¿Patriotismo constitucional?
Desde que Felipe González tuviese un asesor de imagen apellidado Feo, y dijese en 1984 que el terrorismo se combatía con frialdad intelectual, no había vuelto a ver nada tan chocante ni oír gansada similar hasta que el señor Aznar ocupó la Moncloa en 1996. Entonces, superó con creces a su antecesor; suprimió el servicio militar obligatorio, “levantó su copa” en las Cortes con separatistas antiespañoles brindándoles todo tipo de pactos y concesiones; y proclamó lo del “patriotismo constitucional”.
Pues bien; existe una locución que dice: “lo que se aprende con babas no se olvida con canas”; nunca acertó tanto este dicho castellano pues al parecer, el nuevo partido VOX intenta sentar sus bases también en ese “patriotismo constitucional” de Aznar, que no es otra cosa que un eufemismo cobarde, para no ser tachado de facha, por aquellos que tranquila y libremente se consideran socialistas, leninistas, maoístas, stalinistas, separatistas, terroristas, marxistas, comunistas, anarquistas, de izquierda o de extrema izquierda. Por lo tanto, todo hace pensar y bajo mi particular punto de vista, que VOX, no es que sea más de lo mismo, que lo es, sino que representa la avanzadilla de un grupo de peperos descontentos con Rajoy, que van a dar la cara en las próximas elecciones europeas y, si la cosa cuaja medianamente bien, entonces, entrará posiblemente en juego la señora Aguirre con toda su artillería, y con Aznar de telonero mostrando los abdominales.
¿Cómo se puede presentar un individuo que lleva toda su vida amorrado a la teta de la ubre, liderando una nueva formación con la idea de regenerar el sistema apelando al “patriotismo constitucional”, cuando es precisamente la Constitución la que ha dejado huérfana a España del verdadero patriotismo? En la memoria de todos está, que las víctimas del terrorismo vasco lo han sido por ser españoles; sin considerar su filiación política o ausencia de este tipo de filiación; ni su carácter castrense o civil; ni su edad, sexo, profesión u oficio. A los asesinados, mutilados, secuestrados o extorsionados, todos los gobiernos del sistema, les han privado de este honor; se les ha dado sepultura en muchos casos, casi en la clandestinidad, y se ha dicho y repetido hasta el aburrimiento que habían sacrificado su vida por la Constitución. Jamás oí la invocación al patriotismo, como si hubiera una consigna que obligase a silenciar el nombre de España, relegándola a la penumbra primero, para arrancarla de la memoria individual y colectiva después.
La falta de talla intelectual y política de Abascal es de sobra conocida, pero detrás existen intereses para que su nuevo partido llegue a buen puerto. La muerte del PP está más que cantada, por lo tanto, alguien quiere preparar el terreno para recoger los frutos si VOX logra convencer al populacho ¿Quién pone el dinero? Esa es la clave. De lo contrario, nadie entendería ese apoyo incondicional y mediático brindado por ciertos personajes de la comunicación que, al mismo tiempo, condenan a SOLUCIONA al ostracismo sin tan siquiera haber leído su programa.
Decía el Padre Calvo que no es lo mismo ofrecer flores que frutos, y no le falta razón; estos del “patriotismo constitucional” no aportan ideas sino imagen; no esgrimen realidades sino apariencia; y no velan por los intereses nacionales sino fingen hacerlo. Y así llevan una legislatura tras otra dentro del mismo círculo vicioso que no nos lleva a los españoles a ninguna parte salvo a la esclavitud, pero que a ellos, les ha servido para alcanzar un sueldo mensual de 6.000 euros en el peor de los casos, y una pensión máxima con sólo siete años en el pesebre –también en el peor de los casos-, mientras que a nosotros no se nos garantiza ni la mínima expresión, exigiéndonos además cuarenta años de cotización a la Seguridad Social.
