Pues te lo voy a explicar, y lo intentaré hacer de manera que lo pueda entender hasta el más profano de los españoles. Simplemente expondré una visión personal, desde la humilde perspectiva de un trabajador español que aunque víctima del sistema, la casta no logró engañar.

Me remontaré a una época en la que el recientemente fallecido Adolfo Suárez (DEP) con el aplauso unánime de los que hoy llamamos “casta parasitaria”, ponía en marcha la maquinaria propagandística del Estado, anunciándonos que nos traía un sistema político que iba a ser la panacea. Lo que no se publicitaba era lo que supondría ese sistema –económicamente hablando-, para esos que querían venir a quitarnos las cadenas.

El señor Suárez comenzó anunciando que todo lo que había en la calle debía ser legalizado, como el Partido Comunista de España inspirado en una doctrina ideológica que tiene en su haber más de cien millones de seres humanos asesinados, y que tras la caída del muro de la vergüenza y la desintegración de la URSS con sus países satélites, dejó al descubierto un triste panorama de represión, hambre, miseria, y muerte.

Asimismo, concedió una amnistía para terroristas entre los que se hallaban aquellos que, tres meses antes, dinamitaron con una carga explosiva colocada en el pecho al ex alcalde de Barcelona señor Viola y a su esposa, y al empresario catalán señor Bultó. Y concedió la amnistía convencido de que éstos dejarían de matar cuando quedasen libres. Evidentemente no fue así, es más, visiblemente envalentonados asesinaron más y con más saña.

Legalizó la ikurriña, bandera del PNV, partido fundado por Sabino de Arana y Goiri, quien decía odiar a España y a los españoles con toda su alma y, que yo sepa, ningún líder peneuvista ha pedido perdón en su nombre, ni ha rectificado hasta la fecha ese pensamiento de odio sabiniano.

En 1978 con 65 españoles asesinados por el terrorismo, la UCD de Suárez y demás partidos pactan la Constitución y la someten a referéndum siendo refrendada por la mayoría, lo que no impidió que en 1979 el terrorismo asesinara a 165 españoles.

El clero vasco -siempre del lado de los nacionalistas y separatistas-, daba cobijo en sus iglesias a terroristas cuando éstos eran perseguidos por la Guardia Civil. Asimismo, se negaba a oficiar funerales por las víctimas de la ETA, mientras que Suárez y su gobierno les daban sepultura casi en la clandestinidad.

En 1980 la ETA asesinó a 93 españoles, entre ellos a dos trabajadores de la central nuclear de Lemoniz. Posteriormente, y tras el asesinato de los trabajadores también de la central José María Ryan en 1981 y de Angel Pascual en 1982, el gobierno cede y cierra Lemoniz para siempre.

La generosidad del Ejecutivo con los nacionalistas vascos ha sido vergonzante y sin límites; comenzaron con privilegios fiscales, competencias en seguridad ciudadana, y la creación de su guardia pretoriana que dobló de inmediato en salarios y medios a la Guardia Civil y a la Policía Nacional.

El grupo terrorista catalán TERRA LLIURE, brazo armado de los separatistas catalanes, se atribuyó más de 200 atentados con un total de 54 muertos hasta su disolución en 1995.

El gobierno de España cedió a Cataluña competencias en seguridad, lo que dio lugar a la creación de otra guardia pretoriana que dobló también en salarios y medios a la Guardia Civil y a la Policía Nacional. Todas esas concesiones lejos de parar el avance independentista han conseguido, y sin que la Fiscalía actúe de oficio, que siga sin ondear la bandera de España en muchos edificios oficiales; han conseguido que el Camp Nou sea la “capilla sixtina” del independentismo y su público un clamor de insultos contra España; han conseguido que se multe a los establecimientos mercantiles por rotular en español, y han conseguido también que se niegue la enseñanza del español en las escuelas ciscándose en el Gobierno, en la Constitución, y en las sentencias del Tribunal Supremo.

