Las tribulaciones de un gobierno en sus horas más bajas
Me da la impresión de que entre los asesores que influyen en las decisiones que adopta el gobierno del Partido Popular, deben haber infiltrados con muy malas intenciones o afectados de un “zoquetismo” mental en sus neuronas. No es normal que tan continuos patinazos y desacertadas actitudes sean debidos a la exclusiva responsabilidad del señor Rajoy y a la ineptitud de sus escuderos gubernamentales. Como tampoco es lógico que de ésta “ quema de brujas” emprendida contra sus altos cargos, por cuestiones judiciales, solo se salve la pequeña y eficiente Soraya, de la que hasta la fecha y me figuro que lo habrán intentando con toda la artillería posible y el esfuerzo de “desinteresados devoradores de informes”, nadie haya podido acusarla. Es la que cada viernes da la cara a las inquisidoras cámaras y preguntas de la prensa y jamás la he visto nerviosa, indecisa y huidiza, aunque haya tenido que enfrentarse a un difícil y comprometido problema que otros no hubieran sabido soslayar con su destreza y valentía. Intentar hacernos creer lo que ella misma no se cree es un mérito añadido.
Creo que es imposible conseguir en menos de dos años de gobierno,-si se puede llamar gobierno a este interminable despropósito-, tan generalizadas y continuas críticas y lo que es peor, con toda la razón. Si hoy se celebraran elecciones, o esa pantomima democrática que nos hacen creer los que esperan seguir viviendo del cuento y su verborrea, el PP vería mermados sus escaños, en la misma proporción que el ciudadano sigue viendo mermados sus trabajos e ingresos. Es un escándalo tan continuo su manera de gobernar, que las calamidades sociales, económicas y políticas que nos causan, ya no sorprenden a nadie. Todos las esperamos.
Nadie piensa en el milagro de una ya quimérica recuperación, pues la realidad nos descubre la falsedad de estos engañabobos, una vez que se han quitado las máscaras que cubrían sus falacias electorales. Y en este apartado no excluyo a opción política alguna. Pues lo de Andalucía y los sindicatos tiene también “usía” , a pesar de las algaradas y protestas convocadas en las puertas del juzgado, cuando se refieren a algunos de los suyos. Justicia, señor, pero no en mi casa.
Nos han convertido en mano de obra barata, cuando hay alguna obra y objetivo de abusivos recortes para que ellos y sus familiares puedan seguir disfrutando su vida fácil y privilegiada. Una especie de sistema de castas para diferenciar los que deben vivir a lo grande y los que han de soportar una vida cada día más espantosa y despreciable. Y en esto no hay izquierda, derecha, ni centro, solo caradura por parte de todos.
¿Es que no hay quien piense en el partido gobernante para que dé la voz de alarma ante la generalizada protesta a su pésima y abusiva gestión?. Es hora ya de barrer tanta suciedad en los despachos oficiales, porque estamos padeciendo la ruina más espantosa que ha padecido España en los últimos sesenta años. Mis críticas a Zapatero parecen lisonjas en relación con las que se merecen los que proclamaban honestidad, eficacia, creación de empleo y ayudas sociales y han hecho todo lo contrario.
El asunto de las treinta mil mamografías en una espera incomprensible de seis meses más que un desatino, podría considerarse delito sujeto a juicio y condena del responsable. No se puede jugar con la vida de las personas, como si fueran las muñecas de nuestras hijas y nietas. Antes se dejan de abonar las indebidas dietas a diputados y otros políticos y se recortan los gastos de esas Visas en comidas pantagruélicas y tiendas de lujo, que dejar a una mujer expuesta a una enfermedad con resultados trágicos por no habérsela detectado a tiempo en una obligada mamografía. Claro que hablar de la Sanidad en España es como nombrar la soga en casa del ahorcado, pues hasta han tenido la ironía de elegir para este ministerio a una señora cuyo apellido, Mato, parece una premención de lo que por dejadez e incompetencia nos están haciendo.
El marido de la señora Cospedal, es noticia en estos días, ya que los ingresos de su empresa de asesoramiento inmobiliario han subido catorce veces más desde que su mujer es presidenta de Castilla La Mancha. Nadie se explica este incremento que va desde los 135. 691 euros que facturó en 2010 a los 1,8 millones de 2011. Lo explican por el mayor número de inmobiliarias que necesitan asesoramiento. Aunque no existiera nada raro y fraudulento, resulta al menos chocante esta vertiginosa subida coincidiendo con el cargo de su esposa.
El juez Castro, sigue erre que erre, en su empeño de imputar a la Infanta Cristina, en el juicio que se sigue a su marido. Hay una Visa oro rondando entre los legajos judiciales que no le favorece nada a la hija del Rey. Unos dice que es blanco y otros que tinto, pero todos coinciden en que es vino.
Y hablando del Rey me da mala espina tantas caídas y operaciones, en una persona más joven que yo y con una vida más cuidada y vigilada. Me preocupa la fragilidad de sus huesos. ¿ Hay algo más inquietante que nos quieren ocultar?. No se lo deseo.
Montoro, que me recuerda a un personaje muy conocido en el mundo infantil., dice que los sueldos van creciendo moderadamente. Será porque los ve muy elevados debido a su baja estatura, porque los del ciudadano no crecen, sino que menguan y se eliminan de una manera constante. Lo que si aumenta y de manera alarmante son los acosos constantes de Hacienda a los ciudadanos, reclamándoles unos pagos por errores inexistentes. Es un afán devorador para todos aquellos que no tienen corona ducal que llevarse a la cabeza.
A mi hijo lo tienen loco y no sabe cuantos faxes más tendrá que enviar a través de su gestor para que le dejen en paz esos despistados funcionarios que en lugar de recaudadores, parece torturadores del ya excesivamente atormentado ciudadano. ¿No hay fortunas mas sabrosas y escondidas donde hincar el diente?.
Creo que el ministro debería hablar menos y mantener a sus subordinados más atentos y considerados con el siempre golpeado y sufrido contribuyente. Ya se hace insoportable esta fiscalidad tan agobiante que solo libra de sus inquisidoras garras a los que más tienen y más fallos voluntarios cometen.