¿Cuál es la mejor religión?
El teólogo brasileño Leonardo Boff, durante una entrevista televisiva al Dalai Lama, le puso en una difícil tesitura al formularle una pregunta bastante comprometida. Al menos, así la consideraba el entrevistador. No lo hizo con mala intención, sino por satisfacer su curiosidad de ver como salía airoso de la prueba. Le preguntó cual era a su juicio la mejor de las religiones. Esperaba que el jefe espiritual del budismo tibetano se inclinara por la suya. Tras escasos segundos, sn dejar de mirar a su interlocutor, como profundizando en su interior para conocer sus intenciones, sin perder la expresión sonriente y serena que le caracteriza, Su Santidad le contestó: “La mejor religión es la que te aproxima más a Dios, al infinito. Es aquella que te hace mejor”. Sabia y profunda respuesta a una pregunta que muchos se han hecho y pocos han sabido contestar. Indiscutiblemente, hemos de reconocerlo, se trata de un hombre santo, íntegro y digno líder religioso.
Un Imán o guía espiritual de una comunidad islámica, muy famoso e influyente en los Estados Unidos, participaba en un debate religioso televisivo con un capellán cristiano. En un momento de la misma, se habló de la intransigencia de los países musulmanes con las otras religiones, especialmente la cristiana. El capellán le preguntó por qué si los países cristianos permitían la edificación de mezquitas y la libertad de culto y cumplimiento de sus normas a los musulmanes, en los países islámicos no se autorizaran la edificación y apertura de templos cristianos y la practica del culto. Le pedía que explicara este distinto proceder de unos y otros. Si lo consideraba justo y razonable. El Imán no vaciló. Sin la serena sonrisa del líder budista, dijo que estaba totalmente de acuerdo, ya que el Islán era la única y verdadera religión y las demás no deberían permitirse.
Dos preguntas muy similares y dos respuestas muy distintas. Opuestas añadiría yo. En ambas vemos la diferente postura de respeto y tolerancia existente entre dichas confesiones. Lo que más me sorprende es que los que alardean de intolerancia, son los que más protestan cuando los países que les acogen no eliminan las imágenes y ritos cristianos de sus escuelas, comedores y otros lugares públicos a los que ellos asisten gracias a nuestra generosidad, tolerancia y distinta manera de enfocar los preceptos religiosos, que nos mandan amar al prójimo en nombre de un Dios, el de todos, que así nos lo pide y exige.
No intentan adaptarse a las costumbres y normas existentes en los países donde entran ilegalmente, sino que pretenden que seamos nosotros los que nos adaptemos a las de ellos. El colmo del cinismo y la ingratitud. Ya hasta se manifiestan reclamando unos derechos que no tienen y que en sus propios países les niegan sin que allí se atrevan a exigirlos. ¡ Claro como ellos son los hijos del único Dios existente!. El resto debemos honrar y adorar la divinidad de una desconocida galaxia. Se han debido trastornar con esa manida y legendaria cantinela del “pueblo elegido”, adoptada de sus vecinos y adversarios.
Con todos mis respetos a discrepantes opiniones, que espero no me crucifiquen, pienso que ya sea uno judío, cristiano, mahometano, budista o de cualquier otra creencia religiosa, siempre que se cumplan fielmente sus obligaciones y preceptos y se respeten las distintas doctrinas, todos tienen el mismo derecho a la salvación eterna. Si hacemos de nuestra vida una sucesión de meritorias obras que nos conduzcan al conocimiento y al amor de ese Dios único y universal, invocado bajo distintos nombres, todos seremos redimidos de nuestros pecados y alcanzaremos una vida eterna que premie nuestro comportamiento en la Tierra, con ángeles o huríes, lo mismo da, ya que ante la presencia del Creador ningún otro aliciente debe precisarse.
Que yo acepte a Jesús como mi Salvador y a su Iglesia como la mía, en cuyo seno quiero morir, no significa que piense que los que no hayan tenido esta magnífica oportunidad sean reos de condenación eterna, si durante sus vidas hicieron el bien y fueron sinceros en sus respectivas creencias. No me importa a quien reza mi vecino, ni en qué dirección lo hace, si su oración sale limpia y sincera de sus más íntimos sentimientos y desprende amor y tolerancia. A los ojos de Dios, ésta es sin duda la mejor religión.
De todos modos, hay una lección a aprender de la postura musulmana: la tolerancia no es una virtud por sí misma. La tolerancia será en un caso o en otro buena o mala (o regular) dependiendo de que lo que se tolere sea un comportamiento bueno o sea un comportamiento malo.
Un articulo muy acertado. Cualquier persona que de forma bienintencionada viva moralmente y practice lo mejor que pueda la Ley Natural, puede salvarse. Solo matizaria que toda persona tiene OBLIGACION MORAL de buscar la Verdad. Hoy, con los medios al alcance (internet especialmente), quien permanece ignorante -o quieto- en su busqueda de la Verdad, lo hace culpablemente, y por tanto, tiene una responsabilidad ante Dios.
Salvo algunos fanaticos ( que los hay) el Budismo es una religion muy tranquila y pacifica, es mas, como me explicaba un amigo asiatico que conoci en Londres en un viaje laboral, el Budismo no es tanto una “religion” en el sentido clasico que le damos al termino, sino mas bien es una “filosofia de vida”, que incluso NO necesariamente te obliga a creer en una deidad. Mas bien la verdad se busca en el interior de cada persona; precisamente en contraste el islam es tan agresivo e intolerante con otros credos, que de manera increible lei hace poco que… Leer más »
Me gustaría saber qué opinaría un judío cualquiera (de cara a otros judíos, claro está) respecto al tema de qué religión es la mejor. Su respuesta no habría diferido mucho de la del moro, y dependiendo del caso, hasta habría dicho que el mejor de los gentiles debe ser asesinado, como la mejor de las serpientes debe tener su cabeza aplastada…
Un placer leer su articulo.
Prefiero mil veces la religión budista que la musulmana.
Aunque también creo que en Europa tampoco se ha sabido captar demasiado bien su esencia y algunos se quedan un poquitín colgados con el tema y confunden bondad y respeto al prójimo con ser unos blandos sin personalidad,por así decirlo.