Hablemos del feminismo y de sus mentiras más corrientes
Recuerdo que en mis años mozos, cuando yo militaba en el anarquismo, había una canción que decía algo así como “… todos nacemos iguales, la naturaleza no hace distinción… guerras no queremos, ni la explotación…” Y también había una máxima anarquista que decía: “a cada cual según sus necesidades, de cada cual según sus posibilidades”. Pero, ¿de verda nacemos todos y todas “iguales”?
Somos muchos los que pensamos que ésta es una de las muchas falsedades enésimas veces repetida, por eso que comúnmente se denomina “izquierda política y sindical” (y también por parte de cierta “derecha progre”, todo hay que decirlo).
Este asunto es parecido a aquello que la generación de nuestros padres y educadores repetían hasta la saciedad de “yo educo a mis hijos por igual, les doy a todos lo mismo procuro no darle a ninguno trato de favor, no tengo preferencia por ninguno, los quiero a todos por igual…”. Lo cual era absolutamente falso (pero había que decirlo para quedar bien…) pues no todos los hijos eran –son- iguales, ni todos necesitan, demandan, lo mismo, pues no todas las personas tienen las mismas necesidades… Quienes obraron así, en la generación de nuestros padres y abuelos, y quienes tienen por norma esa falacia, lo único que consiguen es maleducar, malcriar a sus vástagos, y conseguir producir en ellos enormes carencias de todo tipo.
El feminismo triunfante, subvencionado y políticamente correcto, nos vende una mentira semejante, una tremenda falsedad: las agrupaciones de mujeres (y las “secciones femeninas” de los partidos políticos (casi todos, salvo excepciones) sindicatos, y demás ongs…) dicen que representan la causa –legítima- de las mujeres, que defienden “sus intereses”, que luchan por la “liberación de la mujer”… Decir esto, es lo mismo que decir que la totalidad de las mujeres es algo homogéneo. Es afirmar que todas las mujeres son iguales (por eso hablan de “la mujer”, y no de las mujeres) que todas las mujeres tienen los mismos intereses, las mismas aspiraciones, las mismas necesidades, son merecedoras de los mismos derechos… Pero, ¿realmente es cierto todo ello?
Basta con mirar un poquito a nuestro alrededor, para darse cuenta que esto es una completa estupidez. No todas las mujeres son iguales -afortunadamente- ni tampoco son las mismas sus circunstancias personales –desafortunadamente en muchos casos…- No todas las mujeres sienten igual, ni son de la misma opinión, ni tienen los mismos intereses, ni las mismas aspiraciones… Como tampoco los hombres son un todo homogéneo. La diversidad, la heterogeneidad, son lo común en el género humano (para bien y para mal).
Es obvio que la cotidianidad de una mujer, de eso que denominamos primer mundo, bien poco tiene que ver con la forma de vida de las que viven en esos otros segundo y tercer mundos… Como tampoco tiene nada de parecido la actual forma de vida de las mujeres “occidentales” con las de nuestras abuelas y tatarabuelas. Como tampoco es igual la vida de quienes viven en zonas urbanas y zonas rurales. Lo que resulta alucinante es que haya que recordar estas cuestiones en pleno siglo XXI.
El actual discurso feminista es un cúmulo de falsedades, de insensateces, e incluso habría que hablar simple y llanamente de charlatanería, como en el caso de la astrología u otras seudo ciencias.
Los “grupos feministas” suelen afirmar –como un dogma de fe- que las mujeres están “sojuzgadas, oprimidas, marginadas, etc.”, que hay una verdadera conspiración de lo que llaman “clases hegemónicas del patriarcado masculino, heterosexual e imperialista” contra ellas. E incluso, también afirman que las mujeres no tienen apenas acceso a las instituciones, que no se les permite tener capacidad de decisión, que no se las respeta, etc. Pero, ¿Todo ello es realmente cierto? La consigna feminista de que la “mujer española, europea, occidental” es una “víctima” impotente es una idea absolutamente absurda, que se ha ido imponiendo con machaconería, acabando por instalarse como un axioma que nadie se atreve a cuestionar…
La tozuda realidad es muy diferente:
– Las mujeres españolas viven, como media siete años más que los hombres.
– Las mujeres controlan de “facto” más del 80% de las rentas familiares y son ya más del 55% en la universidad.
