Adolfo Suárez: Del cielo en la cima al infierno de las buenas intenciones
Luis-Tomás Zapater Espí*.- No voy a juntarme al coro de las plañideras oficiales. Es costumbre de los vivos (sobre todo en este país que antes llamaban España) que cuando una persona pública fallece todo son elogios y loores. Así pasó con Don Juan de Borbón, con Santiago Carrillo y hasta con el -odiado por el Sistema- Jesús Gil y Gil. D. Adolfo Suárez (1932-2014), el Primer Presidente del Gobierno de esta llamada democracia, ha entrado demasiado pronto en la Historia como para que los españoles (tan influidos todavía por las incuestionables “verdades oficiales” repetidas por los voceros del Sistema las 24 horas del día) puedan comprender el alcance de su papel en los acontecimientos decisivos del comienzo del último tercio del siglo XX en la historia política española.
Algunos han tratado de menospreciar a Suárez afirmando que no era más que un “vendedor del Corte Inglés” metido a presidente de Gobierno, pero en realidad, y aunque la Transición española fuera diseñada desde los despachos del Departamento de Estado de los Estados Unidos de América, fue un político verdaderamente excepcional en una España que había pasado del tono azul Mahón primaveral al gris tecnocrático retratado por la primera televisión en aquella década a la que le pusieron el sambenito de “prodigiosa”.
Suárez había nacido en una familia humilde y sus primeros años no prometían nada: Mal estudiante, jugador, vividor y mujeriego. Pero se cruzó en su vida la persona que más trascendencia tendría en su destino, y que sería el principal responsable de su meteórica carrera: Fernando Herrero Tejedor, gobernador civil y jefe provincial del Movimiento Nacional en Ávila, quien se convertiría en su mentor político y le impondría disciplina y espíritu de servicio, alcanzando el grado de Doctor en 1958 por la Universidad Complutense de Madrid. En aquel año pasó a formar parte de la «Secretaría General del Movimiento» ascendiendo, en 1961, a jefe del Gabinete Técnico del vicesecretario general, procurador en Cortes por Ávila en 1967 y gobernador civil de Segovia en 1968. En 1969 fue designado director general de Radio Televisión Española, donde ya había desempeñado otros cargos entre 1964 y 1968; permaneció en este cargo hasta 1973.
En abril de 1975, nuevamente de la mano de Herrero Tejedor, fue nombrado vicesecretario general del Movimiento, cargo que ocuparía hasta la muerte de su mentor el 12 de junio de ese año en un accidente de automóvil.
El 11 de diciembre de 1975, entró en el primer Gabinete de Arias Navarro formado tras la muerte de Franco. Por sugerencia de Torcuato Fernández Miranda, Adolfo Suárez fue nombrado ministro secretario general del Movimiento. Él, junto al joven don Juan Carlos De Borbón, era una de las dos promesas juveniles del régimen del General Franco.
No voy a aprovechar la muerte de Suárez para limitarme a sacar sus trapos sucios sin reconocer sus méritos. Ante la historia nos debemos a la verdad y Suárez fue en su momento un político brillante, pero como una estrella fugaz. Además, tenía un innegable carisma, sobre todo entre las mujeres. Cuarenta años antes de que ganara las primeras elecciones tras la muerte de Franco, otro político, también llamado Adolfo, había profetizado en Alemania, extasiado por la expansión imparable de su movimiento, que el nuevo Reich reinaría 1000 años. El Adolfo español, encandilado también por el gran apoyo popular que había recibido, dijo en un mitin que la UCD duraría 100 años, pero también se equivocó.
