El Egipto post-Morsi
Egipto siempre ha sido una pieza clave para mantener la hegemonía norteamericana en Oriente Medio y el norte de África pero los cambios producidos en el pueblo egipcio y que tuvieron su escenificación en la plaza Tahrir del Cairo el día 25 de enero (día de la ira), para pedir el fin de la dictadura de Hosni Mubarak. Así, la primavera árabe destronó al dictador egipcio y las urnas encumbraron después a Mohamed Morsi, un presidente islamista que aspira a liderar la causa palestina en el mundo árabe y líder político de los Hermanos Musulmanes egipcios, madre ideológica de Hamás.
Tras la remodelación de la cúpula militar con la defenestración del Ministro de Defensa , Tantaui y del Jefe del Estado Mayor Sami Anan, el nuevo Raïs se revistió de un poder personalista con claros tintes autocráticos , al reunir en su persona los poderes legislativo y ejecutivo y blindarse ante el Poder Judicial, redactando finalmente una nueva Carta Magna cuya aprobación a finales del año pasado en referéndum creó una brecha entre islamistas y laicos, pues éstos alegan recortes de derechos y libertades además de facilitar una interpretación islamista de la ley.
Deterioro de la coyuntura económica: La economía egipcia está lastrada por la escasez de divisas, la depreciación de la moneda local, el alto déficit y el desplome de los ingresos en sectores clave como el turismo o la inversión extranjera, por lo que el deterioro vertiginoso de la economía habría provocado un incremento de la la tensión social.
Así, la oficina de estadísticas constataba que la inflación anual oficial del mes de mayo sería del 8,2%, (lo que representa un aumento de los precios corrientes del 40%. y una reducción del consumo de un 70%).
Egipto lleva meses negociando con el Fondo Monetario Internacional un crédito de casi 5.000 millones de dólares, necesarios en un momento en el que la falta de liquidez ahoga al Estado pero que en contrapartida, exige recortes en los subsidios y subidas de impuesto en un país en el que cerca de 1,6 millones de niños entre 5 y 17 años trabajarían en la agricultura o como criados domésticos y en el que los cortes de electricidad y la penuria de carburantes tendrían su plasmación en forma de numerosos cortes de carretera y ferrocarril realizados por una población exasperada.
El reciente nombramiento por el presidente Morsi de siete nuevos gobernadores miembros de los Hermanos Musulmanes y uno del grupo terrorista Gamá Islamiya (responsable del atentado terrorista que mató a 58 turistas en 1997 ) en la región de Luxor, habría sido el desencadenante de la nueva y peligrosa espiral de revueltas sociales en Egipto y que podría derivar en una guerra civil larvada.
Así, según el pais.com, las sedes del partido Libertad y Justicia (brazo político de los Hermanos Musulmanes) y otros edificios del grupo islamista fueron asaltados, quemados y saqueados en varias provincias del Delta del Nilo, , por lo que el Departamento de Estado norteamericano habría anunciado la salida de Egipto de parte de su personal diplomático y de sus familias al tiempo que pidió a sus ciudadanos “aplazar los viajes no esenciales a Egipto”.
Ante este escenario, surge el movimiento Tamarod (Rebelión en árabe) que englobaría a liberales, socialistas nasserianos y demócratas laicos y agrupados bajo la plataforma del “30 de junio” , presentaron su hoja de ruta que pasaría por devolver a la revolución egipcia a su punto de partida y que incluye exigencias como la formación de un gobierno interino de tecnócratas, la disolución del Senado controlado por los islamistas y la formación de un comité de sabios que redacte una nueva Constitución previo a la celebración de nuevas elecciones.
Tras la campaña de firmas realizada por dicho movimiento, habría ya recogido más de 20 millones de firmas declarando ilegítimo al presidente Morsi y convocó a una manifestación masiva el 30 de junio con ocupación ilimitada de la calle y de las plazas, exigiendo la dimisión inmediata del presidente Morsi o elecciones presidenciales anticipadas, teniendo a la mítica Plaza Tahrir como epicentro y altavoz de las demandas de una parte de la sociedad egipcia mayoritariamente laica y hastiada por los intentos de la Hermandad de controlar todos los resortes de poder del Estado.
Por su parte, los islamistas están dispuestos a defender a su presidente y la legitimidad de las urnas con todas sus fuerzas e iniciaron una sentada en la plaza de Rabaa al Adawiya, en el barrio de Medinat Nasser hasta el domingo, tras la multitudinaria demostración de fuerza y de capacidad de movilización de la Hermandad de los Hermanos musulmanes demostrada en la manifestación de la semana pasada.
Golpe de mano blando contra Morsi: La remodelación de la cúpula militar llevada a cabo por Morsi en el 2012 con la defenestración del Ministro de Defensa , Tantaui y del Jefe del Estado Mayor Sami Anan con la creación del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA), hizo que el Ejército egipcio haya observado hasta el momento a una escrupulosa neutralidad y un estricto cumplimiento de la legalidad vigente. Sin embargo, Morsi apenas controla las palancas del poder en el país y está claro que sólo tiene un control nominal sobre el ejército, las fuerzas de seguridad o los servicios de inteligencia del estado, con lo que de continuar el actual deterioro de la convivencia entre las distintas fuerzas políticas egipcias y el alarmante incremento de los problemas de orden público, asistiremos a la asunción del protagonismo de las fuerzas armadas egipcias.