– Las mujeres representan alrededor del 55% de los votos en cualquiera del las elecciones que se convocan en España, motivo por el cual difícilmente pueden las feministas afirmar que están siendo dejadas de lado en el proceso de toma de decisiones políticas…
– Las mujeres tienen a priori ganado, de manera sistemática cualquier contencioso referido a custodias de menores tras el divorcio.
– Las muertes ocurridas por accidentes laborales afectan escasamente a las mujeres (un 6% únicamente, el otro 94% es cosa de hombres)
– Sólo en el 35% de los crímenes violentos las víctimas son mujeres; pese a ello, el Parlamento ha legislado una normativa especial para castigar “la violencia contra las mujeres” como si ésta fuera un crimen más horrendo que el de “la violencia contra los hombres”. (Este es un ejemplo de lo que la “igualdad” significa para el fundamentalismo feminista, esto en castellano se denomina trato de favor…).
– Dos de cada tres euros que el Sistema Nacional de Salud gasta, van destinados a las mujeres; e incluso, sin tener en cuenta los cuidados relacionados con la maternidad, las mujeres reciben más atenciones que los hombres. A pesar de ello las feministas siguen gritando que la salud de las mujeres está “descuidada”…
– De los 25 empleos peor considerados, teniendo en cuenta factores como salario, stress, seguridad y esfuerzo físico, 24 de ellos son predominantemente, si no son casi en su totalidad, masculinos. Evidentemente esto explica por qué los varones suelen ser más propensos a suicidarse (80%) Si tal como repiten hasta el hartazgo las feministas (que los hombres han planeado todo, de manera egoísta, para que el mundo en que vivimos sólo sea maravilloso para ellos, obviando totalmente las necesidades y los intereses de las mujeres) ¿tendría algo de verdad todo aquello de lo que hablábamos al principio? Por supuesto que no. Si se observa con las gafas apropiadas la realidad tal cual es, y no la caricatura, la imagen distorsionada que nos presenta el fundamentalismo feminista, y todos aquellos a quienes han acabado manipulando, lograremos ver una situación completamente diferente.
Las mujeres españolas, occidentales constituyen el grupo social con mayores privilegios de la historia de la humanidad, ostentando (o ¿tal vez detentando?) una capacidad de influencia, un grado de poder, de bienestar, y salud nunca antes conocidos.
Platón en su libro “La República“, firma que, para crear una Utopía eficaz, es necesario que ésta esté dotada de censura y de engaño, requisitos imprescindibles para obtener la virtud pública. Esto es lo que en castellano se llaman mentiras piadosas, la “Mentira Noble” de Platón.
El “Movimiento Feminista Políticamente Correcto” ha adoptado como estrategia, la “Mentira Noble” para conseguir sus objetivos. El feminismo utiliza la censura, mientras mantiene un aura de rectitud moral, “ética”, en la que subyace un profundo cinismo, cinismo que reina en el mundo académico y el gobierno, sin apenas disidencia-contestación.
Todo lo que el “academicismo feminista” enseña es realmente peculiar: Enseña una nueva versión de la Historia, diferente y repensada con respecto a la que se venía enseñando hasta ahora… El feminismo tiene una visión de la Ciencia que sólo asume de forma selectiva lo que le interesa de lo que se enseña en los departamentos de ciencia y, paradójicamente, con un enfoque no liberal de la moralidad, en la que una acción es correcta dependiendo de quién la realice. La visión del mundo creada por el feminismo contemporáneo tiene mucho en común con la de un ilusionista, que crea un escenario impresionante, que sólo es perceptible desde una determinado ángulo, y siempre y cuando todos los intentos de un estudio crítico sean abortados. Para más INRI, los hombres han ido interiorizando que es un gran pecado, una barbaridad, “atacar a las mujeres”, incluso si esas mismas mujeres adoptan un discurso disparatado y delirante en su afán de atacar de forma virulenta a los hombres. Ni que decir tiene que el mayor fraude de esta “ideología”, es asumir que la agenda propuesta por las feministas, se realiza en verdad para beneficio de las mujeres. Si el feminismo fuera sinceramente liberador, promovería relaciones armoniosas entre ambos sexos y fortalecería la familia; sin embargo, la agenda feminista, al hacer lo contrario, perjudica a la mayoría de las mujeres, y por descontado a los hombres. Como resultado de una eficaz propaganda (todo hay que decirlo) divulgando falsedades y medias verdades, la gente de buena voluntad, la gente “educada” ha ido aceptando todo el discurso demencial del feminismo sin hacer apenas cuestionamientos.
