Por Narcio Alvarez Quintana/Especial para AD.- La jugada estaba escondida como una carta de póker en la manga de un tahúr. Ellos se movían en el silencio de los meses en total hermetismo y el Vaticano tejía los hilos dentro de su consabida lucidez y su capacidad para dar sorpresas amargas. Fueron capaces de recibir a la familia Payá y fotografiarse con ellos en un acto de cinismo inigualable, como si realmente les hubiera despertado compasión e interés el reclamo justo por un padre, esposo y fiel católico asesinado por la tiranía.

Cuba, esa isla olvidada por todos y tratada por la indiferencia de las naciones libres, sigue sola al pairo en ese Caribe de historia descabellada. Como si sus ciudadanos no fueran seres humanos y no tuviesen derechos de ningún tipo, como si no mereciesen vivir en libertad y respeto con derecho a un futuro próspero y derechos individuales. Nada ha cambiado allí y con una maldad increíble el presidente Obama pretende con un trazo de su firma hacernos creer y aceptar que los amos de la isla se merecen un trato distinto una vía libre para otorgarles créditos y abrirles las puertas del Fondo Monetario Internacional.

Esta es la segunda vez que la mediación americana nos golpea e impide que la justicia realice su verdadero juego: cuando la república cubana se estableció, ellos se opusieron a que los tribunales cubanos presentaran cargos contra los guerrilleros de España, esos hombres muchos de ellos asesinos y ladrones que habían asolado con su terror los pueblos, el campo y las ciudades de la isla. Quedaron impunes. Ahora de nuevo se extiende el ala protectora americana para dejar de lado despojos, asesinatos y latrocinios de los castristas. Han olvidado a los pueblos cautivos en Pinar del Rio, a esos guajiros de los otrora rebeldes pueblos del Escambray, llevados allí por la fuerza—los sobrevivientes o sus hijos–a un lugar tan distinto para hacer un tosco borrón y cuenta nueva en las pobres vidas de sus pobladores.

Han olvidado los campos de concentración e infinidades de prisiones a lo largo de todo el país. Han olvidado todo lo robado a ciudadanos norteamericanos y entidades financieras y compañías situados en Cuba. Pasaron por alto todo el despojo a cubanos y españoles de sus casas y propiedades, a la manera despiadada de tratarlos para “permitirles” la salida e irse de Cuba con la ropa que llevaban puesta. Se han olvidado del daño a la ecología de la tierra y los bosques con una constante construcción de represas en los ríos—entre otras “agresiones contra el medio ambiente”– sin mediar la opinión de especialistas cualificados para ello, del daño acometido contra la infraestructura de las edificaciones e instalaciones de todo tipo a lo largo de toda la isla.

En el olvido quedó todo el daño a la Iglesia Católica en Hungría, Polonia y demás países del este europeo donde ésta estuviera establecida. Sí, quedó en el olvido que estos comunistas asesinaron monjas y sacerdotes y quemaron sus iglesias en España cuando la guerra civil; olvidaron que estos comunistas encuadrados dentro de la república española se prestaron para preparar la represión y la muerte en Cuba. Al saco del olvido fue echado todo, el barco Covadonga, los sacerdotes presos, las escuelas y propiedades robadas. Quedó como pasado toda la diáspora cubana de casi un millón de almas que han huido de estos genízaros tropicales. Sí, ha pasado tiempo mucho tiempo, para venir ahora en esta temporada navideña donde las personas entran en una etapa de supuesto perdón, tranquilidad y paz a sorprendernos con noticias de nuevos entreguismos, de concesiones a los culpables de todo el mal caído sobre la nación cubana.

Ahora desde el Vaticano en una labor de zapa se pasa por encima de todo, en un trabajo de topos para allanarles la vía de las relaciones con Norteamérica y el acceso a los mercados internacionales. Se aplasta a sus católicos para alinearse del lado del enemigo, del lado de la infamia. ¿Quién sale beneficiado? ¿Los pobres? Expresión siempre oportuna para los aprovechados demagogos. Desde hace más de 50 años, cada vez mayor por ciento de los pobres se han vuelto más pobres y quienes ya lo eran, no han mejorado su estado.

Un país donde no se establece la justicia es un país que no tiene futuro porque se repite el ciclo de las fuerzas oscuras de la maldad y el latrocinio de la vejación y la segregación de todo tipo. Me pregunto por qué este papa argentino simuló—si es que así fue–todo el tiempo venir a establecer nuevos aires en Roma con un acercamiento a los humildes y pobres de la tierra y de gestos de simpatía hacia Israel cuando en el silencio se dejaba guiar por quienes tienen entre sus objetivos dejar a Cuba de rodillas en esa pesadilla de horror de más de 56 años. Que se cuide Israel, no sea que se le prepare una trampa para ser entregado en manos del Islam en nombre de la tan solicitada “reconciliación” entre los enemigos irreconciliables.

Los cubanos estamos hastiados hasta la saciedad de este entreguismo de europeos y de otras nacionalidades, de su disposición de soportar la tiranía y construirles alamedas de concesiones y caminos de soporte. La diáspora cubana ha sido burlada y el pueblo, en el interior del país, tiene estrangulada la esperanza.

Obama tiene mala memoria, se ha saltado el recuerdo de décadas de trapacerías y la constante subversión en el continente americano llevado a cabo por estas mesnadas que tomaron el poder en la isla en 1959: guerrillas, preparación de golpes de Estado, sabotajes, desembarcos y tráfico de drogas, en fin el terror entrenado desde Cuba. Todo más que comprobado con el caso Ochoa, los hermanos de la Guardia y unos infelices condenados juntos a ellos, anónimos en la memoria popular. Ahora este hombre lo obvia todo y le entrega no en bandeja de plata, sino en bandeja de oro las relaciones con esta gran nación y la apertura a los centros financieros del mundo, porque eso viene después que la bandeja.

A este hombre que gobierna desde Washington se le ha quedado en el baúl de los recuerdos la tortura a oficiales norteamericanos en Vietnam por bandidos comunistas de la isla, la intervención interminable en África, su apoyo a Argelia contra Marruecos su alianza con Kadafi, Mengistu Haile Mariam, Angola, entrenamiento del Frente para la Liberación de Palestina en Cuba, tropas cubanas en territorio sirio en la guerra contra Israel y muchas otras acciones que se nos quedan en el tintero.

Sí, no nos queda más por decir por ahora: “Vergüenza para Obama, para el gobierno canadiense—anfitrión de una trama incalificable– y una condena de dignidad contra los topos que merodean en el Vaticano”.