El expresidente de Bankia, Miguel Blesa

IS.- El escándalo de las ‘tarjetas black’, opacas, VIP, fuera de contabilidad -o como se quieran bautizar- ha saltado a la luz pública como un terremoto que ha vuelto a sacudir las ruinas de Caja Madrid. Aunque el gesto natural obliga una vez más a llevarse las manos a la cabeza para después señalar con el dedo índice a aquellos que saquearon la entidad antes de su rescate con fondos públicos, parece que una idea gana fuerza dentro del indignado sentir general: Todo el mundo sabía lo de las tarjetas y, por supuesto, nadie hizo nada. Basta con echar un vistazo a los correos que intercambiaban Blesa y su círculo de confianza en los ‘días de vino y rosas’ en Caja Madrid para comprobar que las ‘tarjetas fantasma’ no eran un tema tabú, ni mucho menos, aunque sí que generaban cierta preocupación. O incluso servían como arma arrojadiza en veladas y muy educadas discusiones en las que estaba en juego algo tan importante como una millonaria jubilación.

El que fuera secretario del Consejo de Administración de Caja Madrid y auténtico hombre de confianza del presidente Miguel Blesa, Enrique de la Torre, mencionaba las ‘tarjetas fantasma’ para advertir en 2009 al propio Blesa de los “fallos organizativos” en Caja Madrid. En un correo enviado el dos de enero y al que ha tenido acceso este medio, De la Torre volcaba sus iras en el departamento de “Medios”, encargado de certificar su millonaria jubilación, que por otra parte ya estaba “reconocida” por el presidente. El ex secretario, en un momento dado, cansado de una criticada inoperancia del citado departamento en las fechas navideñas -algo que le produce “gran inquietud”- saca a colación un asunto “delicado”: ¿Sabias que algo tan delicado como las tarjetas black de los Consejeros lo lleva la Secretaria de Medios que con una simple llamada de mi Secretaria le da los saldos y movimientos de esas tarjetas? No te extrañen luego algunas filtraciones”, espetaba De la Torre, en una frase que podría ser interpretada como una amenaza -hacia Blesa o hacia Caja Madrid en general- de no ser porque el propio ex secretario utilizó 320.700 euros de esas tarjetas ‘fantasma’ según los datos de la Fiscalía Anticorrupción.

El inicio del mencionado mensaje marca sobradamente el tono crítico de De la Torre: “Convendras conmigo que algo falla en una organización cuando solo funciona hacia arriba o, en este caso, solo para el Presidente”. Se quejaba de que el departamento de “Medios”, el encargado de cerrar su jubilación “reconocida” no le atendía en fechas navideñas. “Me quedaré jodido hasta el día 7, en que Medios vuelva a existir”, se lamentaba De la Torre, que quería que su retiro, el cese y la indemnización se formalizaran en el Consejo de ese mismo día 7. El enfado se hace patente tras un mensaje de Blesa: “En Medios piensan que no es posible tu planteamiento de jubilación por no se qué requisito y certificado de la Seguridad Social”.

Retiro dorado

Finalmente De la Torre dejó la entidad en 2009 llevándose bajo el brazo 1,9 millones de euros por el cese y 2,7 millones de incentivos. El ex secretario del Consejo de Caja Madrid era un auténtico poder en la sombra, hasta el punto de que Blesa consultaba con él todas las cuestiones importantes, según los que conocen bien la situación de la entidad. Por ejemplo, fue el responsable del intento de rescate de Carlos Vela cuando fracasaron sus esfuerzos por salvar a Martinsa-Fadesa y la inmobiliaria entró en concurso de acreedores.

En aquellos tiempos, según cuentan fuentes de la entidad, estaba desbordado de trabajo con los múltiples frentes que tiene abiertos la caja madrileña: Iberia, Sos Cuétara, el aumento de la morosidad, la peligrosa caída de la tasa de cobertura, entre otras. De la Torre, de 63 años, llevaba pidiendo su jubilación desde hacía más de un año y finalmente puso como fecha tope el verano. Una salida que siempre sería más sosegada con Blesa en el timón que con otro presidente, como así fue.

No hubo “filtraciones”

Según Anticorrupción, en una década -entre 2002 y 2012- se derrocharon en Caja Madrid 15,2 millones en restaurantes, ropa, viajes o incluso retirando dinero en efectivo. Todo al margen de la contabilidad de la entidad. Sin embargo, aquellas “filtraciones” no se produjeron hasta casi cinco años después, y no precisamente de manera espontánea. Hubo que esperar a un proceso judicial en el que se filtraron los correos de la cuenta laboral de presidente, los archiconocidos “Correos de Blesa”, para que la ciudadanía pudiera tener conocimiento de los tejemanejes de una caja que fue rescatada con dinero público.

Las existencias de las ‘tarjetas Black’ fue desvelada en diciembre de 2013 por eldiario.es, pero ahora es la Fiscalía Anticorrupción la que ha retomado el asunto y le ha dado un marco jurídico dentro de la investigación de la ‘querella Bankia’. De momento, el juez Andreu ha decretado el secreto de sumario y solo han trascendido las cantidades de dinero gastadas por cada consejero o directivo y su identidad, pero no los usos de las mismas.

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