La farsa continúa con el nacimiento de estos grupos del “patriotismo constitucional”, que no son otra cosa que la herencia de aquellos que desde la Constitución de 1978, nos han arruinado, dividido, desvitalizado y envilecido. Defender una regeneración democrática desde la misma Constitución como pretenden algunos, me parece, más que una broma de mal gusto, un insulto a la inteligencia. Una Constitución plagada de contradicciones entre textos de la misma ley, y de ambigüedades en las que incurrieron tras el consenso sus propios coautores. Sólo un ejemplo bastaría para demostrar esas contradicciones y ambigüedades a las que hago referencia:
Dice el artículo 35 que “todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo”, y el artículo 40 declara: “los poderes públicos… realizarán una política orientada al pleno empleo”. Como podemos comprobar la realidad es muy distinta ¿Cómo hacer efectivo el deber de trabajar si no hay puestos de trabajo? ¿Cómo ejercer el derecho al trabajo si cuando pretendo ejercitarlo me dicen que no hay colocaciones?
Aquí lo único cierto es que la cifra de desempleados sigue en ascenso a pesar de que se ha anticipado la jubilación a decenas de miles de trabajadores; un gran número de jóvenes están emigrando en busca de colocación en otros países; el crecimiento vegetativo por falta de nacimientos es cero; y se han encendido todas las alarmas respecto a las reservas de la Seguridad Social para garantizar las prestaciones sociales y las pensiones por jubilación en un futuro casi inmediato.
Y, ¿qué hacen los sindicatos mayoritarios mientras todo esto sucede? Pues nada; primero porque carecen de fuerza moral para interpelar a nadie después de todo lo que han robado y, en segundo lugar, porque cuando se mantiene un chiringuito con dinero público, existe una simple regla de urbanidad que te condena al silencio más absoluto: “Mientras se come no se habla, y menos con la boca llena”.
Y ante este dramático panorama, nosotros, los que de verdad vimos desde hace muchos años que estábamos siendo víctimas de una gran mentira, y hartos de tanto despropósito, queremos nuevas ideas como las que aporta SOLUCIONA para sacar a España de este caos y de esta ciénaga.
Nosotros no apelamos ya a los partidos del sistema, apelamos directamente al pueblo; a ese pueblo llano y trabajador harto de ser ninguneado y excluido de toda razón por su honradez, su integridad y su honestidad.
Nosotros, tenemos que decir bien a las claras, que apoyarse en una Constitución que nadie respeta ni obedece, para estimular y fortalecer el patriotismo como pretenden algunos, cuando llevamos casi cuatro décadas excluyéndolo en las aulas como virtud, es tan tremendamente absurdo, como querer que un árbol eche raíces en un bloque de hormigón ¿Qué es eso de patriotismo constitucional?
Patriotismo constitucional en base a una Constitución, que nació delicadamente frágil al haber sido consensuada, y que es incapaz de defender a un ser concebido y no nacido a pesar de proclamar que todos tienen derecho a la vida.
Una Constitución que nos habla de que la Justicia es igual para todos, pero que la Fiscalía anticorrupción no ve engaño en la venta de “las preferentes”, y considera que ancianos de 80 y 90 años de edad, sin apenas estudios, sabían perfectamente lo que firmaban, y sin embargo, ese mismo ministerio público, asevera que la infanta Cristina no sabía lo que firmaba negándose rotundamente a su imputación en el caso NOOS.
Una Constitución que ampara a una casta que en nombre de la libertad de expresión eleva a cultural lo más grotesco y barriobajero de la naturaleza humana, convirtiendo las televisiones en escuelas de la difamación, el insulto, la blasfemia y la mentira.
Una Constitución que nos habla de la indisoluble unidad de España, pero que es incapaz de enfrentarse a un separatismo que se cisca en el Jefe del Estado y quema a placer haciendo mofa y befa los símbolos más representativos de la Patria, y que por falta de credibilidad –incluso por parte de sus coautores-, es a todas luces papel mojado.
Una Constitución que deja desamparados a humildes servidores públicos que un día creyeron en esa Carta Magna y asesinados por ser españoles, y que hoy se les deshonra dejando a sus asesinos en libertad.