Las feministas no se privan de hablar con frecuencia, de que los últimos miles de años son el período del “ascenso del patriarcado”, un enunciado con el que tratan de imponer la idea de que en otros tiempos “mejores” las cosas fueron diferentes. Incluso hay quienes sostienen que durante el Neolítico Europa disfrutó de una sociedad pacífica e igualitaria, con igualdad de géneros-sexos pero centrada en la mujer, antes de la invasión de las brutales hordas patriarcalistas Indo-europeas, hace más de cuatro mil años.
Obsérvese que en esta nueva versión del Génesis Bíblico, la raza humana ha sido expulsada del paraíso debido –solamente- a los pecados del hombre, no los de la mujer. Téngase en cuenta que en la fábula feminista, únicamente los varones son los responsables de lo negativo, mientras que las mujeres representan todo lo positivo. Este planteamiento está presente una y otra vez en toda la doctrina feminista, dando a entender sin tapujos, que la mujer es superior moralmente al hombre.
Estas son algunas de las mentiras que se enseñan a los estudiantes hoy día, en nombre del feminismo.
La terca realidad es que la totalidad de la historia de la humanidad, es un continuo sin interrupción del llamado “patriarcado”, tal vez llegando incluso hasta nuestros primeros ancestros “primates”. En las sociedades humanas, sin excepción (aunque no guste a las feministas) el liderazgo está asociado al varón, y el cuidado y crianza de los niños a la mujer.
Quienes sostienen que la “socialización” guarda relación con los roles sexuales son incapaces de explicar por qué la socialización avanza siempre en una dirección uniforme, cuando – de acuerdo con sus premisas – debiera ser de forma aleatoria, dando como resultado unas veces matriarcados y otras patriarcados. ¿Por qué todas las sociedades, sin excepción, educan a los hombres para el liderazgo y a las mujeres para las tareas domésticas? ¿Por qué no al revés? La aplicación de la perspectiva de “género” de forma estricta acaba inevitablemente en una regresión infinita, y termina postulando una ‘causa sin causa’: se dice que el dominio masculino que observamos en todas las sociedades es causado por la “socialización”, aún cuando la socialización (que siempre origina el liderazgo masculino) en si misma no tiene causa, y de alguna forma “siempre fue así”.
Como dice Steven Goldberg, las teorías feministas “cometen el error de tratar al ambiente social como una variable independiente, no logrando explicar por qué el ambiente social siempre se acomoda a los límites fijados por, y siguiendo una dirección acorde con lo fisiológico” (es decir, el ambiente nunca actúa como contrapeso suficiente para permitir que una sociedad evite el dominio masculino de las jerarquías) Dicho de otro modo, no es verdad, como las feministas dicen, que las sociedades inventan roles sexuales arbitrarios. Muy al contrario, todas las sociedades humanas poseen pautas de conducta que la biología parece hacer inevitables y, en consecuencia, tratan de socializar-educar a los hombres y mujeres tomando como referencia roles que se espera que ellos serán capaces de cumplir.
Se ha demostrado sobradamente que las hormonas masculinas y femeninas, invariablemente, crean características profundas que alteran el estado de ánimo. Sin embargo, las feministas atribuyen la conducta de los hombres a la “socialización”. La razón por la que las teorías feministas intentan forzarnos a ignorar el rol fundamental de las hormonas masculinas y femeninas (como determinantes de la conducta) es que inevitablemente tendrían que reconocer que los roles sexuales no solamente no son arbitrarios, sino que de hecho son permanentes (salvo una intervención quirúrgica radical).
Las feministas contemporáneas “Políticamente Correctas”, así como los neomarxistas, se sienten obligados a postular una explicación puramente ambientalista para todas las diferencias de tipo sexual, ya que una vez que las diferencias biológicas son admitidas como factores relevantes, la presunción de que las mujeres son “víctimas de la discriminación” no puede ser apoyada. Entonces, las feministas estarían obligadas a separar los efectos de la llamada “discriminación” de aquéllos producidos por la biología, una tarea a todas luces imposible. Por consiguiente, según la perspectiva de género es imprescindible afirmar a manera de dogma de fe, que las diferencias biológicas varón/mujer no tienen consecuencias posibles que sean observables.
Como afirma el biólogo Garrett Hardin “…suponer que la conducta humana no está influida por la herencia, es lo mismo que decir, que los seres humanos no son parte de la naturaleza. La premisa darwiniana es que sí lo somos; los Darwinianos insisten que el peso, la carga de la prueba debe recaer en aquellos que afirman lo contrario”.
