Blas Piñar: Mis recuerdos y contactos con… Giorgio Almirante (V)
Por Blas Piñar.- Hay dos tipos de conocimiento. El primero tener conocimiento de la postura política de Giorgio Almirante, el segundo, su conocimiento físico, es decir, personal.
El primero llevó consigo una gran admiración por el Secretario General del M.S.I, lo que me decidió a enviarle unos amigos y militantes de Fuerza Nueva, que le entrevistaron en Pescara (Montesiliano) en 1.972. Más tarde, en Otoño de 1.977, le invitamos, para venir a España, en Febrero de 1.978. Con motivo de esta visita, conocí personalmente a Giorgio Almirante.
Apenas iniciamos las conversaciones me di cuenta de que estábamos plenamente identificados en temas básicos: que la comunidad de ideales une más intensamente que la Patria común; que el patriotismo no consiste en alzar fronteras separadoras sino en descubrir las raíces comunes, que dieron vida y configuraron históricamente a nuestras naciones; que Europa, como proyecto económico, militar e incluso político, precisaba la creación previa de una conciencia de sus ciudadanos, que superara etapas de duro enfrentamiento; que al “eurocomunismo” había que oponer un entendimiento coordinado de las fuerzas políticas europeas, que no solo estaban dispuestas para combatirlo ideológicamente y en la posibles tareas de gobierno, sino a denunciar los lamentables errores de los partidos liberales que colaboraban con los comunistas, enmascarados o no, según los países; y que era urgente el rearme moral y espiritual del continente, debilitado por una relajación muy generalizada, que ponía en grave peligro la existencia de la civilización recibida.
Un papel fundamental tuvo Almirante en la creación de la “Euroderecha” ,no solo tuvo la idea, sino que contribuyó a convertirla en una realidad eficiente, animándola con su presencia física y su palabra. Para mí, y así tuve ocasión de decirle: “Giorgio fue un hombre fuera de serie y un auténtico patriota, cuyo patriotismo se insertaba en una concepción europea”.
Hubo, convocadas por la partidos integrados en la Euroderecha, muchos actos en diversos países. No los voy a enumerar exhaustivamente, pero sí aquellos en que intervinimos Almirante y yo: En Nápoles, el 20 de Abril de 1.976 en la Piazza de la Porta; en París, en la “La Mutualité”, el 27 de Junio de 1.978; en Madrid, en la Plaza de las Ventas , el 17 de Julio de 1.978; en Marsella, en el teatro “La Madaleine”, el 10 de Noviembre de 1.978, y en Sicilia (en varios lugares de la isla), en Diciembre de 1.978; en Barcelona, con motivo de una reunión de la Euroderecha, los días 26 y 27 de Enero de 1.980, hubo un acto en el Palacio Municipal de los Deportes en el que habló Giorgio Almirante y yo clausuré; nuevamente en Madrid y en la plaza de toros de las Ventas, el 18 de Julio de 1.980; en Roma, en una reunión con los directivos nacionales del M.S.I. , -en la que se acordó votar contra el aborto en el referéndum que se iba a celebrar en 1.981-; en Aranjuez, y en la Plaza de Toros, el 18 de Julio de 1.981; en Madrid, y en el Hotel “Eurobuilding”, el 21 de Noviembre de 1.981, Almirante, después de estar en el acto de la Plaza de Oriente, por la tarde presentó su libro “José Antonio y Europa”, que lleva uno prólogo mío; en Roma, con ocasión del Congreso nacional del M.S.I., inaugurado el 18 de Febrero de 1.982, en el que hablé, siendo abrazado por todos los que ocupaban la presidencia , mientras los congresistas aplaudían de pié; en Madrid, en el cine Benlliure, el 26 de Octubre de 1.986, con el que tuvo lugar la clausura del Congreso del partido “Frente Nacional”, que sustituyó a Fuerza Nueva; en Roma, en el teatro Adriano, el 14 de Diciembre de 1.986, para conmemorar el 40 aniversario de la fundación del M.S.I; en Madrid, con vista a las elecciones al Parlamento Europeo, hubo un acto en el Cine Carlos III, el 1 de marzo de 1.987, en el que se leyó un precioso y cariñoso mensaje de Giorgio; en Sorrento (Italia), con ocasión de otro Congreso del M.S.I., al que fui invitado por Almirante, en carta de 20 de Noviembre de 1.987, durante el cual pronuncié un breve discurso; en Madrid, y en nuestra sede, el 3 de febrero de 1988, se celebró un homenaje a Giorgio Almirante, al que obsequiamos con una espada de acero toledano, copia de la del Cid; en Niza (Francia), volví a reunirme con Almirante, que conmigo fue uno de los oradores, en el Salón Apolo del Palacio de Congresos y Exposiciones, el 9 de Octubre de 1.988 para apoyar la candidatura de Jean Le Pen a la presidencia de la República.
