CONTRA EL PACIFISMO
Oswald Spengler.- De lo poco que podemos conocer de los acontecimientos del futuro, una cosa es cierta: las fuerzas del movimiento del futuro no serán distintas a las del pasado: la voluntad del más fuerte, los instintos vitales, la raza, la voluntad de poseer, y el poder. Hay una inmensa diferencia, que la mayoría de la gente no entenderá nunca, entre ver la historia futura como será y verla como quisieran que sea. La paz es un anhelo, la guerra un hecho, y la historia nunca ha prestado atención a los deseos y a los ideales humanos.
Hablar de la paz en el mundo es algo que ocurre solamente entre los pueblos blancos, y no entre las razas de color, mucho más numerosas. Cuando los pensadores y los idealistas hablan de paz, tal y como lo han hecho desde tiempos inmemoriales, el efecto es desdeñable. Pero cuando unos pueblos enteros se vuelven pacifistas, estamos ante un síntoma de senilidad. Las razas fuertes y jóvenes no son pacifistas. Adoptar una posición tal es abandonar el futuro, ya que que ideal pacifista es una condición terminal que es contraria a los hechos básicos de la existencia. Mientras el hombre siga evolucionando habrá guerras.
El pacifismo significa dejar a los no-pacifistas tomar el control. El pacifismo permanecerá como un ideal, la guerra como un hecho. Aunque el mundo estuviera unificado bajo una sola autoridad, siempre habrá guerras que llamaríamos rebeliones: distinción puramente verbal. Si las razas blancas están decididas a nunca más hacer la guerra, las razas de color actuarán de distinta manera y se convertirán en las dueñas del mundo.
La abundancia de nacimientos en las poblaciones primitivas es un fenómeno natural cuya existencia misma no puede ser discutida, sean cuales fueran sus ventajas o desventajas. Cuando las razones de interrogarse sobre la existencia de la vida entran en la conciencia humana, la vida misma ya es cuestionada.
En la historia no es el idealismo, la bondad o la moralidad las que reinan -su reino no es de ese mundo- sino más bien la resolución, la energía, la fortaleza de espíritu y la aptitud práctica. No se puede borrar este hecho con lamentaciones y juicios morales. Es así como el hombre está hecho; es así como la vida esta hecha, es así como la Historia está hecha.
*Oswald Spengler (1880-1936)
Nunca pensé que iba a llegar a decir esto pero puto Gandhi,la de gente que se ha tragado el cuento de que hay que ser pacifista y quedarse de brazos cruzados mientras los invasores cogen alas viendo a estos lelis La de gente que ha muerto por defender lo que por derecho era suyo. Por culpa de estos tarados que no afrontan que hay gente mala que no va a respetar a nadie y solo respetan si se le hace frente. Pero ellos a lo suyo mientras otros luchaban para defender a su gente estos con su sonrisa boba se… Leer más »
Así es. Una sociedad que acepta el pacifismo es una sociedad desvinculada de la realidad, adoctrinada por el sistema y adormecida en su telebasura y los dogmas de fe del capitalismo buenista.
Es un desarme espiritual, una negación a buscar una evolución y desarrollo social marcado por la voluntad propia y no por lo que quieran que seamos aquellos que tienen bombas atómicas y gastan en armamento cifras astronómicas mientras escupen su veneno lobotomizante pacifista en sus medios sionistas.
Está la “ostia” y está la “hostia”. La primera fue creada por la Real Academia para que no blasfemásemos pero no por ello deja de haber una relación interesante entre ambas que hay que desentrañar: la violencia es un sacramento. Con una conciencia pura, movido por el bien común, por un ideal superior, la violencia tiene la capacidad de transfigurar luminosamente la realidad y darnos un mundo mejor. La violencia como reacción de aquellos que no controlan sus emociones, moralmente desnortados, al servicio de intereses mezquinos, etc… profanan el sacramento de la violencia. La violencia pura ejercida con la más… Leer más »
Increíble, se escribió hace cerca de 100 años, pero está tan actualizado que yo creía que alguien lo había escrito recientemente…