Además de su esmerada formación, de su gran oratoria y de su aspecto impecable, Suárez era (para aquellos que lo trataron en persona) un perfecto caballero y una persona honesta. Jamás cobró una peseta fuera de lo que le correspondía como Presidente del Gobierno. Vista la corrupción a la que llegó el Estado cuando se convirtió en el corral particular de Felipe González y sus 40 ladrones, y los escándalos habidos hoy con el tesorero del PP, con el PSOE e IU en Andalucía o con el tripartito, el Gobierno de Suárez hoy parece modélico, lo que tiene su explicación sencilla, pues sabemos de dónde venían aquellos políticos y en qué escuela se habían formado. La inmensa mayoría de los historiadores oficiales del Sistema adjudican al Rey y a Suárez el éxito de la “pacífica transición” (en la que cayeron cientos de militares bajo los atentados de ETA, GRAPO y FRAP, y decenas de civiles víctimas de formaciones extremistas), lo que constituye una forma inteligente de ocultar que, como afirma Moa, las condiciones esenciales para que la Transición no traumática hacia un Estado de partidos prosperasen se debían, sobre todo, a la profunda reforma social y económica operada por el Franquismo, que elevó a un país tercermundista, de charanga y pandereta, a la categoría de la novena potencia económica del planeta.
Nadie puede negar que Suárez fue el gran valedor de Su Majestad en el orquestado “cambio hacia el Estado democrático”, pero se convirtió como tantos otros en un “juguete roto” en manos del Monarca, que lo utilizó mientras le convino (“a mí dádmelo todo hecho”), y se deshizo de él cuando le pareció, abandonándolo a su suerte frente a los que exigían su cabeza, hasta el punto de que los partidarios de la llamada “tesis conspirativa” del 23-F apuntan a la Casa Real como la principal organizadora del “golpe” contra el Gobierno del ex Presidente. Pero no solo bastantes militares deseaban su desaparición política. También algunos de los políticos que hoy lo ensalzan lo querían ver convertido en cadáver político en aquellos años, sobre todo un conocido dirigente del PSOE que lo calificó de “tahúr del Mississipi.”
Pero no fue oro todo lo que relució bajo su mandato. A Suárez le debemos el inicio del progresivo recorte y desmantelamiento del Estado del Bienestar conseguido tras grandes sacrificios desde la década de los sesenta por las políticas del régimen anterior, que serían emprendidas de manera descarada y a la carrera cuando llegara el Gobierno socialista tras la caída de la UCD, con el ultra-liberal Boyer a la cabeza. La flexibilización del régimen laboral, a través de mecanismos de contratación temporal (sobre todo de jóvenes) y mayores facilidades para el despido de personal, reconociéndose el despido libre para un máximo del 5% de las plantillas de las empresas; la fijación en el 22% del límite de incremento de salarios (inflación prevista para 1978) y el mantenimiento del aumento de los salarios por debajo del nivel de inflación, (lo que supuso un recorte del 7% del nivel de vida de los asalariados) fueron políticas impulsadas por Suárez a raíz de los famosos “Pactos de la Moncloa”. A cambio, se prometieron algunas reformas sociales y económicas, las cuales tardarían en llegar y otras nunca llegarían. Este fue el caso, por ejemplo, de la promesa de restituir a los sindicatos el “patrimonio sindical” -el enorme patrimonio acumulado por el sindicato vertical durante casi cuarenta años- del que sólo se beneficiarían Comisiones Obreras y UGT, creando un importante agravio comparativo.
También formará parte de su deuda histórica la pérdida del principio de autoridad y el rechazo (e incluso persecución) del patriotismo desde las instituciones, que desde aquellos años han buscado lobotomizarnos el cerebro para conseguir que seamos cualquier cosa menos españoles (ciudadanos del mundo, vascos, gallegos, catalanes, europeístas, miembros y “miembras” de las ONGs, etc.) El abandono del principio de autoridad es la consecuencia de la toma de la calle y de la escuela por la izquierda (que las lleva usufructuando 40 años), y que lanzó el slogan manipulador de que autoridad = autoritarismo = franquismo, consiguiendo el inmovilismo acojonante de la derecha liberal, desde la UCD hasta el PP cuando se trata de aplicar la Ley, como hemos visto recientemente en las manifestaciones salvajes de Madrid; dicho inmovilismo prueba que para el Gobierno de Rajoy la vida de un policía no vale un pimiento (como no valía con Suárez) cuando se trata de salvar la imagen dialogante del partido gubernamental ante la peor calaña filo-terrorista de la sociedad y ante los organismos internacionales que controlan España (como la OSCE).