En Vascongadas, además de no ondear la bandera española en muchos ayuntamientos, tampoco se permite que nuestra selección nacional de fútbol juegue en ninguno de sus estadios, ni que la “vuelta ciclista a España” pise esa región española. Y, para mayor escarnio, hemos podido ver tras el fallecimiento de “el sabio de Hortaleza” Luis Aragonés, cómo los jugadores de los equipos vascos se negaron a colocarse el brazalete negro en señal de duelo, y gran parte del público no respetó el minuto de silencio, al igual que hacen cuando suena el himno nacional de España.

Después de 38 años sometidos a una meticulosa programación, adoctrinamiento y lobotomía a través de los medios y de las escuelas, los españoles hemos visto mucho y no hemos reaccionado ante nada.

Hemos oído y leído el relato de los acontecimientos del llamado 23F manipulados hasta el hartazgo, y de los que el mismo Jefe del Estado tuvo el cuajo de declarar a la prensa, que a él todavía no le habían contado toda la verdad sobre lo sucedido.

Hemos visto cómo en las elecciones celebradas tras el genocidio del “aceite de colza” en 1982 -al igual que “casualmente” ocurría tras el atentado del 11M de 2004-, los socialistas lograban alzarse con el poder.

Hemos visto cómo los distintos gobiernos del sistema suspendían sus viajes oficiales a Chile durante la dictadura de Pinochet, y sin embargo, recibían en Madrid con bombo y platillo al dictador comunista rumano Ceaucescu, distinguiéndolo con la birreta de doctor Honoris Causa y entregándole la llave de oro de la Villa, meses antes de que su tiranía obligase a su pueblo a fusilarlo.

Hemos visto cómo tras permanecer trece años cerrada, Felipe González abría de par en par la verja de Gibraltar en 1982. Esta imprudencia con sed de venganza, solapada a las múltiples gansadas posteriores de Moratinos, han sido el origen principal de los episodios humillantes que hoy soportamos de un donnadie como Picardo, y la ruina que sufren nuestros pescadores.

Hemos visto cómo Francia, que fue santuario de terroristas e incineradora de nuestras exportaciones agrícolas, comenzó a colaborar en la lucha antiterrorista cesando a su vez los ataques a nuestras mercancías, cuando España quedó literalmente inundada de hipermercados de capital francés.

Hemos visto cómo Felipe González, con una tasa de desempleo en España del 22%, hizo entrega a la URSS y su principal mandatario al señor Gorvachov, de 150.000 millones de las antiguas pesetas.

Hemos visto cómo la izquierda acaparó la enseñanza pública con militantes y simpatizantes dentro del profesorado; excluyeron el patriotismo de los centros escolares; sembraron la semilla del compadreo entre profesor y alumno en las aulas, y hoy la cosecha recogida es el bajo nivel académico, la violencia infantil y juvenil en los centros docentes, la academia de “guerrilla urbana” en que se ha convertido la universidad donde se corean frases como “A por ellos como en Paracuellos”, y vemos las amenazas y agresiones de adolescentes a esos mismos profesores que atemorizados piden socorro.

Hemos visto cómo los mismos que abogaron por abolir la pena de muerte en nuestro país, dirigían después una catarata de “crímenes de Estado” de forma selectiva, y una vez descubierta la trama, los verdaderos responsables se fueron de rositas dejando a sus esbirros con el “culo al aire”.

Hemos visto cómo en virtud de las autonomías políticas, la nómina de empleados públicos pasó de 800.000 en 1975 a 3.500.000 con los que cuenta actualmente, cientos de miles de ellos enchufados y colocados a dedo sin haber superado ningún tipo de oposición y sólo por pertenecer al partido.

Hemos visto cómo se ha permitido que grandes multinacionales norteamericanas y el comercio asiático, hayan desplegado sus tentáculos por todo nuestro territorio, condenando al pequeño comercio español a la asfixia, la ruina y el cierre.

Hemos visto cómo cayendo en contradicción absurda con fines electoralistas, despenalizaron el consumo de drogas persiguiendo su tráfico, logrando así una subida alarmante de la delincuencia juvenil, y colocar a España como líder en tráfico y consumo de drogas de toda Europa.