Recuerdo a Almirante como un amigo político y afectivo entrañable. Este es un recuerdo permanente. Nuestra amistad era completa, sin interrupciones y desinteresada. Por eso debo añadir algo sobre la muerte de Almirante:
Me encontraba en uno de los grandes salones del Hotel Meliá para clausurar el Primer congreso regional de Madrid, de la Juventud del “Frente Nacional”. Era el 22 de mayo de 1.988. Me llamaron de Roma para decirme que Giorgio Almirante había muerto. No lo dudé. Debía estar presente en el funeral. Al terminar el acto tomaría el primer avión. Antes y estando en casa para hacer la maleta, volvió a sonar el teléfono. Otra mala noticia. Pino Romualdi, el compañero de lucha y gran amigo de Giorgio y de España, había muerto antes que él.
En la sede central del M.S.I., en Via della Scrofa, entraron los dos féretros, el de Giorgio y el de Pino. La fraternidad, sellada con la muerte; una muerte común, a pocas horas de distancia. (Romualdi murió el sábado 21 de mayo de 1.988 y Almirante un día después).
Me senté entre Assunta (la esposa de Giorgio) y Guliana (su hija). Ambas me dieron la mano con todo afecto. Una fila interminable de personas pasó ante los féretros. La mayor parte eran de la clase media. Llegaron también líderes políticos, como Craxi y Marco Panella, -que siempre fue adversario de Giorgio- y Nilda Gotti, presidente del Congreso de los Diputados y compañera sentimental del Palmiro Togliatti, representante histórico del Partido Comunista.
Llegó un telegrama del Presidente de la República, el democristiano Francesco Cossiga, que en la mañana del domingo 22 de Mayo de 1.988, al conocer la muerte de Giorgio, se acercó personalmente a la clínica donde había fallecido para rendir homenaje al que había sido cabeza de la Derecha italiana y poner de manifiesto sus condolencias a los familiares y a los dirigentes misinos. Quiero subrayar que Cossiga fue también adversario de Almirante, cuando aquel fue elegido Presidente de la República con los votos de los comunistas. Es curioso que Almirante a los periodistas que en aquella ocasión le preguntaron porqué había votado en blanco respondió: “porque era el único modo para no votar rojo”.
Rogué a Assunta que me permitiera colocar sobre el pecho de su marido un pequeño crucifijo, del que era portador. Assunta cosió el crucifijo a la camisa de Giorgio, para que no se cayera.
Los dos féretros fueron cerrados. Se nos pidió a los que allí estábamos que saliéramos del local, en el que solo podían quedarse los familiares de los fallecidos. Saliendo, y antes de cerrar las puertas, me rogaron que me quedara con las familias. Creo recordar que solo nos quedamos presentes en la intimidad Gianfranco Fini y yo.
En el funeral hubo muchísima gente. El Ayuntamiento de Roma había prohibido la circulación de vehículos por las calles próximas a la sede del M.S.I. , para evitar el ruido de los motores. Los féretros se llevaron a la Iglesia de Santa Agnese, situada en la Piazza Navona. A la derecha del féretro, y abrazado a mi, iba Vittorio Mussolini. Bellas y elocuentes fueron las palabras del sacerdote oficiante, el P. Raimondo Spiazzi. Hubo diputados franceses, entre ellos, la señora Lehidoux.
En Madrid, se celebró una Misa por el eterno descanso de Almirante y Romualdi. Tuvo lugar en la iglesia de Santa Bárbara, el 31 de Mayo. La ofició D. Tomás Marín, sacerdote y profesor de la Universidad Complutense. Junto a mi estuvo Alfredo Gatti, delegado en España del M.S.I., con el que he compartido días inolvidables, aquí y en Italia. Con el mismo fin se celebró otra Misa en Barcelona.
La muerte de Almirante conmovió al pueblo italiano. El Ayuntamiento de Roma, con mayoría de izquierda y nutrida representación marxista, aprobó por unanimidad una resolución en la que, después de ensalzar las virtudes de Giorgio Almirante, “un hombre que con absoluta lealtad ha servido a su Patria durante 40 años”. El Municipio donó a la familia una parcela en el cementerio de Roma para la sepultura de Almirante, y sobre la cual pudiera edificarse un mausoleo, que yo he visitado más tarde, en unión de sus familiares y de Magliaro.