El denostado patriotismo también fue el resultado del miedo de Suárez a ofrecer la imagen del régimen anterior, dado que la izquierda y los separatistas en aquellos años ya empezaban a dictar la agenda política. Por RDL 2749/78 el Gobierno de Suárez prohibió a los ciudadanos llevar la bandera de España a manifestaciones y actos políticos, mientras había permitido en meses anteriores la legalización de los trapujos separatistas (que no banderas, pues no tienen la menor fidelidad histórica), sin que su uso estuviera limitado por Ley. Suárez dijo que quería evitar el uso partidista de la bandera roja y gualda, pero lo que consiguió en realidad fue que España fuera el único país de mundo que prohibía a sus ciudadanos manifestarse con la bandera nacional. A partir de ahí la izquierda aprovecharía la ocasión para atacar a todo aquel que la usara con el argumento de que “no agite Vd. la bandera, que es de todos”, pero al prohibir agitarla en la práctica no es de nadie. También de la época de Suárez es la famosa frase de “evitar darle banderas a ETA”, que justificó que se cediera a buena parte de la agenda de la organización terrorista por las instituciones (en el tema del euzkera, de la ampliación de competencias autonómicas o en la ausencia de banderas nacionales en los ayuntamientos vascos), pero curiosamente, y siendo “el peligro fascista” la (dicen) principal amenaza para la “democracia” nacida en 1978, a nadie se le ocurrió argumentar que había que evitar darle banderas al fascismo y obrar en consecuencia.
Con el Gobierno de Suárez, por medio de su ministro del Interior, Juan José Rosón, se inició la lucha desde la legalidad (y también desde las cloacas del Estado) contra los patriotas españoles, por medio de la estrategia de la provocación y la infiltración que tan buenos resultados había dado al FBI en Estados Unidos contra los Black Panthers o contra el nacionalismo blanco. Al Gobierno de Suárez le pareció un peligro de primera magnitud el partido político Fuerza Nueva, y como no era suficiente la prohibición de estructuras paramilitares prevista en el artículo 22.5 de la Constitución para su ilegalización, dio comienzo una campaña de represión de la que fue ejemplo una brutal carga policial que dejó decenas de heridos de consideración acaecida en uno de aquellos 20-Ns de fines de los setenta en la que las fuerzas de orden público dispararon pelotas de goma y repartieron porrazos a mansalva contra gente de toda edad, sexo, clase y condición porque al Gobierno le molestaba que cientos de miles de personas se manifestaran en Madrid en honor a Franco, y más aún que los militantes de FN desfilaran en formación militar uniformados y con cornetas y tambores desde el templo de Debod a la Plaza de Oriente. No contento con su pasada labor represiva, el ex Presidente llegó a solicitar a las instituciones que se prohibiera en Valencia la Convención de las Juventudes Europeas (que agrupaba partidos patrióticos europeos) en 1992, calificándola de “espectáculo bochornoso, de clara ideología racista y postulados xenófobos.”
Pero lo peor de su mandato fue la famosa Ley de Amnistía de 1977 por la que salieron a la calle decenas de terroristas y aprovecharon esta oportunidad para volver a las andadas. Entre ellos, los asesinos de Carrero, cuya excarcelación en un presunto Estado de Derecho sólo puede ser entendible como una especie de “premio” en especie por haber contribuido de manera irreversible en el cambio de rumbo del país para su sometimiento a los organismos internacionales de los que hoy es mero comparsa.
No pongo en duda de que Suárez fuera un político bienintencionado, sobre todo comparado con los que le sucedieron en la Presidencia del Gobierno. Pero el infierno está lleno de buenas intenciones. De aquellos pequeños barros de la divina Transición vienen estos grandes lodos del fin del juancarlismo. Esta es la prueba de la irresponsabilidad e insensatez del elogiado ex presidente, que de haberse mantenido con consciencia en sus últimos años habría dicho, como dijeron Unamuno y Ortega ante la contemplación del devenir nefasto de su amada República Española: “¡No!, ¡no era eso!; ¡no era eso!”. Descanse en paz.
*Doctor en Derecho Constitucional y portavoz de SOLUCIONA
Un hombre carismático al que no dejaron gobernar.
