GT.- La policía belga disparó y mató a un argelino de 39 años, vendedor de armas a grupos terroristas. Los expertos llaman la atención sobre el hecho de que la situación actual en Europa, conocido antes como tranquilo y tolerante, se transforma en algo así como una película de acción de Hollywood. Se trata de la capacidad de las autoridades de la comunidad para responder adecuadamente a una inminente ola de terrorismo interno.

Hoy en día, los servicios especiales europeos han seguido muy de cerca los acontecimientos en el mundo árabe, donde al parecer, está en proceso de formar una especie de “terrorismo internacional” que tiene Europa a la vista. En la perspectiva de los analistas, la primavera árabe resultó ser el incitador en los estados de ánimo de los extremistas. El Ministerio del Interior de Gran Bretaña advierte de la próxima aparición en el continente de cientos de europeos, partidarios del Islam radical. Hoy en día se están cayendo regímenes autoritarios en el norte de África, pero mañana vendrá el turno de derrocar gobiernos democráticos en Europa. Resulta que la actual legislación europea de antiterrorista no se adapta a la obra del servicio secreto encargado de la lucha contra la amenaza terrorista.

El jefe del Departamento de Seguridad del Instituto Europeo de Europa, Dmitri Danilov, comenta:

“La expulsión de los grupos terroristas en Malí no nos permite hablar de su completa aniquilación. En realidad es un reagrupamiento de fuerzas y medios a su disposición. Y en este contexto, se puede suponer que la eliminación de algunas líneas del frente externo es junto con la intensificación de la actividad de estas fuerzas en Europa. Tal dialéctica se complica por la falta de exactas reglas matemáticas. Sin embargo, todo el mundo entiende que es imposible luchar contra el terrorismo de manera desarticulada. Es preciso un programa integral que incluya la coordinación de los esfuerzos a nivel internacional”.

Parece que la agenda europea está entrando en la cuestión del terrorismo interno, la lucha contra lo que parece mucho más complicada que la lucha contra el terrorismo en el extranjero. Los expertos han registrado un fenómeno alarmante: la expansión del radicalismo islámico en agresividad entre los jóvenes musulmanes de Europa, muchos de los cuales han nacido y han sido educados en Occidente, en familias laicas y relativamente ricas.

Algunos dicen que los problemas actuales se deben a errores sistemáticos cometidos durante décadas. Los europeos, en su afán de evitar la ideología fascista, se centró en la difusión de los valores democrático-liberales, la propagación de los principios de respeto a las minorías étnicas y una actitud tolerante hacia los inmigrantes mismos. Sin embargo, estos criterios fueron utilizados por personas ajenas a los valores democráticos y liberales.

El curso político Europeo encierra ciertos riesgos evidentes, señala Dmitri Danilov.

“Por supuesto, en este contexto la amenaza terrorista va a crecer cada vez más. En cuanto mayor sea la participación de los Estados europeos en la lucha contra el terrorismo, dentro o fuera de Europa, mayor es el peligro de ataques terroristas. Pero yo no se relacionaría actividad militar de los países europeos en el mundo árabe, con el un aumento de la amenaza terrorista en Europa. Inicialmente, los europeos trataron de ver lo que era el terrorismo internacional. Pero después de un tiempo, se hizo evidente que es imposible distinguir entre el terrorismo internacional y el terrorismo interno. El terrorismo internacional no tiene fronteras. Es por eso que la llamada internacional representa un peligro ramificado a veces difícil de identificar”.

También es difícil presentar argumentos convincentes para demostrar que el principal enemigo de Occidente y Europa es la propia Europa. Sus intentos por unificar y reconciliar y democratizar todo lo que está en su alcance conducirá a la catástrofe de la civilización. La cuestión es saber cuándo ocurrirá esto. Los pesimistas admiten que esto va a suceder durante la generación actual. Los optimistas posponen este paso dramático. Sin embargo, la lógica de la historia continúa inexorablemente y debe tenerse en cuenta, independientemente de la voluntad humana o la coyuntura política.