Comenzaré diciendo que la periodista Isabel San Sebastián siempre ha sido una persona a la que yo he respetado, y a la que le he atribuido una coherencia y unos principios por encima de cualquier ideología política. Sin embargo, no me ha ocurrido lo mismo con la señora de Cospedalde la que mi concepto es muy diferente, no es de fiar. Esas ansias de poder y de ubre estatal, no me gustan; enorgullecerse de pertenecer a una “casta parasitaria” que vive del sudor de los contribuyentes españoles, me repugna; exhibir en cada aparición pública un modelito diferente pareciéndose a Fernández de la Vega cuando en un millón de hogares españoles sus moradores pasan hambre, me enerva; hacer gala en cada comparecencia de su pobre, precaria y tediosa oratoria, me da mucha pena.

Y que conste, que no me vale aquello de que en su día superó las oposiciones a la abogacía del Estado, porque esa “hazaña” tal y como está el patio no me dice absolutamente nada, de hecho, ahí tienen a López Guerra, sentado como un ilustre magistrado en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, por el mérito de ser “mamporrero” del socialismo español y traidor a su patria. O como la niña de Griñán, Susana Díaz, nombrada presidente de la Junta de Andalucía entre otras cosas, por haber acabado la carrera de Derecho después de diez años, y no haber cotizado ni un solo día a la Seguridad Social por cuenta ajena. Pues bien, estas dos mujeres, San Sebastián de de Cospedal han hecho “autodefensa democrática” muy recientemente y casi al unísono, aludiendo con desprecio e indiferencia a la bandera de España con el águila de San Juan.

En primer lugar me quiero referir a través de estas líneas a lo acontecido en la última manifestación de las víctimas del terrorismo el pasado domingo día 27 de Octubre de 2013, donde la presentación de la misma la llevo a cabo Isabel San Sebastián. Una vez concluida su intervención y a través de 13TV, furiosa y desencajada se quejaba de que alguien había cometido poco menos que un grave “delito”, por exhibir una bandera española con el águila de San Juan durante el tiempo que duró su oratoria. Vino a decir que le molestaba que ondease insistentemente una bandera “preconstitucional” frente a su imagen en televisión, y que no enfocasen por ejemplo una ikurriña que también había entre los asistentes.

O sea, que para esta señora tiene mucha más legitimidad y le merece mucho mas respeto la ikurriña separatista del PNV, que la bandera española con el águila de San Juan, que no es otra, que la verdadera bandera de la Constitución de 1978, la de la España de los Reyes Católicos, o la del rey Carlos III. Hágase una cura de humildad doña Isabel y suelte lastre, despójese de complejos y tire de su ilustre capacidad intelectual antes de hablar, ya que si no lo hace parecerá que usted y la señora DE COSPEDAL son la misma cosa.

Mire usted, con toda humildad le voy recordar algo, la ikurriña es la bandera de un partido político fundado por un orate racista y xenófobo llamado Sabino Arana que odiaba a España y a los españoles con toda su alma. La ikurriña, ha sido utilizada por los terroristas con trampas-bomba, para volar por los aires a servidores públicos cuando se disponían a retirarlas por ser ilegales. Esos policías y guardias civiles, aun habiendo sido asesinados antes de que la bandera del PNV fuese legalizada por el sistema, creo yo, que también eran familiares de las víctimas a las que usted hoy dice respetar, amparar y defender. Estos servidores públicos dieron
su vida por la unidad de España, por ser españoles, y por lealtad a esa bandera con el águila de San Juan a la que ustedes dos, llaman con desprecio oportunista e indiferencia estúpida, bandera “preconstitucional”.

Yo le sugeriría doña Isabel, que esa claridad, esa diafanidad y esa transparencia que utiliza para dejar constancia inequívoca del repudio a esa bandera a la que denomina “preconstitucional” y que sorprendentemente contrasta con el respeto que muestra a la separatista del PNV, la podría haber utilizado para desde la tribuna de oradores citar, con nombre y apellidos, y los cargos que ocupan, quienes son los que han traicionado -no solamente a los familiares de los asesinados-, sino a todos los españoles que votaron al partido político del que usted demuestra ser sobresaliente paladín.

Usted ya no me convence ni a mi ni a mucha gente y le diré por qué, porque su mensaje que apesta al PP de Cospedal, esconde algo que les hace parecerse a la izquierda más sectaria, repugnante y antiespañola; esconde el paralelismo de ambos partidos que han llevado a los terroristas a las Instituciones y siguen la misma “hoja de ruta” para liberar a todos los asesinos vascos de la ETA. Por tanto, tengo que decir alto y claro que me ha defraudado doña Isabel. Yo sin ir más lejos besé esa bandera de España a la que ustedes llaman con desprecio e indiferencia “preconstitucional”. Con aquel beso jure lealtad a mi Patria por encima de todos los partidos políticos y de la “casta parasitaria” hasta derramar si fuese preciso, la última gota de mí sangre. Sí, ya lo sé, pensarán que suena a carca, chusco o antiguo, pero a mi lo que ustedes piensen me importa un cojón, a mi lo que me importa es España, por lo tanto así lo juré y, como español, mantengo aquel juramento.
Ustedes se podrán vestir de demócratas, de constitucionalistas o de lo que quieran, pero ya no les quedan palos en el sombrajo.

