«Nunca he eludido mi responsabilidad, cumpliré con mi responsabilidad, mi conciencia, mi partido y mi país. No tenga dudas». El expresidente José María Aznar respondió de esta forma a la pregunta realizada anoche durante una entrevista a Antena 3 acerca de si se plantea su regreso a la primera línea política. La misma pregunta formulada en anteriores ocasiones siempre merecía un rotundo no. Hoy dejó la puerta más que entreabierta.

Pero fue aún más claro al afirmar que si se encontrara al timón del Gobierno viraría de rumbo. El expresidente no ocultó su desacuerdo con algunas de las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, ni tampoco negó de plano que pueda existir cierto distanciamiento con quien fuera su vicepresidente y ministro y ahora es inquilino de la Moncloa. Aznar reconoció que solo ha mantenido una conversación de “larga duración” con su sucesor en el año y medio transcurrido desde que el PP recobró el poder.

El expresidente fue muy rotundo y afirmó que lo que España necesita para afrontar la crisis «es bajar los impuestos ahora», una tesis que se sitúa en las antípodas de la política fiscal que en estos momentos pregona el Gobierno y que exige Bruselas. El expresidente recordó que a lo largo de sus mandatos él aprobó dos rebajas impositivas «con muy buenos resultados» de los que, añadió, «ahora dudan incluso algunos de los que participaron en ellas», en clara alusión al ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que ocupó con él ese mismo cargo.

No fue la única crítica de Aznar a Rajoy y su Gobierno, al que exigió un discurso «de esperanza y no de resignación», como el que planteó el Ejecutivo tras presentar sus previsiones macroeconómicas el pasado 26 de abril. También se refirió a la reforma laboral, sobre la que dijo que no desdeñaría «culminarla», otro punto que de momento no entra en la agenda de Rajoy, quien insiste en que la vigente ya está dando sus frutos. «En mi Gobierno se crearon seis millones de puestos de trabajo. Alguna experiencia en este terreno tengo», argumentó. Y a la pregunta de qué echa en falta en su partido respondió: «Un proyecto muy claro y una acción decidida para llevarlo a cabo» porque «los países necesitan saber a dónde van».

Sobre la crisis y su origen el exjefe del Ejecutivo no escatimó reproches hacia su sucesor en el cargo, José Luis Rodríguez Zapatero, al que acusó de «dilapidar la España más prospera de la historia» que él legó. También se refirió al PSOE, al que consideró un partido que está desapareciendo y al que incluso auguró un futuro escindido en formaciones regionales.

Niega sobresueldos

El expresidente del Gobierno negó con rotundidad asimismo haber recibido ningún tipo de sobresueldo al margen de los salarios que cobró primero como presidente del PP y diputado y después como jefe del Ejecutivo. Tampoco hubiera permitido que nadie lo hubiera hecho, dijo. «Creo que nadie en mi partido los ha tenido», añadió al ser preguntado por la supuesta ‘contabilidad B’ hecha pública de Luis Bárcenas. Tampoco cree que el extesorero esté en condiciones de chantejar a su partido y se mostró convencido de que las cuentas remitidas al Tirbunal de Cuentas son las únicas que reflejan la realidad. «Los únicos sobres que yo he visto son los que había con fondos reservados en la Moncloa (300.000 pesetas) y a los que puse fin el primer día de entrar allí». Con respecto a su paso por la Presidencia del Gobierno reveló un dato novedoso: aseguró que pagó el 10% de su sueldo a modo de renta por vivir en ese palacio. El 10% ronda los 8.000 euros anuales.

Por último, Aznar también se refirió a la encarcelación del expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa, con el que mantiene una vieja y estrecha amistad desde su época en que cursaron juntos las oposiciones a inspector de Hacienda. Y lo hizo para defender a quien, aseguró, todavía es su amigo: «Todos en el desempeño de sus funciones pueden cometer aciertos y errores».