Yo acuso al Presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy de haber mentido conscientemente en su programa electoral que lo llevó a obtener una mayoría absoluta en las pasadas elecciones legislativas.

Yo también le acuso de llevar a los ciudadanos españoles a más absoluta miseria económica, moral y anímica con sus políticas que favorecen a unos pocos y en claro detrimento del pueblo español.

Yo acuso al gobierno del Partido Popular, a sus diputados y senadores y a sus cómplices en cualquier función o servicio de acabar con el estado de derecho y con el quebrantamiento del contrato social entre el estado y los ciudadanos en materias tan sensibles como educación, derechos sociales y bienestar.

Yo acuso a todas las fuerzas políticas que, actuando bajo el amparo de la Constitución, han pervertido la idea de España permitiendo con alevosa complicidad la aniquilación de nuestra Patria como Nación independiente y Soberana.

Yo acuso al Poder Judicial de falta de escrúpulos, de servilismo humillante a la clase política, a la banca y de falta de sensibilidad y respeto hacia los ciudadanos españoles.

Yo acuso a la banca española y a sus gerifaltes de usura, latrocinio continuado, abuso de poder, perversión continua y saqueo consciente de los bolsillos de los ciudadanos con la complicidad ciega y obediente del Gobierno, Parlamento y Justicia.

Acuso a las Instituciones Públicas ya sean estas Comunidades Autónomas, Diputaciones o Municipios y a aquellos que las dirigen o han dirigido de haber saqueado las arcas del estado en su beneficio particular y de aquellos que han sido y son sus cómplices torticeros, con el único fin monstruoso de su propia egolatría, cuando no del enriquecimiento ilícito en claro perjuicio de los gobernados.

Yo acuso a los medios de comunicación y a los periodistas o afines de ser portavoces, según sus intereses financieros, y de convertirse en correa de transmisión de lo anteriormente citado, conculcando el sagrado deber de informar de manera objetiva, veraz y coherente de lo que ocurre en la Patria.

Acuso a la monarquía española y en especial a su Rey, de ser el ungüento necesario que une la porquería institucional en que se ha convertido España, sin importarle el bienestar de sus ciudadanos.

Yo acuso a las Fuerzas Armadas españolas de cómplices consentidores al conculcar el sagrado deber de la defensa de España, es decir, de sus ciudadanos.

Acuso a la Constitución de ser un mero papel mojado y en cuyo nombre se están cometiendo las mayores iniquidades en contra de los ciudadanos.

Acuso a aquellos que juraron y juran defenderla de traición contumaz, siendo buena esta únicamente como tapadera de sus maquinaciones descabelladas y dolosas.

Yo acuso a aquellos portavoces políticos o privados – banqueros, economistas, asesores, etc.- que continuamente ofrecen informes fraudulentos y engañadores, dando consejos del “cómo comportarse” a la ciudadanía cuando en su vida particular ejercen de verdaderos canallas bien incrustados en el sistema de privilegios que el estado corrupto les aporta.

En cuanto a las personas o Instituciones a quienes acuso, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento particularmente por ellas rencor ni odio. Las considero como entidades, como espíritus de maleficencia social. Y el acto que realizo aquí, no es más que un medio revolucionario de activar la explosión de la verdad y de la justicia.

Sólo un sentimiento me mueve, sólo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la ciudadanía española, que está sufriendo tanto y que tiene derecho a una vida digna y a buscar y lograr la felicidad.

Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma. Que se atrevan a llevarme a los Tribunales y que me juzguen públicamente.

Así lo espero.

*Coordinador de Soluciona en Canarias