A la señora de Cospedal, por los casos de corrupción que le acechan y la miserable y vergonzante traición a España y a los españoles y, a usted doña Isabel, por la observación oportunista y miserable sobre la bandera de España con el águila de San Juan, e impregnarse de la peste a esa doble moral muy de moda, cuando cierto día a micrófono cerrado alguien, captó en su programa de Telemadrid una oda poética del impresentable Sostres. Aquello no es que fuese constitucional o no, aquello fue la prueba evidente del grado de podredumbre al que han llevado a nuestro pueblo los medios audiovisuales del sistema. Todavía sentíamos repugnancia por las baladas de SANCHEZ DRAGÓ sobre las adolescentes “zorritas”, cuando llegaron los rebuznos de este otro tertuliano que sin parar en barras decía de las púberes: “que aún no huelen a ácido úrico, que están limpias”, “del primer rasurado que aún no pica”, “de esa carne que rebota joven”, etc. ¿Le suena doña Isabel?

Estos comentarios enfermizos se hicieron en su programa. Ese colaborador suyo -que es también columnista de El Mundo-, fue cazado “meándose fuera del tiesto” por los micrófonos durante el intermedio de su programa y en presencia de un grupo de colegiales que visitaba el plató. Es evidente que el tertuliano la estaba ilustrando a usted a base de bien sobre sus “gustos sexuales” que, bajo mi punto de vista rozan la pedofilia. Abiertamente, aquel tipo le explicaba a usted que le gustan las chicas jóvenes, de 17 y 18 años porque “es ahí donde está la tensión de la carne, ese punto mágico”… llegando a compararlas con “lionesas de crema”.

Ante su atenta mirada doña Isabel, supongo que por existir niños en el plató, usted le dijo a su tertuliano: “No te acerques a mi hija”, a lo que él siguió babeando con las cualidades sexuales de las chicas púberes al tiempo que le advirtió que no debía temer por su hija de usted, ya que tenía 23 años, y “es muy mayor”. Pero la cosa no quedó ahí cómo usted bien sabe, el tipo siguió babeando con sus comentarios de taberna sobre las adolescentes como: “ese momento virginal, de esas mujeres que aún no huelen a ácido úrico, que están limpias”. Por lo visto al tertuliano ese, se le salían los ojos de sus órbitas hablando “del primer rasurado que aún no pica” y “de esa carne que rebota joven”. En un momento incluso habló “del rastro rojo que queda y de ese entusiasmo que te quieren enseñar que están liberadas y son mayores”. Y usted doña Isabel, se limitaba a decirle: “tú estás enfermo, macho”, pero nada más.

Pues bien, después de este destape “ideológico” durante un programa dirigido por usted, se pidió de inmediato a través de las redes sociales –al igual que pasó en su día con Dragó-, la salida de su amigo Sostres de ese espacio televisivo. Sin embargo, la dirección de Telemadrid salió en defensa de semejante impresentable tal y como ya hizo en su día con Dragó, y además anunció que tomaría “las medidas pertinentes” por haber sido intervenida una conversación privada para hacerse pública “de manera ilícita”. En definitiva ¡Vaya personajes! Vaya tertuliano y vaya lección de cultura democrática ante un público adolescente. Este vergonzoso episodio en su programa doña Isabel, pone de manifiesto como se las gastan algunos contertulios de ciertas cadenas de radio y televisión donde se da abundante jabón al Partido Popular.

Pero, no me gustaría finalizar esta carta sin realizarle una pregunta: ¿Cree de verdad que con contertulios como éstos en su programa, respetar la bandera separatista del PNV, y omitiendo los nombres y apellidos de los verdaderos culpables de la puesta en libertad de asesinos y violadores, se es mucho más demócrata, mas español, mas honrado y más integro que quien alzando una bandera con el águila de San Juan protesta contra este sistema corrupto y podrido, y contra la “casta parasitaria” que lo sostiene?

No se confundan los que trotan por ciertas cadenas televisivas y que aluden insistentemente a lo español desde el partido popular, ¡cuidadito! Ser español es algo tan serio y tan profundo que está por encima de cualquier partido político, holding empresarial o gigante de la Banca. A los que sentimos España y estamos dispuestos a entregar nuestra vida por ella, ni usted ni nadie nos tiene que venir a decir a estas alturas de lo que ha sido capaz la izquierda en este país posicionándose junto a los enemigos de España, lo sabemos de sobra, ahora bien, cuando no se tienen ya argumentos para justificar y ocultar por más tiempo la grave traición al pueblo por parte de un partido político que en sus proclamas alude a lo español como el PP -que en las próximas elecciones podremos comprobar a que quedará reducido-, sólo les queda una salida, señalar de fascista, de extrema derecha y de antisistema, a todo aquel que ya no cree en la democracia, que pide públicamente la desaparición de las autonomías políticas, que solicita el procesamiento de la “casta” por traición a la Patria, y que pone al descubierto con nombre y apellidos, quiénes han sido los verdaderos culpables de que España haya llegado a estos niveles de decadencia, degradación y de ruina moral y económica.