Así, Morsi negoció con la nueva dirección del consejo Supremo de las Fuerzas Armadas (CSFA) representado por Abdel-Fattah El Sisi la lealtad del Ejército a su persona, pero éste sería renuente a tomar partido por Morsi y hacer de valedor de su Presidencia y lanzó una advertencia clara al instar a los políticos a alcanzar un acuerdo, advirtiendo que “ el ejército no se quedará de brazos cruzados si la nación cae en un oscuro túnel de conflicto”. Recordar que las Fuerzas Armadas y Estados Unidos desempeñaron un papel decisivo en anteriores protestas, al apoyar sin fisuras la legitimidad del rais, pues Egipto sería el segundo receptor de ayuda militar estadounidense por detrás de Israel (recibe $1,300 millones anuales), al ser considerado por EEUU como aliado estratégico y portaaviones continental en Oriente Próximo.
Sin embargo, en la coyuntural actual y según Al Ahram, Egipto sería “un régimen indefinido en el que la lealtad a los intereses occidentales en Oriente Próximo estaría en entredicho” y con un alarmante descenso de popularidad de Morsi del 70% al 40%, por lo que tras los intentos infructuosos del Ejército por mediar entre las partes durante los últimos días y el enroque de Mursi en la defensa de su legitimidad presidencial , el CSFA ejecutó un golpe de mano virtual contra Morsi, rememorando a Nasser (1.956), golpe que sería un episodio local dentro de un nuevo escenario de Guerra Fría entre EEUU y Rusia y que contaría con el visto bueno de EEUU al haber dejado Mursi de ser un peón útil para la estrategia geopolítica de EEUU en Oriente Próximo.
Así, según el diario oficial Al-Ahram en su edición web, el Ejército comunicó a Mursi a las 17,00 horas local, que ya no era presidente de Egipto (apenas treinta minutos después de que el ultimátum expirara) , anunciando además una hoja de ruta en cuya confección habrían intervenido además del Ejército , el máximo representante de la oposición, Mohamed El Baradei; el jeque de la mezquita de Al Azhar, máxima autoridad religiosa suní; el líder de la Iglesia Copta de Egipto y los representantes del movimiento Tamarrud. Según Al Jazeera, dicha hoja de ruta establece un período provisional hasta la celebración de nuevas elecciones, la creación de un comité que elaborará la nueva Carta Magna y la asunción por el ex-Presidente del Tribunal Constitucional Adli Mansur de los poderes presidenciales, todo ello bajo la estrecha supervisión de las Fuerzas Armadas egipcias, que han advertido que “se mantendrán con firmeza ante cualquier acto contrario a la paz por su responsabilidad patriótica e histórica”.
El escenario post- Morsi: Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en declaraciones a Reuters, expresó su inquietud por la nueva situación al afirmar que ” la interferencia militar en los asuntos de un país es motivo de preocupación”, no siendo descartable un enfrentamiento civil entre partidarios y detractores de Mursi con el consiguiente riesgo de guerra civil , a pesar de las declaraciones del líder del grupo islamista Hermanos Musulmanes, Gamal Heshmat, en las que ha afirmado que “no hay ninguna dirección hacia la violencia. Hermanos Musulmanes no se apoya en la violencia. Nuestra causa es pacífica, defender nuestros derechos, que es más fuerte que un golpe militar”.
Sin embargo, según el diario oficial ‘Al Ahram’ el número de fallecidos por los enfrentamientos entre simpatizantes y detractores de Mursi, en la ciudad de Marsa Matrouh, ubicada al norte del país , habría ascendido a ocho, (disturbios que habrían estallado cuando un grupo de seguidores de Mursi ha atacado la sede de la Gobernación) , con lo que la cifra de muertos en todo el país por la ola de violencia que se ha desatado después de que el Ejército haya depuesto a Mursi ascendería a 14, mientras que los heridos se cuentan por decenas.
Por ello, no sería descartable que las Fuerzas Armadas egipcias se vean obligadas a imponer el Estado de excepción con el objetivo inequívoco de neutralizar las milicias armadas de los Hermanos Musulmanes y evitar un baño de sangre y en este contexto, se englobarían las órdenes de arresto contra 300 miembros de Hermanos Musulmanes, (grupo islamista sobre el que se apoyaba el Gobierno de Mohamed Mursi), destacando las detenciones de dos importantes líderes del Partido Libertad y Justicia (PLJ), vinculado a Hermanos Musulmanes (el líder del PLJ y ex presidente del Parlamento, Saad El Katatni, y el ‘número dos’ de Hermanos Musulmanes, Rashad al Bayoum).
Como última reflexión, indicar que el retorno de la Guerra Fría EEUU-Rusia tendrá como efectos colaterales el advenimiento de una nueva ola desestabilizadora mundial originada por el ocaso de la economía global; la pérdida de credibilidad democrática de incontables gobiernos de países del Tercer Mundo; el declive de EEUU como primera potencia mundial y la irrupción de nuevos actores en el marco geopolítico mundial como China, Rusia, India y Brasil , cuyos primeros bocetos ya se perfilaron en Honduras , Paraguay y ahora Egipto y que tendrán a Ecuador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Grecia, Turquía, Pakistán y Afganistán como próximos paradigmas de los llamados “golpes virtuales o postmodernos“, que protagonizará EEUU en el marco del nuevo escenario geopolítico mundial surgido tras el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría.