El final de la Arcadia navarra
La reciente demanda presentada por el Gobierno central ante el Tribunal Supremo exigiendo la devolución de Navarra al Estado de la recaudación del IVA de VW-Navarra entre los años 2007-2011 (1.500 millones €, equivalente al 40% del presupuesto anual de la Comunidad Foral), supondría “de facto” la declaración de default por la Comunidad Foral y la asunción de competencias básicas como Educación y Sanidad por el Estado central, siendo previsible que dicho contencioso finalice con la retirada del recurso ante el Supremo por el Gobierno central como gesto de buena voluntad del Gobierno de su Borbónica Majestad.
Barcina habría alcanzado un acuerdo tácito con Montoro consistente en la retirada por el Gobierno de Rajoy del recurso presentado por el Estado ante el Tribunal Supremo ( quedando no obstante como Espada de Damocles para futuros ejercicios económicos) a cambio de la confección de una lista única del nuevo partido político (UPPN) para las próximas elecciones municipales y del Parlamento Foral de mayo del 2015, lo que supondría en la práctica el retorno a escenarios previos a la ruptura traumática de UPN y PP con Miguel Sanz en el 2008, por lo que Sanz procederá a aplicar la “segunda vía” consistente en segar la hierba bajo los pies de Barcina, pues en los sótanos de UPN se haría ido gestado una corriente crítica por parte del sector de UPN llamado “de la boina “ liderado por el ex-Presidente Sanz que habría escenificado su bautismo ante la opinión pública con el objetivo inequívoco de lograr la defenestración política de Barcina.
Así, “la falta de respuesta por el Gobierno de Navarra a los ataques al Fuero por el Gobierno central y la soledad política de UPN aparecen como detonantes de la aparición de dicha corriente interna organizada dentro de UPN”, trama endógena que contaría con la participación de “pesos pesados” de UPN y el propio Miguel Sanz, “preocupados por la situación que atraviesa tanto UPN como el propio Ejecutivo Foral” y que tendría a Amalia Salanueva como pieza de recambio. En consecuencia, tras la dimisión forzada de Barcina, no sería descartable que dicho sector “de la boina” liderado por Miguel Sanz logre imponer su criterio de elegir al nuevo candidato por el sistema de primarias y así recuperar el timón de la nave de UPN tras las elecciones forales del 2015 proceder a la reinstauración del Gobierno navarrista UPN-PSN, retornando UPN a la Bicefalia representada por Alberto Catalán como Presidente de UPN y Amalia Salanueva como Presidenta del Gobierno Foral y recibiendo la actual Presidenta Barcina como premio a sus inestimables servicios prestados en “defensa de la identidad unitaria de Navarra” un escaño en el Congreso de Madrid.
Sin embargo, la entrega de Barcina en brazos del PP habría supuesto la aparición de un agujero en el cortafuegos protector del blindaje jurídico del régimen privativo foral navarro, quedando al descubierto sus inconcreciones y su deficiente incardinación en las estructuras fiscales y jurídicas del Estado español, por lo que estaríamos en la antesala de un severo recorte de la capacidad de la Cámara Foral para legislar impuestos (autogobierno fiscal navarro), que se enmarcaría en el contexto de la instauración de una nueva Doctrina autonómica por parte del establishment dominante del Estado español, doctrina que consistiría en la implementación de un Estado seudofederal basado en el democrático e igualitario café para todos , dcotrina que contará con las bendiciones del PSOE pero que sería un misil en la línea de flotación de la pervivencia del régimen foral diferenciado navarro y su capacidad auto-gestionaria.
Así, permanece vigente el riesgo de la aplicación de nuevas restricciones al autogobierno de la Comunidad Foral en las próximas negociaciones sobre la renovación del Convenio Económico Navarra-Estado ante la cruzada mediática de UPyD y la Comunidad de Madrid acusando al régimen foral de “insolidaridad fiscal con el resto del Estado”, medidas constrictivas que podrían convertir a la Comunidad Foral en un autogobierno devaluado, enconsertado y sometido a los dictados del Gobierno Central o Tribunal Constitucional de turno, por lo no sería descartable la reedición en un futuro mediato de la Gamazada ( reacción popular de la ciudadanía navarra contra la intentona del ministro español Gamazo de suprimir el régimen fiscal navarro establecido en la Ley Paccionada de 1.841).
