1.- Son los abstencionistas quienes más motivos tienen de atribuirse el éxito de las elecciones europeas. Más de once millones de electores con derecho a votar prefirieron fustigar con el látigo de la indiferencia a todos los partidos intervinientes en el proceso electoral y ninguneó al mismo tiempo a esas instancias estatales en cuyo nombre unos y otros reclamaron el voto a los electores. La credibilidad de los sistemas democráticos se mide sobre todo por la aceptación social o no de la ritualización máxima del voto. La mayor crítica que puede recibir un sistema de participación electoral es que más de la mitad de los ciudadanos con derecho a votar haya decidido no ejercer ese derecho al considerar que, salga quien salga elegido, no habrán modificaciones que mejoren sus vidas. Algo para meditar muy en serio.

2.- Triste y oscuro papel el de Vidal Quadras en estos comicios. Su crispado rictus era toda una definición de su estado de ánimo tras el revés padecido por un partido, el suyo, que se presentaba como alternativa a no sabemos qué. El fiasco Vox supone al mismo tiempo la consolidación de un estado de opinión latente y creciente en España: Cada día más gente reclama un liderazgo frente a la casta política. El partidito de Abascal ni era alternativa al sistema partidocrático ni representaba otra cosa que más dosis de lo mismo. O, lo que es lo mismo, el chusco intento de que las desafecciones al sistema se queden dentro de casa. Se trata por tanto el suyo de un proyecto político amortizado electoralmente tras la severa sentencia de los votantes españoles. Que la gente esté defraudada con la casta no significa que esté dispuesta a dejarse engañar por el primer trilero que les ofrezca duros por pesetas.

3.- Los dos grandes partidos españoles, que han gobernado el país ininterrumpidamente desde 1982 obtuvieron anoche el peor resultado de la historia democrática. Se quedaron ligerísimamente por debajo del 50%, la cifra simbólica. Perdieron más de cinco millones de votos y 30 puntos sobre las europeas de 2009, cuando lograron el 80% de los votos. Pese a perder 2,6 millones de votos menos y 8 escaños perdidos con relación a las elecciones europeas del 2009, al PP le queda el consuelo de haber ganado su particular batalla con los socialistas después de dos años y medio de durísimos recortes.

4.- El PSOE obtuvo el peor resultado de su historia, lo que pone contra las cuerdas al líder de esta formación, Alfredo Pérez Rubalcaba. Logra 2,5 millones de votos menos, 15,7 puntos de caída y 9 escaños perdidos. A su izquierda, el ascenso fulgurante y sorprendente de Podemos.

5.- Un resultado para la reflexión: “El PSOE tiene un problema. Sus pésimos resultados electorales acreditan lo ya sabido: es un partido a la deriva, con un líder derrotado y pasado de hora, y con un severísimo lío de identidad. El PSOE hizo una apuesta errada con Zapatero, de gravísimas consecuencias: se tornó filonacionalista. Y ahí se hundió. Su único futuro consiste en recuperar la E de Español y volver a ser un partido de Estado, en lugar de una formación dogmática, irascible, chata de ideas y alérgica al acuerdo. También debe cambiar de líder con urgencia: ¿Qué hace todavía ahí Rubalcaba, el hombre que cosechó el peor resultado electoral de la historia de sus siglas, personaje que debe su crecimiento a su manejo de las cañerías del poder y cooperador necesario en la calamidad zapaterista?”.

6.- El de Pablo Iglesias ha sido el partido revelación en los comicios. Su espectacular resultado es también el reflejo de un inquietante escoramiento a la izquierda radical de una parte nada desdeñable de la sociedad española. Frente a una izquierda tradicional baja en calorías, ‘Podemos’ ha sido el partido que más ha sabido rentabilizar electoralmente la fuerte crisis, los duros recortes aplicados por el Gobierno del PP y el hartazgo social hacia la casta. Su campaña ha estado repleta de propuestas ocurrentes y de mensajes originales que han calado entre la legión de descontentos españoles.

7.- Le podemos poner paños calientes, cerrar los ojos, pero lo de Cataluña es inquietante y triste para el buen futuro de España. ERC se ha convertido en la primera fuerza, por delante de CiU. Es la primera vez que los republicanos vencen unos comicios desde la Transición. ERC ha logrado el 23,6% de los votos en Cataluña, CiU el 21,8%, el PSC el 14,2%, ICV el 10,2%, el PP el 9,8% y Ciutadans el 6,2%. Cataluña ha sido así la comunidad española en la que más ha crecido porcentualmente la participación respecto a 2009.

