El Papa casará este domingo a una madre soltera en el marco de una ceremonia en la Basílica de San Pedro en la que el Pontífice oficiará el matrimonio de un total de 20 parejas. Gabriella, de 48 años y madre de una hija, considera que su elección para formar parte de esta ceremonia es una respuesta al sentirse “imperfectos” y una indicación clara para “ser perseverantes en el crecimiento constante de la fe”.

“Es la realización de un sueño más allá de cualquier expectativa, casi una respuesta al nuestro ‘sentirse imperfectos’ y una indicación de perseverar el crecimiento constante en la fe”, ha asegurado la futura esposa en una entrevista. “Nunca hubiéramos imaginado que nosotros, que no somos una pareja jovencísima, pudiéramos acceder al matrimonio celebrado por el Papa Francisco”, ha agregado.

Gabriella se casará con Guido, de 56 años y un matrimonio anterior anulado por el Tribunal de la Sagrada Rota. Por eso, para esta pareja, el que los hayan elegido “siendo una pareja madura” es un “fuerte mensaje” para todos los que se han conocido en edad más adulta porque, a su juicio, “no hay que renunciar en ninguna edad a vivir el propio amor en la Gracia de Dios y a acceder a los sacramentos”.

Ambos manifiestan la “alegría indescriptible” con la que han vivido el momento en el que su parroquia de Roma les ha comunicado que su nombre está en la lista de las 20 parejas de novios que el Papa casará el próximo domingo 14 de septiembre.

Cinco años de relación

Gabriella y Guido, que se conocen desde hace cinco años, han tenido que adelantar la fecha de su boda cinco meses y prepararlo todo en poco tiempo. Sobre el Papa, han resaltado su gran capacidad comunicativa y que es un Pontífice “maravilloso, que transmite mensajes fortísimos” ante el que “ni siquiera quien se dice no creyente puede permanecer indiferente”.

Preguntada por los principales desafíos que tiene que enfrentar hoy en día un matrimonio, Gabriella ha apuntado que “la sociedad actual no fomenta e incluso a veces menosprecia el matrimonio cristiano y los valores que proporciona”. En esta línea, ha advertido de que la crisis de valores hace que “la unión, la lealtad y la dedicación al otro sea cada vez más difícil de defender y preservar”. Sin embargo, Gabriella está convencida de que “con la presencia de Jesús en la pareja, se hace posible”.

Se trata de la primera vez que Francisco casa a parejas como Obispo de Roma. Un hecho poco habitual, que sucedió por última vez hace catorce años, cuando Juan Pablo II bendijo los anillos en la plaza de San Pedro con motivo del Jubileo de las Familias organizado por el Vaticano en octubre del año 2000.

Según ha explicado la Santa Sede, esta vez todas las parejas pertenecen a la diócesis de Roma y la celebración tendrá lugar tres semanas antes de que comience el Sínodo de obispos, centrado en la pastoral familiar y que tratará de los “desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”.