En la muerte de Blas Piñar
Ha muerto Blas Piñar. Estoy seguro que para muchos españoles habrá muerto también el resto de ilusiones que él mantuvo por encima de cualquier dificultad, haciendo frente a ataques injustos y a críticas demoledoras.
Ahora, caliente aún su cadáver, muy cerca de él y de los suyos, proclamo aunque mi voz sea siempre un grito solitario, que Blas Piñar no fue uno de los mejores españoles de nuestro tiempo, sino el mejor.
Reunía una serie de cualidades excepcionales: la primera, el valor, la segunda, la increíble resistencia al cambio ventajoso y acomodaticio. Su corazón latió siempre con el nombre de España. No hubo para él ningún descanso, ningún silencio y por supuesto, ninguna cobardía. Amó a España hasta la extenuación viviendo su sacrificio personal alentado siempre por la alegría de servir permanentemente a su nación y a su patria. Hubo un tiempo en que hasta el mismo ABC le prestó en muchas ocasiones su Tercera. Sí, eran otros tiempos, pero Blas había levantado una bandera que no estaba dispuesto a arriar a pesar de dificultades, ataques, agravios e insultos.
Latía en su pecho un delirante amor a su patria. Nada podía suplirlo, nadie podía adelgazarlo. La verdad entera de España la guardaba en su alma de patriota ejemplarísimo. Pienso que frente a la dignidad suprema de este personaje, pocos hay que recibieran como él en vida la vil expresión que le alejaba de la nómina de los españoles de bien. Conocí a Blas cuando yo tenía 20 años. Un primo hermano mío, Ángel Molina -que firmó mi carta de afiliación a la Falange Española de las JONS y cuyo padre fue vilmente asesinado en Albacete-, me dio sus primeros consejos que estaban ya ungidos por su firme carácter de Alférez Provisional. Le recuerdo ahora que escribo estas líneas con dolor pues era plena su identificación con quien representaba un cúmulo de virtudes, de razones, de emociones, todo en torno a la España que ambos habían soñado y servido.
Me figuro la perplejidad de algunos que dirán: “ya se fue el fascista Blas Piñar” y posiblemente, en su desvío emocional y en su odio recalcitrante, serán incapaces de ver y conocer todo lo que representó la figura de Blas Piñar en la historia de España. Blas no fue nunca fascista, se comportó siempre como un soldado enamorado y ajeno a galas innecesarias.
Yo le conocí a fondo y sabía de sus afectos y fervores hacia mí, que por supuesto, yo no merecía en absoluto. En ocasiones critiqué algunas de sus posturas radicales; ahora entiendo mejor la radicalidad de su amor y de su actitud de permanente lealtad a la esencia de España que él soñaba.
Jamás dobló su espalda ante nadie, ni ante el mismo Franco Caudillo de España, al que sirvió con lealtad crítica e incomprendida y quien le alabó ante mí en más de una ocasión. Él, que no entendía de desvíos ni de alteración de circunstancias marcadas por un interés político, representó como ninguno la fidelidad a la egregia figura del Capitán de nuestra juventud, Francisco Franco, para deshonra de tantos aduladores provisionales que pronto le habrían de mirar con desprecio desde las poltronas del poder. Nadie, absolutamente nadie ofreció jamás un testimonio tan conmovedor, tan delirante en la lealtad a Franco y al movimiento nacional. Y no conozco a ninguna persona que haya sufrido con tanta entereza los viles ataques de sus enemigos. Yo le veía siempre en mis sueños como defensor del Alcázar, al que él amó de forma infinita y estremecida.
No era orgulloso, no presumía de ninguna clase de monopolio. Estaba radicalmente solo y aguantó la soledad como un héroe clásico. Jamás le vi con la mirada enturbiada por el rencor, jamás le vi cercano a cualquier clase de odio. El amor que sentía por España invadía todo su ser y hacía imposible una beligerancia hacia nadie. Sólo España era el rosario permanente de sus oraciones y la verdad estremecida de su esperanza. A ella consagró su vida, sin ayudas, sin prestaciones, sin limosnas que él rechazaba siempre con una suprema caballerosidad. Pero aceptó la soledad como un grado de dignidad y de honor y como una obligación que él sentía como la del más erecto soldado de España.
Nadie podía decirme que iba a ser yo quien trazara esas líneas necrológicas ungidas por la pasión y el dolor de su pérdida, pero él sabrá, allá donde los luceros nos alumbran, que su fiel camarada estuvo al pie de su cadáver con postura militar y ánimo de soldado saludando a quien había sido el mejor artífice de la lealtad de vida a un Capitán hoy maltratado.
