechas…”.Zugazagoitia (jerarca del PSOE), Guerra y vicisitudes de los españoles, I, París, Librería española, 1968, p.41.

LA DERECHA NO HABÍA ASESINADO A CALVO ¡EVIDENTEMENTE!

Y guinda final:

13-9-36. El diputado del PSOE, ministro de Gobernación, Ángel Galarza, que dos semanas antes del crimen había justificado, en las Cortes, cualquier violencia contra Calvo, en septiembre en la plaza de toros de Málaga decía: “A mí… el asesinato de Calvo Sotelo me produjo un sentimiento… el sentimiento de no haber participado en su ejecución”. JM. Gil-Robles, No fue posible la paz, Barcelona, Planeta, 1998, p.675.

*Coronel