Margallo (d) y Fabra se saludan.

Fernando Soler.- El Partido Popular, enfangado en la corrupción, parece haber perdido cualquier referencia moral y se muestra incapaz de diferenciar lo público de lo privado, el Estado del partido. La ministra de Sanidad, Ana Mato utiliza el dinero del contribuyente para ir a una final de tenis, y José Manuel García Margallo y Alberto Fabra utilizan a la Policía Nacional como seguridad privada del PP.

Bochornoso espectáculo en la cena de inauguración de curso político del Partido Popular en la Comunidad Valenciana, concretamente en Eche, en el Restaurante del Parque Municipal. Un acto de partido con la presencia del ministro Margallo y del presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, cuyas malas relaciones entre ambos son muy notorias.

Por ser un acto de partido, la asistencia es a título de militante o cargo. Amplio despliegue policial, con más de treinta miembros del Cuerpo Nacional de Policía, utilizado como guardia pretoriana, como seguridad privada del partido, más efectivos de la Policía autonómica y otros treinta miembros de la Policía Local. Furgones policiales, coches patrulla…gasto que paga el contribuyente, por culpa de unos políticos sin decencia, que consideran el Estado como su patrimonio para depredarlo.

Inauguración de curso político por un PP cuarteado y dividido, repleto de imputados y cuya balance de gestión es un desastre sin paliativos. Ni una pandilla mezclada de incompetentes y ladrones habría conseguido tal saqueo inmisericorde. Y no hace más que empeorar. La hipoteca de la Generalitat valenciana ha aumentado el 42% en sólo un año y ya asciende a 39.000 millones. La deuda con proveedores es de 4.900 millones. La Generalitat valenciana es una entidad en quiebra, insostenible, que se financia actualmente mediante el trasvase de fondos desde un Gobierno que igualmente tiene disparada la deuda pública. Todo es mentira en el discurso del PP. En lo que es gasto político no hay el más mínimo recorte. Al contrario, el despilfarro es creciente. Por ejemplo, el agujero económico de Canal ha aumentado en otros 134 millones.

Cena de cargos políticos ajenos a la realidad y al sufrimiento que están provocando, con un Alberto Fabra al que el PP quiere quitarse de en medio, como si fuera el único culpable. Margallo, por ejemplo, maniobra para aupar a una tal María José Catalá, a la sazón consejera de la Generalitat, y que la conocen en su casa a la hora de comer.

Un PP que ha elegido Elche para su cena porque no podía celebrarla en Alicante porque su alcaldesa, Sonia Castedo está imputada, pero en Elche su alcaldesa, cada vez más contestada por la ciudadanía, Mercedes Alonso está denunciada por el sindicato Manos Limpias por financiación irregular, apropiación indebida y estafa. El Partido Popular de Elche ha funcionado en negro, sin cuenta corriente, sin CIF, a través de una Asociación tapadera, sin ánimo de lucro, sorteando la preceptiva fiscalización del Tribunal de Cuentas, sin que exista factura alguna a nombre del PP.

Como ha denunciado la exdiputada del PP, Enriqueta Seller en un espléndido artículo en el diario Información: “planean graves acusaciones sobre el PP de Elche y nadie da una explicación y los militantes vemos con estupor cómo nos acusan y nos vuelven a acusar sin una mínima explicación”. Un Elche donde ha estallado el gran escándalo del Mercado Central donde la alcaldesa pepera Mercedes Alonso regala el patrimonio de todos los ilicitanos a una empresa privada ¿a cambio de qué? Porque para el Ayuntamiento no hay ni tan siquiera canon.

Un Partido Popular que se encamina hacia un rosario de juicios por corrupción, que empezará por el de Carlos Fara, para seguir de inmediato al que afecta como imputadas a dos exconselleras, Milagrosa Martínez y Ángelica Such.