El filósofo Michael Levin describe la teoría feminista como una forma de “Creacionismo”, una negativa a aplicar la teoría de la evolución a los humanos.
Cambiando de tópico y dogma:
Si fuera realmente cierto que las mujeres estuvieron recibiendo 59 céntimos de euro (o cualquier otro número que usted elija) por cada euro que el hombre gana, por realizar el mismo trabajo y con el mismo nivel de habilidades, entonces posiblemente ningún negocio sería rentable ni productivo si emplearan a algún hombre. En este asunto ninguna explicación será admitida por las feministas contemporáneas a menos que presente a los hombres como explotadores y a las mujeres como víctimas. Para justificar el uso de la “teoría de la conspiración”, las feministas deben sostener que, o bien no existen diferencias genuinas, innatas, en las capacidades, actitudes y habilidades, entre hombres y mujeres, o bien que tales diferencias pueden existir, pero no tienen un efecto observable, en absoluto. Tan pronto como se admiten dichas diferencias como un importante factor que está influyendo en la elección de carreras y de actividades laborales, el argumento de la supuesta “discriminación” omnipresente se desvanece.
Si nos trasladamos a la práctica deportiva, en las diversas modalidades donde existen registros de las marcas masculinas y femeninas, los hombres superan, de forma significativa, a las mujeres. Esas diferencias no son un truco; lo corriente es que los atletas varones que ya comienzan a destacar cuando son estudiantes de secundaria igualen los records de las mujeres adultas que poseen marcas mundiales en su especialidad deportiva. A las feministas no les queda otro remedio que admitir, aunque sea a regañadientes que al menos en el ámbito deportivo la diferencia entre hombres y mujeres es debido a factores innatos, y no consecuencia del entorno, del condicionamiento social. Ningún “adoctrinamiento de género intensivo” acabará transformando a una mujer en un defensa respetable de la Liga Nacional de Fútbol.
Como es lógico, todo esto sitúa a las “organizaciones de mujeres” en la curiosa posición de sostener que los factores innatos sí cuentan para explicar las profundas diferencias en el rendimiento de hombres y mujeres en la práctica deportiva y el ejercicio físico en general, pero no están presentes en ningún ámbito más.
Indudablemente cuando las feministas acaban admitiendo la tozuda realidad de que existen cualidades-potencialidades diferenciadas debido al sexo, se ven obligadas a admitir que el mayor rendimiento de los hombres en los trabajos agotadores es debido a factores innatos, y no a la “discriminación” o a la “socialización”. No cabe duda alguna de que es una cuestión ideológica y no de lógica, la que mueve la hipótesis de la absoluta intercambiabilidad varón/mujer (cuando se vean necesitadas de ello, las feministas acabarán negando la intercambiabilidad, pese a que como norma defiendan vigorosamente todo lo que se deduzca de ella).
El feminismo contemporáneo “Políticamente Correcto”, haciendo hincapié en los “derechos de los grupos” y las ofensas al grupo, nada tiene de liberal, es profundamente reaccionario, y por supuesto representa una ruptura radical con la larga tradición humanista que enfatiza los derechos individuales, la igualdad de oportunidades, la promoción social teniendo en cuenta la capacidad, la destreza, el mérito… Más aún: el movimiento feminista ataca constantemente a la libertad de expresión, siempre que sea usada de manera que los “grupos de mujeres” consideren la consideren contraria a sus intereses. Esta perversa ideología pretende reemplazar la idea liberal de “igualdad ante la ley” por el siniestro “algunos somos más iguales que otros”, premiando a las mujeres con derechos y protecciones especiales que les son negados a los hombres.
Sin embargo, cuando se dirigen a un público escasamente informado e ingenuo las feministas no dudarán en proclamar que ellas “sólo quieren igualdad”. Pero si fueran sinceras y honestas, deberían especificar a qué privilegios están dispuestas a renunciar. En el “retablo de las maravillas” del feminismo contemporáneo la segregación o apartheid por razón de sexo es, o muy necesaria, o muy mala, dependiendo de cual sea el sexo que está siendo excluido. A fin de cuentas, todos los argumentos feministas son ad hoc: utilizan cualquier argumento que se encuentren para intentar probar lo que desean probar en ese momento (victimización, discriminación, opresión, persecución, lo que sea) No importa que el argumento que el feminismo usa hoy, sea o no coherente con el que usó ayer, o el que use mañana. Los hombres, simultáneamente, son y no son más agresivos, son y no son mejores en matemáticas, son y no son más persuasivos, etc., dependiendo de que es lo requerido por las exigencias del momento.
