Europeos de Zúrich: Ruth Beitia, oro en altura
La española Ruth Beitia revalidó este domingo en Zúrich su título europeo de altura con un salto de 2,01 metros que la sitúan al frente del ránking mundial del año y a un sólo centímetro de su récord personal, con 35 años.
La española se ha quedado sola en competición, pero se dispone a seguir saltando, con el listón en 2,03 con el propósito de batir su récord de España.
Se trata de la undécima medalla internacional de la atleta cántabra y la sexta -segunda de oro- del equipo español en Zúrich.
La medalla de plata fue para la rusa Mariya Kuchina y la de bronce para la croata Ana Simic, ambas con igual registro de 1,99 metros.
Su undécima presea internacional, contadas también las de pista cubierta, agiganta la asombrosa carrera de esta atleta, que ha sabido administrar sus cualidades físicas y mentales para permanecer entre la elite mundial después de haber jubilado a dos generaciones de saltadoras.
La baja de última hora de la croata Blanka Vlasic dejaba libre, en teoría, un puesto en el podio, pero en la final había una atleta de 2,00 este año (Mariya Kuchina), otra de 1,99, como ella misma, (Justyna Kasprzycka) y tres de 1,98 (Airine Palsyte, Ana Simic y Oksana Okuneva).
Beitia no renunció a ninguna altura. Empezó a saltar en 1,85, que superaron las catorce finalistas, y, frente a la fiabilidad de otras veces, la cántabra hizo un nulo ya en su segundo salto, sobre 1,90. Necesitó dos intentos. En 1,94 y en 1,97, sin embargo, no tuvo ningún problema. Se situaba ya segunda. Sólo Kuchina llevaba un concurso impecable.
Dos saltos necesitó Ruth para superar 1,99, pero voló sobre los 2,01. Un salto que, igualando la mejor marca mundial del año, le dio una nueva medalla, la segunda de oro en los Campeonatos de Europa.
A lo largo de 24 años de carrera deportiva, Beitia ha conseguido once medallas internacionales: al aire libre, un bronce mundial (Moscú 2013) y dos oros europeos (Helsinki 2012 y Zúrich 2014), y en pista cubierta, una plata (Doha 2010) y dos bronces mundiales (Moscú 2006 y Sopot 2014), y en europeos un oro (Gotemburgo 2013), tres platas (Madrid 2005, Turín 2009 y París 2011) y un bronce (Birmingham 2007).
Beitia prolonga, de esta forma, la feliz prórroga que se concedió tras su amago de retirada a finales del 2012, decepcionada con el cuarto puesto de los Juegos Olímpicos de Londres. Desde que abortó su jubilación, ha sido campeona de Europa bajo techo y medallista de bronce en los Mundiales de Moscú (aire libre) y Sopot (pista cubierta). La de hoy es su cuarta presea en el periodo suplementario.
Beitia adoptó desde 2012 la estrategia que ahora esgrime el argentino Diego Simeone en el Atlético de Madrid: “partido a partido”. La atleta cántabra -y su 50 por ciento, como ella llama a su entrenador, Ramón Torralbo-, no quieren ver más allá del día a día. “No sé lo que el cuerpo me va a decir mañana. Lo que sí me gustaría es decidir yo mi retirada, no tener que jubilarme por una lesión”, dice.
Ruth Beitia destacó que venció con la mejor marca de su vida en alta competición, anunció que va a seguir “un poquito más” aunque advirtió que “algún día este cuerpo dirá: hasta aquí has llegado”. “Una de las mejores competiciones de mi vida. He saltado el 2,01 decisivo a la primera y es la mejor marca que he hecho en mi vida en un gran campeonato. ¿Qué puedo pedir con 35 años?. Me han dicho que he igualado el récord del mundo de veteranas”.
La medalla de oro remata una gran temporada para Beitia. “Ha sido un trabajo fantástico el que hemos hecho este año, sigo viviendo este regalazo que me ha dado la vida de esta prórroga después de los Juegos de Londres y a continuar un poquito más, a ver qué pasa, día a día”. “Cierto es que algún día este cuerpo dirá: hasta aquí has llegado, pero hasta ese día, mientras siga al cien por cien, me tendréis aquí. Yo sigo con muchísima ilusión, y además la próxima temporada empezamos las bodas de plata con mi entrenador”, recordó.
Con respecto al desarrollo de la final, indicó: “El nulo de 1,90 ha sido esa inyección que a veces se necesita para no confiarse. Tenía problemas de espacio. Me tuve que echar un poquito para atrás, y a partir de ahí fue todo bien. He tirado de experiencia y no ha quedado una prueba desangelada. Me voy como líder del ránking mundial junto con Chicherova y las mejores sensaciones de mi vida, con una medalla y con el abrazo de Ramón, que estaba aquí”.
“Hoy era una oportunidad para saltar 2,03. No me quería ir con la sensación de haber ganado la medalla y ya. Sé que puedo saltarlo. He hecho unos buenos intentos y después de caer del tercero del 2,03 ha venido la explosión”, continuó.