La incierta viabilidad económica de la Comunidad Foral
El establishment navarro sería “el grupo élite formado por la unión de las sub-élites política, económica, universitaria y mass media de Navarra”, lobbys de presión que estarían interconectadas mediante “una alianza inquieta basada en su comunidad de intereses económicos y amalgamada por la defensa a ultranza de la “unidad identitaria de Navarra” , doctrina que tendría su plasmación práctica en la perpetuación “sine die” del sistema feudal político-económico imperante en Navarra desde la Guerra Civil del 1939 y que tendría como efecto colateral la condena al ostracismo oficial de una cuarte parte de la población navarra que se verá obligada a vivir en un gueto lingüístico (euskera), sindical (ELA, LAB, EHNE) y político (sector abertzale).
Así, cerca de 100 familias o clanes familiares dominarían todos los centros de poder económico, político, universitario y mediático de la Comunidad Foral, aunque tan sólo serian satélites orbitando en la esfera de gravedad del Opus Dei, élite Alfa que habría fagocitado todas las sub-élites del establishment navarro convirtiendo a la Comunidad Foral en un coto feudal en pleno siglo XXI, utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal, es decir, una distopía de naturaleza real y no ficticia.
En el plano político, Navarra sería un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los guardias civiles de Tejero obligaron “manu militari” a los líderes políticos confinados en el Congreso a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico ,el bipartidismo rotatorio de los partidos políticos del establishment español (PP y PSOE) y la unidad indisoluble de España, pasando Navarra desde entonces a ser considerada “cuestión de Estado” por lo que cualquier cambio institucional que se pueda producir en el viejo Reyno foral deberá contar con el visto bueno del establishment del Estado español.
Además, con el actual Gobierno navarrista de Yolanda Barcina se habría producido una clara sumisión de UPN a los dictados del Gobierno del PP, pues debido a su minoría parlamentaria en la Cámara navarra habría llegado a un acuerdo tácito con el Gobierno central para frenar las leyes que apruebe el díscolo Parlamento navarro mediante el recurso sistemático ante el Tribunal Constitucional, basándose en el artículo 161.2 de la vigente Constitución que señala que “el Ejecutivo central podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las CCAA” (de lo que sería paradigma la reciente sentencia del Tribunal Constitucional sobre el impuesto a la energía eléctrica, contraria a la capacidad tributaria de Navarra según el prisma jurídico navarro), y que ha supuesto “de facto” el vaciar de contenido las competencias legislativas de la Cámara foral y convertir a Navarra en una Comunidad tutelada por el Gobierno central.
En el plano socio-económico y a pesar de aparecer Navarra en los primeros puestos del Estado español en lo relativo a los parámetros indicadores del índice de calidad de vida de una comunidad ( tasas de paro, infraestructuras, calidad del sistema sanitario y educativo público,niveles de protección social, dotaciones recreativas y número de policías por habitante), el viejo Reyno navarro estaría lastrado por la esquilmación de las arcas forales durante los sucesivos mandatos de Miguel Sanz y Yolanda Barcina, lo que ha supuesto la entrada en números rojos de la Hacienda foral con una deuda estimada de 3.500 millones € para finales del 2014. Dicha deuda hipotecará seriamente el devenir de Navarra como comunidad diferenciada y auto-gestionada en el futuro mediato ya que se verá agravada por la preocupante reducción de las cifras de exportación (-13% en el pasado mes de agosto).
Conviene recordar que Navarra sería una comunidad netamente exportadora de bienes (40% de su producción total) pero que adolece de una excesiva dependencia del sector del automóvil (las exportaciones de VW-Navarra representa casi el 50% del total),una preocupante atomización de las empresas agro-alimentarias así como de una necesaria diversificación y búsqueda de mercados alternativos a la Eurozona ( el 30% de sus exportaciones van destinadas a Francia , Alemania e Italia, países que coquetean ya con la recesión económica).
Asimismo, Navarra quedaría una vez más desplazada de las principales vías de transporte europeas tras la paralización de la Conexión del TAV con la Y vasca y de la autovía trans-fronteriza Navarra-Francia que dotaba a Navarra de acceso directo a Europa, lo que aunado con la desertización industrial de amplias zonas de Navarra y la previsible fractura política de la sociedad navarra dividida en dos bloques antagónicos e irreconciliables ( navarristas y nacionalistas), impedirá reeditar en la próxima década la frase de Shakespeare : “Navarre shall be the wonder of the world “(Navarra será el asombro del mundo)”.
Este pobre hombre no sabe escribir artículo sin poner “establishment”. Le va la memez de lo inglés. Por algo será.
A este le gustaría que Navarra fuera gobernada por aberzales, que inmediatamente la harían desaparecer.
La vascorrada y el ikurriño la misma mierda son.
El autor en un auténtico paleto y degenerado proetarra con ínfulas de intelectual -por eso el muy lerdo utiliza el inglés- que no dice más que mentiras.