La desaparición de Almirante dejó sin efecto el viaje que habíamos proyectado para ir juntos a Hispanoamérica, y visitar a los españoles e italianos allí residentes.
Homenaje póstumo al que fuera Secretario General del M.S.S.
No es posible olvidar al Secretario del M.S.I.. Se creó una fundación, que tenía por objeto, entre otros, recoger y publicar decorosamente sus discursos y escritos, dando a conocer su ingente labor. Cuando la fundación fue legalizada, y se había publicado el primer volumen, nos invitaron a mi esposa y a mí para ir a Roma.
Un acto muy importante tuvo lugar el 22 de Octubre de 1.989, que se retransmitió por todos o casi todos los canales públicos y privados de la T.V., en Villa Miami (Via Triunfale, 151), propiedad del Ayuntamiento, que lo puso generosamente a disposición de los organizadores. Assunta, la viuda de Almirante, y algunos buenos amigos del M.S.I., me esperaban en el Aeropuerto de Fiumicino. En Roma, por todas partes había carteles con el retrato de Giorgio, en los que se anunciaba el acto a que me refiero.
A las once de la mañana, comenzaba la celebración. Magliario me dijo: “Te vas a llevar una sorpresa”. Entramos en la sala. Se cantaba el Cara al Sol, “el único himno extranjero que ha hecho tradición en Italia”, había escrito el que fuera Secretario General del M.S.I , en su libro “José Antonio Primo de Rivera, editado por Ciarrapico en 1. 990.
En mi discurso, y a petición de la viuda de Giorgio, hablé, sobre todo de la amistad que me unió a su marido. Lo concluí aludiendo a la noche en la sede central del M,S.I., en el que Assunta, arrodillada, cosió a la camisa de su difunto esposo el crucifijo que yo le había impuesto. Estas fueron mis últimas palabras: “El día de la resurrección universal, cuando Almirante despierte, verá con sus penetrantes ojos verdes la cruz bendita que puso sobre su pecho su amigo, su gran amigo de España”.
Solo una cita más, y que sintetiza la relación, repito, personal y política, que nos unió. En su libro “Biografía de José Antonio”, Almirante dice:
“No puedo escribir este libro sin rendir homenaje a Blas Piñar, el hombre que me ha enseñado a conocer, a interpretar y a amar a José Antonio. Debo, en efecto, confesar, que si no hubiera nacido una profunda y sólida amistad entre “Fuerza Nueva”, el “Movimiento Social Italiano”, y la misma amistad ente Blas Piñar y yo, no hubiera escrito este libro”.
*Fundador de Fuerza Nueva, escritor, político y notario.
Que gran traidor, que provoco el desmantelamiento del MSI el partido patriota con mas apoyo de Europa, fue su sucesor Gianfranco Fini, el Adolfo Suárez italiano
Yo he tenido el placer de seguirle desde los 13 años, ese torrente de voz y claridad para España y de pasar buenos y malos ratos con el en sus mitines, no cambia Grande!!! Blas Piñar.
Impresionante. Tengo el honor de conocerlo hace más de 37 años, y confieso que siento el mismo respeto y mayor admiración si cabe que el primer día lo escuché y estreché su mano. Es una fuente inagotable de experiencias que enriquecen a todo español que este dispuesto a realizarse de tanta sabiduría, pero es que además, al ser un hombre tan honesto, tan integro y tan transparente, todo lo que dice y lo que escribe lleva inequívocamente su ADN: La verdad. Ya estoy deseando que nos ilustre con su célebre visita y entrevista a Lyndon LARROUCHE. Gracias don Blas como… Leer más »
Alternativa Española cuenta con un gran presidente honorífico. Sin duda D. Blas Piñar es uno de esos políticos que hacen falta en estos tiempos. Por esto y por principios estamos con ustedes. vivAESpaña
Pues yo no puedo estar con AES por su postura tibia y buenista sobre la inmigración (más bien invasión).
Tampoco me gusta su ultra-clericalismo (lo digo dsde mi respeto y apoyo a la religión católica)
MUY BIEN
Siempre que leo a D.Blas Piñar sabiendo quien es,quien ha sido y lo que ha vivido me pregunto que pensara viendo el vergel que nos han impuesto los abanderados de la libertad.
Brillante historial para lección de todos los españoles, mayormente para los que no han conocido el franquismo y tienen mala imagen de José A. Primo de Rivera.
No sabía que Blas Piñar había conocido y hablado con el líder del M.S.I .
Muy buenos artículos que nos acercan a personajes de los que en España tampoco se sabe mucho.