Al feminismo no le preocupa lo más mínimo que alguna mujer objete que el argumento de hoy es contrapuesto al de ayer: cualquiera que lo haga será etiquetada como “enemiga de las mujeres” y será expulsada-excomulgada del movimiento. El feminismo “Políticamente Correcto”, adecuadamente sensible, nunca critica a una hermana feminista, no importa lo que ella pudiera decir, sino que simplemente “escucha la diversidad de las voces de las mujeres”.
Este texto es una adaptación-resumen del artículo “Refutando las mentiras feministas más comunes y el seudo-academicismo” de Robert Scheaffer.
Soy mujer. Aplaudo y subscribo a este artículo. En un soplo de aire fresco en medio de tanta comedura de coco.No me uno en absoluto a la farsa feminista ni me identifico con esas hordas de mujeres histéricas. Son ellas las que oprimen a los hombres y a las mujeres femeninas. Hombres y mujeres somos diferentes y complementarios. Opino que ahora los oprimidos y perseguidos son los hombres: hombres, yo os apoyo! Os necesitamos, no os dejéis vencer! Vivan la masculinidad y la virilidad!
Me parece que uds confunden todo. El femicidio se considera un crimen diferente al homicidio “común” porque se considera un CRIMEN DE ODIO, es decir, que el asesino mató porque siente desprecio por la mujer solo por ser mujer, no porque odie particularmente a la mujer que mató. Muchas veces este tipo de crimen, si se da dentro de la pareja, es precedido por maltratos fisicos y psicologicos, aunque también pueden considerarse como tales los homicidios posteriores a las violaciones, embarazos o homicidios seriales cuando las mujeres son las únicas victimas. Desconozco cuál sea la situación de la mujer en… Leer más »
ERROR… ya lo dijo Zaffaroni… el FEMINICIDIO no existe…. nadie mata a una mujer POR SER MUJER… menos aun un hombre que fue adoctrinado desde pequeño a NO dañar a la mujer, protegerla y aceptarla como mas fragil.. Es mas… es de esperarse de manera TOTALMENTE IRRACIONAL… que un hombre que recibe VIOLENCIA de una mujer, no responda con VIOLENCIA… a la inverza ESTÁ TODO PERMITIDO… nadie dice que está mal que una mujer proceda con VIOLENCIA hacia el hombre… esto esta naturalizado, pasa desapercibido y es hasta jocoso para muchos.
Esto es lo que pasa hoy por mas que una Mujer te insulte, te ofenda, te agreda te trate mal o te escupa en la cara estas leyes siempre van a defender a estas mujeres malas y abusivas ya que siempre las tratan como si fueran buenas o unas victima lo cual es repudiable este tipo de actos ya que nunca se menciona esto ya que cuando la mujer es la que agrede y maltrata al Hombre allí si los medios no dicen nada pero cuando el Hombre es el que agrede a la Mujer allí si los medios hacen… Leer más »
vaya basura de artículo nazimachista
Maricón de mierda!
Da gusto leer argumentos como el tuyo
No hay peor ciego que el que no quiere ver la realidad Pepe.
