Por Jesús González Espliego.- El pasado 11 de junio  asistí con el secretario de Organización de nuestro Soluciona a la recepción en la Embajada rusa en Madrid, con motivo de su fiesta nacional.

Con gran puntualidad, a las 14:00, se abrió la verja de acceso a la embajada y comenzamos a pasar los invitados. Desde un cuarto de hora antes, se habían ido concentrando en las inmediaciones numerosas personas. Pudimos apreciar el importante número de militares españoles de alta graduación –pienso que unos cuarenta- de todas las armas. También se veían bastantes militares de otros países.

Entrando por el vestíbulo se oía la excelente música clásica que interpretaba un trío. Al fondo del vestíbulo, al pie de la imponente escalinata, el embajador y otro alto cargo de la embajada, con sus respectivas esposas, daban la bienvenida a los invitados.

Ya arriba, en las magníficas salas, se iba ofreciendo bebidas y los que llegaban y estaban dispuestas las mesas con excelente manjares. En cuanto la gente estuvo ya arriba, comenzó el acto con la interpretación de los himnos nacionales de Rusia y España. Seguidamente, habló el embajador de la Federación Rusa. En su breve discurso, habló de los logros en las relaciones hispano-rusas en los distintos ámbitos: culturales, económicos, etc.

Luego intervino el representante español, que habló más bien de tema político en forma genérica y discreta. Hablando de la necesidad de superar las diferencias, para conseguir una Europa en paz. Yo de sus palabras saco la impresión de que consideraba que Rusia es parte de Europa, y no como otros (comentaristas políticos, etc.) que la ponen como algo externo.

Durante la recepción, nuestro secretario de Organización pudo departir con el embajador, transmitiendo el apoyo de Soluciona a Rusia en estos momentos difíciles; lo que yo había hecho ya en mis dos conversaciones en la embajada con el agregado de Prensa en los meses anteriores; y a los que se hizo mención en el programa La Ratonera, dirigido por Armando Robles durante mis dos intervenciones sobre la crisis ruso-ucraniana.

Yo me encaminé, primeramente a hablar con los dirigentes religiosos ortodoxos que estaban allí. Me presenté como miembro del partido y como licenciado en Teología. Hablé primero con el máximo dirigente de la Iglesia Ortodoxa Rusa en Madrid.Transmití el aprecio por la heroica resistencia de las iglesias durante el periodo comunista en Rusia. Ponderé el acierto de Vladimir Putin al no permitir propaganda de la homosexualidad a niños, por ejemplo. Dije que muchos veíamos a Rusia como referente espiritual en estos penosos momentos morales en Europa. Él me aconsejó estar siempre abierto en la vida a nuevos descubrimientos espirituales.

Me presentó al máximo dirigente de la Iglesia Ortodoxa rusa en Valencia. Aunque él es de Ucrania, su Iglesia depende del Patriarcado de Moscú. Me presentó, a su vez, a un señor de Ucrania que estaba con él. Lamenté la triste suerte de su país, y manifesté que la UE había tenido un penoso papel, al intentar engullirse a Ucrania, incluyendo Crimea y las partes rusófonas del Este del país. Dijeron estar básicamente de acuerdo con mi apreciación.

El secretario de Organización de Soluciona y yo saludamos a personas afines políticamente que colaboran en publicaciones, medios de difusión, etc. También contactamos a académicos rusos que ejercen su actividad en España, con vistas a invitarlos a conferencias, publicación de artículos, etc.

*Encargado de Relaciones Internacionales de Soluciona