Sé que todavía la ponzoña con que se le atacó tendrá sus grados de recuerdo, pero mi voz que está ya, sino cansada, avejentada por el paso de los años, estará siempre en pié junto a su recuerdo, firme ante el ejemplo que dio en su vida, alta mi frente para mirarle a los ojos sin que pudiera bajarlos en ninguna ocasión. Blas era el prototipo de una España ya desconocida que pasó a la historia, pero que un día volverá con resplandores, con canciones y con himnos a alegrar un poco nuestro corazón entumecido.
Te prometo Blas seguir tu ejemplo. Bendito sea tu patriotismo, bendita sea tu lealtad, bendita sea la entereza de tu ánimo y bendita la firmeza de tus convicciones y la elegante manera de tratar a los que eran tus enemigos. Tu amor a España lo invadía todo e invadirá las maderas de tu féretro hoy tendido. De él se desprenderá el amor que le profesaste, tú no puedes morir del todo porque eres la encarnación de la España moribunda, pero no muerta, y desde mi dolor, desde mi tristeza, grito en el umbral de tu muerte aquel grito que nos unió en vida y que nos abraza en la muerte:
¡¡¡ Arriba España!!!
*Ex ministro
Yo,tube el honor de estar junto a el,dandole protección 7 dia en el Hotel Sidi-Palace del Saler de Valencia,cuando era Diputado a Cortes y con motivo de una visita a la Catedral de Valencia,tocar el Santo Crial,por haberlo mostrado el Alzobispo de Valecia a Ilustrisimo Señor D.Blas Piñar Lopez.-Que Dios le tenga en Cloria y descanse en Paz
YO FUI UNOS DE ESOS JOVENES A QUIÉN D. BLAS DEJÓ TIRADOS AL DISOLVER FUERZA NUEVA, NUNCA ENTENDI ESA DECISIÓN. PERO RECONOZCO QUE NADIE, DESDE ENTONCES, HA LOGRADO HACERME SALIR A LA CALLE A LUCHAR POR MIS IDEALES. SIN DUDA ESTE MUNDO PIERDE AL MEJOR DE LOS MEJORES, PERO NUESTRO SEÑOR YA TIENE A SU LADO A SU MÁS LEAL SERVIDOR.
POR EL IMPERIO HACIA DIOS ¡ARRIBA ESPAÑA!
¡VIVA CRISTO REY!
…. Admirable, como siempre, ése Amor a ESPAÑA que destila elegantemente D.José Utrera Molina … qué pena que no cunda el ejemplo en las instituciones sociales, como x ejemplo, en Educación .
D. José, muchísimas gracias por tan excelente y merecido homenaje a D. Blas Piñar. España y los españoles estaríamos muchísimo mejor, si nuestros políticos siguiesen su ejemplo.
D. José:
Todo un placer y una enorme alegría leer su artículo pero alégrese, dentro del dolor como amigo ido, que no perdido es para Vd y todos nosotros pues ya le tenemos en el cielo junto a todos los camaradas, velando por España… ” La muerte no es el final ”
Placer y alegría por comprobar que ministros de Franco, siguen siendo ministros de España. Gracias por su carta, a la que sumo con energía renovada a la voz del grito leal y unificador, hoy y siempre de:
¡¡¡¡¡ ARRIBA ESPAÑA !!!!!
Gracias y mil gracias por su articulo Sr. Utrera Molina, Dios se lo premiará, los españoles de bien se lo agradecemos.Siempre Gracias. ! ARRIBA ESPAÑA.!
Gracias por este articulo Sr. Utrera, los españoles de bien así lo reconocemos, también es usted otro gran soldado de España. Gracias , Gracias ARRIBA ESPAÑA.
Gallardón camufló pagos a Urdangarín de hasta 12.000 euros al mes como “donaciones” Alberto Ruiz-Gallardón autorizó en 2007, siendo alcalde de Madrid, pagos a Iñaki Urdangarín y su Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (FDCIS) por importe de hasta 12.000 euros mensuales durante un periodo de al menos dos años por trabajos ficticios. Los abonos al yerno del Rey se hicieron a través de la Fundación Madrid 2016, impulsada por Gallardón para promocionar la frustrada candidatura de la capital como sede de los Juegos Olímpicos, y fueron camuflados como “donaciones” para evitar que Urdangarín tributara por esas cantidades La FDCIS,… Leer más »
No mezcle Ud. churras con merinas ya que juzgar a un patriota español como Utrera Molina por lo que pudiera haber llegado a hacer Gallardón sería tanto como juzgar la obra de Franco por los actos de Carmen Martínez Bordiu.
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Don José, a quien su yerno le salió rana, su carta ha agradado profundamente a más de un nieto de Don Blas. Y yo me sumo a tal gratitud.Un abrazo y gracias por dar memoria de un hombre y patriota EXTRAORDINARIO.