No todas las mujeres son buenas existen muchas mujeres malas que abusan de los hombres porque asi como existen hombres malos tambien existen mujeres malas lo peor es que no se castigan a estas Mujeres malas que malratan a los hombres ya que estas leyes feministas a la vez son complices de estas mujeres feministas ya que permite que muchas Mujeres abusen y maltraten a los Hombres impunemente y de estos abusos no se dicen nada ni mucho menos se mencionan en los medios ya que en esta sociedad feminazis solo es malo si un hombre agrede a una mujer… Leer más »
Ahora los hombres somos maltratados por estas mujeres feministas que están en en poder y la política favoreciendo en todo a la mujer y discriminando al hombre quitándole todo derecho y encima estas mujeres feministas se quejan de que los hombres somos machistas mentira cuando hoy son estas mujeres feministas que están en el poder las que son mas machistas y abusivas que los Hombres…
Este feminismo radical es sexista y favorece mas a la mujer que al hombre y no es justo este feminismo es igual que el machismo solo que en version femenina aunque no estoy de acuerdo con el machismo pero tampoco estoy de acuerdo con este feminaxismo ya que esta lleno de muchos abusos y discinaciones hacia los hombres y no.es judto eso.,,
Se admira al sufragismo británico y de Estados Unidos. Les costó 50 años, la segunda mitad del siglo XIX, y parte del siglo XX conseguir el derecho al voto para las mujeres. En el caso de España últimamente intento no enterarme de nada relacionado con esa ideología. No leo ni las noticias de los periódicos relacionadas con el feminismo. Intento ignorar a la mayor parte de organizaciones feministas. Los señores y señoras del Partido Popular si quisieran habrían cambiado la ley de violencia de género, por otra ley de malos tratos, o de violencia doméstica, una ley que respetase el… Leer más »
Estas supuestas feministas de izquierda unida, del Psoe no han vivido jamàs el franquismo, ni las dictaduras de corte socialista o comunista. Son tan gilipollas que no comprenden el tablero de ajedrez mundial. Las grandes potencias, sobre todo Estados Unidos nunca habrían permitido una dictadura de tipo socialista o comunista en la península Ibérica. A ver cuando el parlamento europeo condena a las dictaduras de tipo socialista, como el antiguo imperio soviético. Por otro lado quizás no sean conscientes las presuntas feministas de izquierdas que los productos higiénicos femeninos que ellas han usado durante años: compresas, tampones, la inmensa mayoría… Leer más »
La mafia feminista tira de los hilos para que se deje en libertad a una piromana gallega autora de 13 incendios forestales. De haber sido un varon le habrian enviado a prision
http://www.guardiacivil.es/es/prensa/noticias/4563.html
En este infausto país, ya definitivamente con las feministas citadas en el artículo, y las autoridades “complacientes” y vendidas a ellas, ya es un hecho REAL el dicho de:
“CORNUDO Y APALEADO”
A LA MAFIA FEMINISTA NO LE SALEN LAS CUENTAS (VERSION 5) En nuestro pais existen muchas grupos dedicados al crimen organizado en todas sus variantes. Cualquiera que tenga ojos en la cara puede ver como nuestras calles rebosan de droga. Todo el mundo sabe que no se puede dejar una motocicleta una noche en la calle porque la roban para desguazarla y vender las piezas a los talleres piratas. Los arcenes de los poligonos industriales de todo el pais estan atestados de mujeres que son obligadas a alquilar sus cuerpos por unos euros. Hasta aqui todo “normal”, de todos es… Leer más »
Señora “Hanna”, sigo insistiendo ¿Por qué es más importante la muerte de una mujer que la de un varón, o de un niño, o de una niña, o de un anciano? ¿Debo, debemos sacar como conclusión que las mujeres son unas benditas pacifistas, que recurren a medios pacíficos para resolver sus “diferencias” y que la violencia, como el coñac Soberano, es cosa de hombres?…. Por cierto, y del resto de “datos” que se dan en el texto, ¿tiene usted argumentos de “tanta enjundia, de tan profundo calado” como el que utiliza usted para intentar “justificar” que se haya creado en… Leer más »
¡Terrorífico, ‘opinionador’! Pero, además, todo ello en su conjunto, ofende usted la inteligencia de una impúber musulmana o cristiana, qué decirle, si atea o agnóstica! Tomemos algo al azar, que solo la idea de enfrentar el cuerpo del articulito produce una brutal bajada de tensión: “Sólo en el 35% de los crímenes violentos las víctimas son mujeres; pese a ello, el Parlamento ha legislado una normativa especial para castigar “la violencia contra las mujeres” como si ésta fuera un crimen más horrendo que el de “la violencia contra los hombres”. (Este es un ejemplo de lo que la “igualdad” significa… Leer más »
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A muchas mujeres solteras el feminsmo radical que hay en España les va a inpedir casarse. Muchos hombres no se quieren casar por temor a las consecuencias que para ellos tendría un probable divorcio. Este feminismo radical, si bien da privilegios a las mujeres casadas (privilegios que fomentan que la esposa pida el divorcio sin motivo, lo que tampoco conviene a numerosas mujeres ni siquiera desde el punto de vista del egoísmo más inmoral), perjudica y mucho a las solteras. En definitiva este feminsmo hembrista y homofobo nos perjudica a todos y el es el principal culpable del hundimiento de… Leer más »
Después de las experiencias noruegas de lo políticamente correcto, hicieron unas pruebas para ver si los niños y niñas realmente eran diferentes en cuanto a sexo, o como ya llevaban años de lavado de cerebro cultural, podrían achacarse esas diferencias a la sociedad.
Los resultados resumidos: los niños siguen prefiriendo las pistolas y las niñas las muñecas.