A la reciente muerte de Adolfo Suárez, todo son alabanzas a su persona y a su “modélico” ejemplo de transición. No olvidemos que Suárez juró los principios del Movimiento y esto le hace perjuro por muy buenas y loables intenciones que tuviera después. Lo más digno hubiera sido no liderar ese “cambio” por el cual hoy los españoles vivimos infinitamente peor que entonces.

Los mismo que en los años de plomo y en los primeros años de esta mal llamada democracia, aquellos que lo lincharon políticamente, ahora se secan las lágrimas por su pérdida. Mucho se ha escrito sobre este aspecto de la personalidad o carácter de los españoles, que no soportan el éxito de los demás y que la alabanza y la honra solo la permiten cuando uno es ya difunto.

Es vergonzoso escuchar a un Felipe González, a un Aznar , Zapatero, Rajoy y demás gañanes, poner por las nubes la loable misión y el buen hacer de Suárez durante la transición. Tan perjuro Suárez, como el propio Rey, que igualmente juró los principios del Movimiento.

Por otro lado fueron los que han permitido el chiringuito de las autonomías, montaje éste para su propio lucro y de sus allegados fieles, gracias al cual, el resto de españoles vivimos en la miseria y dónde vale más un sindicalista ignorante, que un científico o un catedrático. Tanto es así, que los que tienen la suficiente preparación han de salir del país y llegan los indocumentados y casi salvajes moritos y sudafricanos por cientos y miles a nuestras costas. A estos, les damos sanidad, colegios, ayudas de comedor, y todo lo que durante los años del Movimiento, se pudo lograr por el esfuerzo y contribución de nuestros padres.

Fue Suárez y el mismo Rey quienes dieron amnistía general a los etarras, como luego, también, hizo el PSOE con la negociación con ETA y que todo el PP ha bendecido. La cuestión no es el bien de los españoles, no es España, la cuestión es mantenerse en el privilegio eterno le cueste al país lo que le cueste, aunque los españoles pasemos hambre.

Fueron ellos, Suárez y los que le han seguido, los que han dado carta de naturaleza a las constantes subvenciones de Sindicatos, Partidos, Autonomías, ONG’s, empresas públicas y demás montajes para mantener colgados del Presupuesto Nacional a todos sus simpatizantes, familiares y amigos. Y no les basta con lo que nos detraen a todos, si no que además roban todo lo que pueden a base de corrupción, intervencionismo e intrusionismos en todas las actividades sociales posibles.

Se puede lamentar la muerte de un ser humano, pero nada más, cuando el mal que éste ha causado lo estamos sufriendo todos y por demasiados años ya. La hipocresía institucionalizada da náuseas y el cainismo de esta sociedad llega a límites insospechados.

Igualmente se ruboriza uno al leer en las redes sociales las opiniones de miles de personas que lanzan al aire sus indocumentados razonamientos, más llevados por la propaganda, que por un análisis imparcial de la historia reciente. Esto es una consecuencia más el poder omnímodo de la casta que puso en marcha el Ex presidente Adolfo Suárez. Se cargaron la educación, los principios morales, la historia de España, todo con el único fin de manipular a su perpetuidad en el poder, a la juventud que hoy vemos hacer marchas por “La Dignidad”, cuando no saben ni aportar una sola bandera de su propio país, ni pensar por si mismos, ni tan siquiera leer comprendiendo lo que leen. Una masa de ignorantes manipulados que da asco solo verlos. Pero señores, esta es la España que dio a luz el señor Suárez y el Rey que padecemos aún.