Tolerancia cero con exigencias intolerables
En Francia, bajo gobierno socialista, el alcalde de Antibes, en la Costa Azúl, no ha querido prohibir el consumo de carne de cerdo en los comedores públicos escolares, a pesar de las exigencias de los padres de alumnos musulmanes. Si esto ocurre en España somos capaces de eliminar todos los cerdos existentes para contentar a nuestros entrañables y “tolerantes” inmigrantes, que han venido desde sus idílicos países, para convertirnos a su fe y alterar nuestras nefastas costumbres. Con la clase de políticos tan dóciles y serviles que tenemos, no sería nada ilógico. A mayores vergüenzas nos hemos adaptados.
Las razones aludidas por el munícipe galo es que los protestantes –y no me refiero a los seguidores de Lutero, sino a los de Mahoma-, han llegado a Francia sin ser llamados y son ellos los que deben adaptarse a las normas y costumbres del país que los acoge y no ser éste el que se adapte a sus tradiciones y para nosotros extrañas manías. Hay cincuenta y siete países en el mundo, donde su gobierno, leyes y población siguen la religión musulmana. Algunos de ellos hasta necesitan mano de obra y repoblación. ¿Por qué no se van allá y nos dejan tranquilos a los que, respetando a Mahoma y al Islam, no somos sus seguidores?.
Estamos tan acostumbrados a bajarnos los pantalones cada vez que algún gallito se pone chulo, que vamos a terminar limpiando nuestras casas ocupadas por extraños y cambiando el Corán por nuestros Evangelios.
Días pasados oigo los clásicos “pititos” y voces de una manifestación pasando ante mi puerta. Al ser ya algo habitual, apenas me incomodé en asomarme, pues estoy ya un poco harto de ver y oír siempre las mismas banderas, siglas y gritos que tienen razón en muchos casos, pero no en todos. El de ésta, por ejemplo.
Eran un centenar mal contado de personas de color y hasta con críos en cochecitos, que ignoro si iban a agruparse a otras o lo hacían en solitario. No soy racista, pero si me extrañó que a las continuas algaradas y manifestaciones que se suceden a diario en nuestras calles y plazas, se sumen ahora también los que están en nuestro país por propia voluntad y de forma ilegal, sin ser llamados y en época de crisis. Sólo pude aclarar, pues gritaban en francés, que “exigían su derecho” a ser atendidos gratuitamente en nuestras dependencias hospitalarias, a costa de nuestra maltrecha y recortada Seguridad Social. No se quieren dar cuenta de la crisis que estamos padeciendo en nuestra sanidad, aunque hayamos estado cotizando a lo largo de muchos años. Porque, no es el gobierno o comunidad quienes pagan nuestras atenciones sanitarias, -aunque nos lo quieran hacer creer la ministra y los consejeros del Ramo, que manejan a su antojo lo que no les pertenecen-, sino el fondo que a costa de los descuentos en nuestros haberes mensuales hemos ido formando durante toda nuestra vida laboral. En mi caso, cuarenta y ocho años de actividad. Nada me regalan, lo contrario, me lo están quitando en cada Consejo de ministros o reunión comunitaria. La señora Mato, (¡vaya nombre para una ministra sanitaria!), es una mera y no muy buena administradora de un dinero que pertenece en exclusiva al pueblo español.
No son los que llegan en pateras a nuestras costas, desde países ajenos a nuestra historia y pasado, los más indicados a reivindicar unos derechos y prestaciones que ponen en peligro los nuestros, a base de recortes y privatizaciones. Menos aún que la Guardia Civil y ciertas organizaciones se dediquen a conducirlos hasta nuestras costas, atenderlos e instalarlos, en lugar de devolverlos a sus países de origen mientras dure la crisis. Y encima permitir que nos exijan con algaradas y protestas, unos gastos sanitarios, operaciones costosas y partos, pues la mayoría de sus mujeres nos llegan embarazadas, sin haber tenido tiempo aún para conocer y utilizar nuestro idioma. No sé como no reclamaron también traductor simultáneo para que nos enteráramos de qué se quejaban. Y para este grupo de intrusos de color, y no es peyorativo, solo indicativo, policías protegiendo su trayectoria, ambulancias y un tráfico interrumpido a lo largo de toda la calle en su misma dirección. ¿Por qué no lo hicieron en sus países respectivos antes de venir a darnos la “coña” a nosotros?.
No me extraña que nos consideren el culo de Europa, ya que hasta los que vienen a la deriva y desesperada, nada más pisar suelo español se convierten en exigentes acreedores de unos derechos que muchos españoles han perdido y ellos no deben tener en sus países y si los tienen, ¿por qué se fueron?. Es decir que nos recortan en sanidad, medicinas, hospitales y personal médico y estos ilegales que en sus países no se atreven a abrir la boca, aquí se erigen en “gallitos” en corral ajeno. El Quijote y Rocinante cabalgando de nuevo. Creo que por el idioma empleado deberían irse más allá de los Pirineos, a su antigua Metrópolis, esa Francia progresista que sabe defender lo suyo frente a lo foráneo con tanta dignidad como justificada intolerancia. Ven lo que ha pasado con la petición musulmana de prohibir carne de cerdo…Pues eso, verdes las han segado y a la vuelta lo venden tinto.
No es cuestión de racismo o xenofobia, pues nunca me han incomodado estas cuestiones, sino de supervivencia de nuestras tradiciones y costumbres y el sostenimiento de nuestras más perentorias necesidades.
Confidentes de low cost que se les permite todo y los maleducados tienen la desvergüenza de corregirnos la plana.
La puerta es muy grande y por ahí pueden largarse y dejar de dar la bara!
Si no les gustan nuestras costumbres que se larguen a sus putos países.
Lo
¿Alguna vez habéis visto una campaña “antirracista” que etiquetara de “racistas” a un grupo que no fuera de ascendencia europea?. Nadie dice que un país que es 100% negro necesita más diversidad. Nadie dice que un país que es 100% asiático necesita más diversidad. Ya son 100% diversos. TODOS los países blancos y SÓLO los países blancos siempre necesitan ser más diversos. Los países blancos sólo dejan de necesitar ser más diversos cuando ya no hay blancos en ellos. Diversidad es una palabra en clave para geNOcidio blanco. Cuando los MUSULMANES defienden su identidad, se le llama CULTURA. Cuando los… Leer más »
Si.