La mayoría de los partidos políticos catalanes habían planteado estas elecciones, a menos de seis meses de la eventual celebración de una consulta soberanista, como un “test” sobre el peso del soberanismo y el liderazgo de Mas, tanto en su gestión al frente del Govern como para seguir manteniendo su hoja de ruta marcada por el referendo independentista.

8.- El severo fracaso de Impulso Social, la coalición encabezada por Alternativa Española y liderada por Rafael López-Diéguez, merecería ser considerado digno de estudio. De entrada, la unión de los partidos Alternativa Española (AES), Familia y Vida y Comunión Tradicionalista Carlista se trataría del primer caso de una coalición electoral en la que sus miembros han restado más que sumado. Impulso Social pretendió lanzar sus redes electorales en un caladero saturado de formaciones que, en esencia, emplean el mismo discurso. Pese a su escaso gancho popular, Rafael López Diéguez ha focalizado en exceso la campaña de Impulso Social. Un error de estrategia que, unido al erratismo de la coalición en cuestiones migratorias y al bajo perfil de sus candidatos, dejan al proyecto político en la más absoluta marginalidad.

Parece claro que en cualquier sociedad sin el apego que en la española se tiene a los cargos, aunque estos sean poco más que testimoniales, un fiasco semejante debería suponer la amortización política de su principal responsable, el abogado Rafael López Diéguez, habitual tertuliano de Intereconomía y que ha contado con el apoyo de la mayoría de los digitales situados en la órbita del catolicismo buenista. Impulso Social ha logrado 17.551 frente a los 19.583 sufragios cosechados por los de López Diéguez en las europeas de 2009.

9.- Y de Málaga a Malagón. Los partidos “patrióticos” han aportado la nota sainetesca a estos comicios. Como ya viene siendo habitual, los “patriotas” concurrían a las elecciones desunidos y enfrentados en luchas fratricidas. En vez de aunar fuerzas contra el enemigo común, erraron la orientación de sus críticas e incluso rechazaron la oportunidad que les ofreció AD para publicitar sus mensajes. Un dato que debería moverles a la reflexión: la suma de votos entre LEM y DN queda por debajo de los logrados por “Recortes cero” (30.593), “Discapacitados y enfermedades raras” (32.413), “Piratas” (38.336), “Partido X” (99.776) y “Movimiento Red” (104.923), entre otros.

Contra la corriente social imperante en la mayoría de los países de nuestro entorno, la sociedad española sigue sin fiarse de unas formaciones incapaces de sintonizar con el electorado crítico. Los tics autoritarios, las luchas cainitas, las fobias feroces, la estética antisocial, la pulsión al frikismo de algunos de sus dirigentes… son solo algunas de las taras internas que han desembocado en un nuevo fracaso, en contra esta vez de la corriente de opinión mayoritaria en muchos países europeos. La falta de autocrítica tampoco contribuye a revitalizar este espacio político que transita casi siempre instalado en el victimismo. Al cierre de este artículo, los responsables del fracaso seguían tan inoperantes como ayer. Como muestra, las web de los partidos “patrióticos” continúan sin ofrecer un solo dato sobre las elecciones ni tampoco una explicación a sus propios componentes sobre el fracaso sufrido. Al hilo de un dato tan elocuente no sería descabellado pronosticar que no habrán dimisiones y que unos y otros seguirán vivaqueando políticamente como si el descalabro no fuera con ellos. Es por tanto la hora de que las bases se pronuncien y que queden retratados aquellos que utilizan a estas formaciones para su propio medro y sustento laboral.

Por otra parte, se quejan de no contar con apoyos mediáticos, como si el Sistema estuviera obligado a compensarles. En muchos países europeos, las formaciones patrióticas se sobrepusieron a esa falta de apoyos con propuestas originales y maximizando las posibilidades que ofrece internet y el trabajo de calle. En España, Podemos, la sorprendente formación ultraizquierdista liderada por Pablo Iglesias, debería servirles de ejemplo.

10.- Sólo una lectura positiva cabría hacer de la decepción de los “patriotas”: es casi imposible caer más bajo y hacer peor las cosas. Es por tanto imperativo depurar responsabilidades, rediseñar sus estrategias, adaptarse a la España actual, transformar sus discursos, ejercer la autocrítica en los términos más severos y, si fuera necesario, seleccionar a otros líderes. Es la hora de anteponer la unidad a las diferencias y la grandeza de miras al ombliguismo. Es hora de reconstruir el edificio del socialpatriotismo con unos pilares y una argamasa humana diametralmente distintas de las actuales. Es la hora del meritaje basado en la eficacia de las acciones y no en las baladronadas.