Hemos visto cómo nuestra entrada sin cautelas en la Unión Europea, nos condicionó a desmantelar nuestra industria pesquera, naval, siderúrgica, agrícola y ganadera, quedando reducidos por mandato de Bruselas a un país de camareros imponiéndonos el euro como moneda.

Hemos visto cómo los socialistas con campañas incluso amenazantes de “OTAN de entrada ¡No!” Mintieron descaradamente volteando su signo para meternos de lleno en la NATO, y al socialista Javier Solana catapultarlo a la secretaría general de dicha organización.

Hemos visto cómo enviaban nuestras tropas a Irak bajo una acusación falsa de poseer este país armas de destrucción masiva, y los iraquíes respondieron al ataque con las mismas armas que años antes les habían suministrado Norteamérica, Inglaterra y Francia para guerrear contra Irán, en apoyo de los que ahora eran sus invasores.

Hemos visto como “los de La Ceja” copaban con manifestaciones los medios del sistema contra la guerra de Irak y la tragedia del Prestige, y sin embargo se quedaban mudos ante el envío de nuestras tropas a Afganistán o ante la puesta en libertad de terroristas y asesinos en serie.

Hemos visto como la ETA asesinó a la fiscal Tagle en1989, tras unas declaraciones de ésta en las que afirmaba: “De nada sirve que un asesino acumule mil años de cárcel porque no va a cumplir ni siquiera treinta […]”.

Hemos visto cómo miles de mujeres viudas sobreviven con pensiones de miseria, mientras Esperanza Aguirre allá por 2003, llegó a percibir mensualmente tres pagas del Estado, y sólo una de ellas reportaba a la entonces senadora popular 12.000 euros.

Hemos visto como la UE nos impone el cambio horario dos veces al año so pretexto de un ahorro de energía, y sin embargo los encuentros de fútbol se siguen disputando por la noche con el despilfarro energético que ello supone, porque se imponen los intereses multimillonarios de las televisiones.

Hemos visto a los reyes de España y a la socialista Fernández de la Vega viajar oficialmente a China, sin importarles los fusilamientos de opositores al régimen; los niños golpeados en los orfanatos; las mujeres perseguidas por engendrar una niña en un segundo embarazo, o los niños explotados en fábricas de cuya producción somos clientes destacados.

Hemos visto el Congreso de los Diputados prácticamente vacío en horario de sesiones, y cómo sus señorías votaban con los pies al objeto de ejercer el sufragio por sus compañeros ausentes en el hemiciclo.

Hemos visto tras el atentado del 11-M, un proceso judicial plagado de sospechosas irregularidades, sin que sepamos hasta la fecha quienes fueron los autores intelectuales de la masacre.

Hemos visto a los socialistas aprobar “papeles para todos”, provocando un “efecto llamada”, para que miles de inmigrantes subsaharianos instruidos por ciertas “oenegés” que perciben subvenciones millonarias, asalten nuestras fronteras impunemente.

Hemos visto a socialistas y comunistas perseguir con obsesión al catolicismo ante el silencio cómplice de la derecha liberal pepera, mientras permiten que el fundamentalismo islámico cuya doctrina somete y mutila a las mujeres y ahorca a los homosexuales, haya tomado posiciones en nuestro país ante el silencio de feministas y grupos afines.

Hemos visto al pueblo salir a la calle dispuesto a todo porque una decisión arbitral condenaba a un equipo de fútbol a bajar de categoría, y sin embargo, ese mismo pueblo se pintaba las manos de blanco o se colgaba lazos negros en manifestaciones silenciosas contra la ETA, provocando la carcajada y la burla de los terroristas y sus seguidores.

Hemos visto cómo las grandes empresas que aumentaron sus fortunas con cientos de miles de millones de euros durante la burbuja inmobiliaria, huían despavoridos con las alforjas llenas a paraísos fiscales, para después presentar ERE,s indiscriminados despidiendo a millones de trabajadores bajo la mirada cómplice de la “casta parasitaria”, receptora durante años de sobres sin membrete de esas mismas empresas.