Ese sería mi resumen más verídico y acertado.
primer presidente de la democracia??
primer presidente de la monarquía bananera!!
Antes hubo otros presidenes DEMOCRATICAMENTE ELEGIDOS en España.
Muy poco porque ya se sabe que los españoles son un poco moritos y muy poco democráticos (los catalanes no, que ya tenían su parlamento antes de que España tuviera una fuente)
¡Pobre hombre!
Entre la podredumbre de la derechona española dimitió
Entre la podredumbre de Obiang y Rouco Varela lo despidieron
ENHORABUENA, UN FENOMENAL ARTÍCULO.
De acuerdo en todo Miguel Sanchez, ya está bien de esta casta de gentuza, que nos quieren hacer creer cuestiones que son mentira.
TODO PARTIDO SUBVENCIONADO POR EL ESTADO ES INDIGNO,LADRON
Y TRAIDOR Y ENEMIGO DEL DEMOS;COMO LO SON TODOS LOS PARTIDOS
AL SERVICIO DEL ESTADO Y NO DE LA SOCIEDAD CIVIL,QUE ES DONDE
DEBERIAN RESIDIR.
He leído con mucho interés el artículo. Los hechos que jalonan la vida de Adolfo Suárez, y que Vd. nos relata, dejan entrever una subida meteórica desde la “nada” y un oportunismo político que pone en entredicho la fidelidad de Suárez a los principios que España esperó que él defendiese. Cuando llegó la hora de la verdad (1975-1981), primero se plegó acríticamente a las órdenes de Juan Carlos I, y luego para “zafarse de él” se hizo más radical…contra los principios que levantaban España. O, mejor dicho, hizo lo que le pedía el Rey pero adjudicándose él la medalla. Tengo… Leer más »
El fracaso de Schengen y la libre circulación descontrolada de personas en la UE.
http://eurorealismo.blogspot.com.es/2014/03/el-fracaso-de-schengen-y-la-libre.html
Aún recuerdo el desmantelamiento de la C.N.S. (sindicato vertical)por parte del gobierno de Suárez…y por ende de sus empleados al servicio de España y del nacional sindicalismo.. Me tocó a mí indirectamente y fue durísimo. No obstante lo anterior: Adolfo Suárez D.E.P.-
AQUÍ ESTÁS MI CAUDILLO, RODEADO DE TUS NIETOS, TUS QUERIDOS NIETOS, MEJOR QUE NO VEAS COMO AHORA SON. TU NIETA PREFERIDA, … NO TE CUENTO. ES EL SÍNTOMA DE UNA ESPAÑA DESCRISTIANIZADA, ABURRIDA, DESARMADA, SIN PRINCIPIOS, ENDEMONIADA, SIN FE, SIN AMOR, SIN FAMILIA. UNA ESPAÑA QUE SE TAMBALEA. UNA ESPAÑA, UNA ESPAÑA DESPRESTIGIADA EN EL MUNDO ENTERO. UNA ESPAÑA SIN RUMBO. SIN HORIZONTE. SIN FE. UNA ESPAÑA ROTA. UNA ESPAÑA DESCONOCIDA. UNA ESPAÑA QUE LA HAN CONVERTIDO EN PAÍS, OTRORA GRAN NACIÓN TEMIDA EN TODO EL MUNDO. UNA ESPAÑA VERGONZOSA Y VERGONZANTE. UNA ESPAÑA QUE LA HAN DESCOMPUESTO EN 17… Leer más »
Miguel Sánchez-El Patriota ha compartido la foto de Antonio Martinez Valverde. Hace 3 horas UNA DESGARRADORA HISTORIA, UNA MAS, EN LOS SUCESOS QUE LAS HORDAS MARXISTAS, UNA MIL VECES FUERON LOS CAUSANTES DE LAS MAYORES TROPELÍAS. TODAS ELLAS, ANTES, MUCHO ANTES DE EMPEZAR NUESTRA SAGRADA GUERRA DE LIBERACIÓN. DIGO SAGRADA, PORQUE NO SOLO FUE NECESARIA, PARA RECOMPONER LA PATRIA, NO SOLO FUE NECESARIA, PARA QUE LA TURBA ROJA, ASESINARA A INOCENTES, POR EL SOLO HECHO DE PENSAR DE OTRA FORMA. ESTOS MALHECHORES, ASESINOS SANGUINARIOS, QUE NUNCA HAN RESPETADO OTRA IDEOLOGÍA, QUE NO FUERA LA SUYA, ESTAS MASAS INCULTAS, SÁDICAS Y… Leer más »
