Una iraní, en huelga de hambre al ser condenada por intentar ver un partido de voley
Una mujer británico-iraní, Ghoncheh Ghavami, se ha declarado este lunes en huelga de hambre por segunda vez, apenas un día después de ser condenada a un año de prisión por propaganda contra el Estado por participar en una manifestación en Teherán contra la prohibición impuesta a las mujeres que les impide asistir a eventos deportivos masculinos de deportes como fútbol o voleibol. Ella misma intentó asistir a un partido de voleibol masculino.
La madre de Ghavami, Susan Moshtagian, ha indicado en declaraciones concedidas a la cadena de televisión británica BBC que su hija ha iniciado la huelga de hambre en protesta contra su detención, que considera ilegal.
Asimismo, Moshtagian ha subrayado que pese a que el abogado de su hija ha visto los documentos judiciales que revelan que ha sido condenada, las autoridades judiciales no han confirmado la sentencia, dejando su caso en el limbo.
Ghavami, de 25 años, fue detenida el 20 de junio frente al Estadio Azadi de Teherán durante una concentración a favor de los derechos de las mujeres durante un partido entre las selecciones de voleibol de Irán e Italia.
Las mujeres iraníes tienen prohibido asistir a los partidos de varios deportes en su categoría masculina, entre ellos el fútbol y el voleibol, según ha recordado la agencia británica de noticias Reuters. Pese a que Ghavami fue liberada poco después, fue arrestada de nuevo días después cuando reclamó varios objetos que le fueron confiscados tras su primera detención.
Finalmente fue imputada en un tribunal de Teherán por actividades y propaganda contra la República Islámica y condenada a un año de prisión, según recoge la agencia de noticias iraní ILNA, que cita al representante legal de Ghavami, Alireza Tabatabaie. La sentencia podría ser acortada por buen comportamiento.
El Gobierno británico ha expresado su malestar con la detención, que tuvo lugar poco antes del arresto del periodista irano-estadounidense Jason Rezaian, que trabaja para el diario estadounidense ‘The Washington Post’, y su esposa, Yeganeh Salehi, que trabajó como corresponsal para el diario emiratí ‘The National’.
Tras la condena, Londres ha expresado su “preocupación” por la noticia. “Tenemos dudas sobre la base de este proceso, sobre el debido proceso durante le jucio y sobre el tratamiento de Ghavami bajo custodia”, ha explicado un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores británico.
Cosas de la secta del islam..
Qué venga ésta a España y devolvemos a morolandia unos cientos de miles. Ésta por lo menos está buena.
MORO=CACA
IRÁN=BASURA
No puedo entender como puede seguir habiendo mujeres musulmanas. Deben ser masoquistas
A esta lo que le pasa es que quería llamar la atención y lo primero que se le ocurrió fue la tontada esa del voley. Lo que de verdad le debe gustar son el Cosmopolitan, el Hola, los programas de Jorge Javier Vasquez y Ana Rosa Quintana y salir en todas las fotos.
A esta ya la habían condenado antes los españoles sólo por ser musulmana.
¿y tú que sabes si profesa el islam? es británica-iraní, puede ser cristiana, protestante, musulmana, atea o cualquier otra religión.
¡Qué mujer mas guapa, menuda le ha caído encima asolo por querer ver un partido de voileibol! ¿Esta la gran novedad que nos van a traer a España los moritos del IS cuando nos invadan otra vez, como en el s. XVIII dC…?
Me recuerda a la España de hace 2 siglos.
Qué moderna era España hace 200 años que ya había partidos de voley…
La España de hace dos siglos es la España de Agustina de Aragón, una España que nada tenía que ver con el mundo islámico.
A mi también me recuerda mucho
Ellla es musulmana, muchos en Espapña no sólo le prohibirían eso…
Te repito lo que he dicho arriba¿porqué el padre sea iraní ella tiene que profesar el islam? tú que sabes que religión profesa? ¿no has pensado que puede ser atea o anglicana como la madre?
Apoyo total a Irán. Ese país no nos ha hecho nada, y no como los amigos de occidente, los países sunitas árabes -sobre todo Arabia Saudí y Qatar- que financian a los yihadistas en Siria o la expansión del salafismo en Europa mientras ponen el nombre de sus empresas en las camisetas de equipos de “furgol” aborregante en media liga española.