Hemos visto cómo en España se subvencionan cambios de sexo con dinero público, mientras nuestros ancianos tienen que costearse las prótesis dentales, y mientras los niños carecen de asistencia odontológica “total” cubierta por la Seguridad Social.

Hemos visto cómo la derecha pepera después de ensañarse con los funcionarios de carrera, recorta salarios y prestaciones a los trabajadores y pensionistas españoles, auspicia los contratos-basura y los despidos libres, alarga la edad de jubilación para los cotizantes, y sin embargo, ni un solo golpe de tijera en lo referente a devengos, dispendios, prebendas y privilegios que les concede a ellos el sistema.

Hemos visto cómo en plena crisis, con una burbuja futbolística a punto de estallar y fraudes en los traspasos de jugadores, se han llegado a pagar más de cien millones de euros por un jugador extranjero, mientras casi un millón de familias españolas con todos sus miembros en paro no tienen para comer.

Hemos visto al Jefe del Estado irse de cacería y a su hija y su yerno llevárselo crudo, mientras España se encuentra en trance de muerte como nación y como unidad histórica de siglos.

Hemos visto subvencionar con millones de euros a asociaciones y fundaciones de toda índole con dinero público, cuando muchas de esas fundaciones son un refugio político de holgazanes que viven del cuento.

Hemos visto cómo ha sido rescatada la banca con cuarenta mil millones de euros tras ser expoliada por la casta, mientras los españoles desempleados son desahuciados de sus viviendas por impago, y los autónomos y PYMES sufren la asfixia por la subida de impuestos y la falta de crédito.

Hemos visto cómo se indultaba a placer a delincuentes de “guante blanco” sin rendir cuentas a nadie, mientras jóvenes españoles de familias humildes se pudren en prisión por delitos menores o por no poder depositar una fianza.

Hemos visto cómo delincuentes vestidos de uniforme al “servicio personal” de la casta socialista, daban el soplo al aparato financiero de la ETA en el bar Faisán, para que los terroristas vascos escapasen de la Policía.

Hemos visto cómo en Andalucía, feudo genuino de PSOE-IU, es donde se han cometido los delitos de corrupción más abyectos y repugnantes de esta maldita democracia. Amigos de chorizos de maletines y gasolineras, se han apropiado del dinero de los trabajadores desempleados, y mientras, los peperos hacían lo propio con “GURTEL”, “BRUGAL”, “EMARSA”, “FABRA”, “PALMA” o “BARCENAS” en los feudos que políticamente dominan.

Y para poner la guinda a 38 años de farsa, el 21 de Octubre de 2013 los españoles perdíamos la dignidad como pueblo. Mientras el gobierno liberaba a terroristas, violadores y asesinos en serie, los “indignados”, los del “15M”, los de “rodea el congreso”, los de la “marcha por la dignidad” y todos sus medios afines, no consideraron la felonía lo suficientemente grave como para salir a la calle a manifestarse, sin embargo, sí lo hacían poco después por las obras del aparcamiento del Gamonal, o el 22M en Madrid donde 67 policías resultaron heridos.

La paralización de unas obras es considerada por la izquierda española mucho más importante, que ver a los asesinos libres carcajearse del sus víctimas. Díganme ¿Puede existir un español sensato cualquiera que sea su ideología, que al ver libres a los “hijos de puta” que segaron la vida de Olga Sangrador o Sandra Palo, no sienta la obligación de gritar en la calle a los jueces y a la castuza: “Hasta aquí hemos llegado”? Esas niñas no tenían color político ni sindical ni universitario, simplemente eran inocentes.

Por todo ello, debo concluir el repaso a 38 años de oligarquía y de sistema infecto y putrefacto diciendo, que estas y muchas más, son las razones fundamentales por las que nace SOLUCIONA, pues convendrán conmigo, que no hay que temer únicamente a los de fuera que intentan comprarnos como almoneda de barato, sino a los de dentro que nos quieren vender como esclavos mientras ellos se enriquecen; a los que por razones políticas respaldan a los terroristas y a los asesinos; y a los cómodos ignorantes que conformándose incluso con un bocadillo de mortadela subvencionado, contemplan pasmados los programas de “la secta” y “tele noria”.