¡HONOR A NUESTROS HÉROES! ¡ HONOR A TODOS LOS QUE SIRVIERON A NUESTRA PATRIA A TRAVÉS DE LOS SIGLOS Y DERRAMARON SU SAGRADA SANGRE EN TODOS LOS CONFINES DEL MUNDO!. ¡HONOR A NUESTRO CAUDILLO!. DESONRADO POR MUJERZUELAS, VERDULERAS E HIPÓCRITAS DE TODO PELAJE. UN HOMBRE DE HONOR. GLORIOSO HÉROE. VALIENTE. OPTIMISTA. MUY RELIGIOSO. CON GRAN ESPÍRITU. FUERZA DE VOLUNTAD. HONRADO. LEAL A LOS PRINCIPIOS DE LA PATRIA. FIRME. VALIENTE. ARROJADO Y PRUDENTE. ÍNTEGRO. DE GRANDES VALORES E INTACTOS. EVITÓ A LOS ESPAÑOLES UN SUFRIMIENTO TERRIBLE, GRACIAS A LA NEUTRALIDAD EN LA 2ª G. M. UN HOMBRE QUE DE LA ESPAÑA… Leer más »
MIGUEL SANCHEZ MAS BIEN EL REY DE LOS PELOTUDOS….DEJATE DE JODER ESTAMOS EN 2014 GALLEGO…POR FAVOR TOMA LA MEDICACION.
Un piso y un Seat 127 tenía antes. Levantó acta notarial de sus propiedades al entrar, prometió hacerlo al salir y… NO LO HIZO. ¿Por qué?
OTRA MERMA FUE ENTREGARSE EN MANOS DE CEBRIAN, VENDIO LA PRENSA DEL MOVIMIENTO A LOS INGLESES, PREVARICÓ Y POR TANTO FUE TAMBIÉN CORRUPTO AL PIGNORAR BIENES DEL ESTADO
Pero vamos a ver si nos dejamos de meapilismo y demostramos que tenemos barba y no somos mediohombres,lelos y condicionados y de pico facil y acomplejado;que por cierto es lo que hay. No se puede justificar a nadie,digo a nadie,ni como persona ni como profesional de lo que sea,que haya participado y tenido influencia,poder,cargo,deber o posibilidad de influir en los destinos de España,en los años transcurridos desde la muerte de Franco hasta la actualidad,y que no haya hecho nada,con riesgo real y vital,en evitacion de la tendencia que ha llevado a la situacion actual española Es decir,por omision o por… Leer más »
Estoy de acuerdo.
El mejor artículo que he leído sobre Suárez
Una vez muertos todos descansan en Paz, están como antes de nacer o asomar a este Presente y los presentes como venideros, pues al mismo fin, lo que pueda ser o no, es negocio de la ignorancia o mejor de gentes sin escrúpulos como las religiones o individuos parásitos que aspiren a méritos que de otra manera NO. Esto debería estar tipificado en el CP y los sinvergüenzas implicados a escarnio publico por lo menos y después darles ese pienso a comer.
Dejeme que ponga en duda que Adolfo Suarez “Jamás cobró una peseta fuera de lo que le correspondía” eso es falso,ya que yo como familar de una persona perteneciente a su gobierno puedo decir con la conciencia muy tranquila que ADOLFO SUAREZ SI COBRÓ DINERO FUERA DE LO QUE CORRESPONDIA ya que en su periodo de presidente se PRIVATIZARON muchisimas empresas donde puso en cargos directivos a mucho de sus amigos y afiliados a UCD. Por lo que a mí respecta que descanse en Paz pero porfavor decir la verdad….y para el que quiera saber como era la España de… Leer más »