Una Constitución que ampara y da vida a 17 autonomías y nacionalidades, que han convertido España en un “manicomio de autogestión” y en el principal cáncer que padecemos.
Una Constitución de un sistema corrupto incapaz de controlar el gasto público, que arruina a los pequeños y medianos empresarios, que exprime a los trabajadores autónomos, que ha “exterminado” a la clase media, y que permite que el Tesoro español mantenga a una castuza improductiva conformada por 450.000 parásitos, frente a una plantilla por ejemplo de 166.000 médicos; 154.000 policías; y 20.000 bomberos.
Una Constitución que por una parte nos habla del deber de las Fuerzas Armadas de garantizar la unidad de España, pero que por otra reduce a la institución castrense a un ejército sin patria que defender, y utilizado para repartir ayuda humanitaria fuera de nuestras fronteras, convirtiéndolo en la cenicienta estatal con el presupuesto más exiguo de todas las instituciones.
Patriotismo constitucional en base a una Constitución y un sistema, en virtud del cual se hace posible que el mayor inútil, dañino e incapaz, que ha tenido España como mandatario a lo largo de su historia reciente, y después de una vida de puro pesebrismo y ocho años de presidente, pueda seguir viviendo a costa del presupuesto con 12.500 euros mensuales, oficina, secretaria, dos funcionarios -uno de ellos con rango de director general-, escolta y coche oficial.
Mienten los del patriotismo constitucional. Mienten compulsivamente señoras y señores. Esto no tiene solución mientras no seamos capaces de hacer realidad una renovación total y absoluta del sistema, eligiendo en las urnas a gestores honrados que no utilicen la política como medio de lucro; personas independientes que estén dispuestas a servir al bien común, con sentido social y dispuestas a dejarse el pellejo por sacar a nuestra nación de esta dramática, trágica y caótica situación. Nada de derechas, ni izquierdas, ni centro; eso es una mentira, una falacia, un engaño, un fraude, una trampa, una falsedad, un embuste, un cuento que hace que estos golfos mantengan un discurso encantador de serpientes para seguir en el pesebre estatal de la holgazanería y la vagancia.
El examen que todos habremos de pasar al caer la tarde de nuestras vidas, no hace sólo referencia a Dios y al prójimo, -como de ordinario se cree-, sino también a la Patria. Y es evidente que éstos del patriotismo constitucional han hablado muy poco de Patria, y mucho, hasta sustituir esta palabra, tan llena de significado, por la de estado español y país, hasta el punto, de que ellos mismos frente a las formaciones separatistas y antiespañolas, se han presentado siempre y hasta el hartazgo, como meros constitucionalistas.
Es usted un sabio.
Poco más hay que añadir a tan brillante artículo . Impecable de principio a fín . Merece ser publicitado y expandido a los cuatro vientos.
La única solución: SOLUCIONA.
Excelente artículo.
Mucho pepero descontento es probable que por desinformación vote a vox, que sin duda está contando con apoyos mediáticos.
En nuestra mano está el ir dando a conocer a Soluciona, grano a grano se hace un granero.
Queda un trabajo muy duro por delante.
“yo no necesito un vox”
¿Desde cuándo algo diferente realmente al PP puede tener apoyo mediático de los medios que controla el PP, el partido de turno de la alternancia PP-PSOE? VOX es una marca blanca del PP, una formación para captar los votos de sus propios descontentos.
Lo que propone VOX es suprimir las autonomías, ¿es que alguien ha pensado que con eso ya se soluciona todo? VOX es una estafa.
Mientras las encuestas digan que el primer problema es el paro, no saldremos de ésta. El primer problema, a mucha distancia de los demás, es la CORRUPCIÓN. Porque es el origen de todos los males que soporta la mayoría de sufridos ciudadanos (excepto los corruptos, a los que les va muy bien) Corrupción que empieza en la base (es la peor) la de la prostitución del del voto a cambio de los 400 euros, o del enchufe, o de mentiras y adoctrinamientos repetidos millones de veces. Al parecer, gran porcentaje del “sabio pueblo Español”, no se entera de que Satanás,… Leer más »