Graciano Palomo, un yayoflauta cabreado
Y es que no merece la pena responder a los ladridos de ese yayoflauta, agradecido a los sorayos, rajoys, por haberlo colocado de tertuliano, remunerado, claro, en la televisión oficial. La estatal. La que se paga con el dinero de los contribuyentes. La televisión que coloca a enchufados, aunque sean inútiles. Es lo que tiene publicar libros por encargo de algún empresario casposo, o por los líderes del pepé que luego llegan a La Moncloa y pagan servicios prestados.
Porque mira que llevo años y años sufriendo las consecuencias de no ser un periodista progresista, como imagino que será el palomo que tilda de fascista al que hace una crónica no a su gusto. Un servidor no escribe al dictado. No tiene jefes a los que inclinar el espinazo. No tiene que agradecer favores. Ya se lo escuché, varias veces, a Emilio Romero. Lo tuve de jefe supremo mientras era reportero del diario Arriba: La libertad de prensa, la opinión independiente, sólo la pueden dar las empresas solventes económicamente. Y un periodista independiente es el que no recibe indicaciones del que le paga. Pues ese es mi caso, Graciano. No soy un perroflauta de ninguna ideología política. Nunca seré un periodista yayoflauta recomendado por partido alguno.
La salida de calificarme de fascista, en una televisión privada, sólo con el argumento de haber sido reportero del diario El Alcázar tiene poca solidez. El director que fue del periódico El Socialista, como sabrás, también trabajó en el diario El Alcázar, y no tiene un pelo de fascista. ¿Sabes a quién me refiero? Fascistas son los que se creen miembros del partido único y tiemblan cuando ese partido único se hunde. Fascistas son los que babean ladrando, ladrando con cara de perro, y acusando de nada en concreto a quien opina algo que molesta a tus jefes.
Y es que, repito, no merece la pena responder a los ladridos de ese yayoflauta. Como periodista ya me jugué la vida, varias veces, enfrentándome a la mafia local que gobernaba en mi tierra. Dirigí un diario que sufrió atentados, bombas, tiroteos, y que no se rindió hasta que logró que Garzón metiera en la cárcel a toda la banda mafiosa que durante decenas de años había sembrado mi ciudad de crímenes, extorsiones y amenazas.
Ya sufrí las amenazas de un verdadero y peligroso mafioso. Las amenazas del palomo yayoflauta son de taberna. Que se tome un whisky de mi parte y se relaje. Graciano: Que no te voy a responder, por supuesto.
Ha querido tener pareja por Marbella y la he tenido me cuentan. Claro que también cuentan que Graciano Palomo ha estado metido en lo del Malaya y ha salido salpicado, no se sabe si al bolsillo. A saber.
Graciano Palomo… De este que no se fie nadie, es mala gente. No le he conocido acto bueno, Es violento, agresivo, y dicen que tramposo el plumilla éste. Qué dices del Malaya?
He buscado sobre este periodista, bueno es tapadera. El tipo se ha hecho rico y no se sabe de donde, igual lo del Malaya que decían algunos. Me jode que maltrate a tantos y lo de esa chica suena a violencia igual hasta de genero.
Hace unos años coincidí con este ser humano en un viaje de prensa. Jamás olvidaré cómo humilló a una periodista (mujer tenía que ser teniendo en cuenta lo misógino que es). La pobre lloraba y lloraba y el tipo, cuanto más lloraba la muchacha (era jovencísima) más se crecía. Por lo que veo sigue igual de prepotente. Qué asco
Vivo en Madrid desde hace 20 años. Me parece una mala persona ese Graciano. Siempre con insultos y amenazas por lo que leo. Sus intervenciones en la tele, de acuerdo con lo de plomo y siempre dice lo mismo. Le da igual una ideologia que otra, siempre que le paguen por lo que veo. Tiene que callar mucho y lo del Malaya.
Graciano Palomo es un plomo (como su propio apellido indica quitando la A). Cada vez que interviene como tertuliano empieza con unos preámbulos interminables y sinsustancia que aburren al más paciente. Me fío más de los que reciben el insulto “fascista” que de los que lo pronuncian.
Para que no haya confusiones
fascista.
1. adj. Perteneciente o relativo al fascismo.
2. adj. Partidario de esta doctrina o movimiento social. U. t. c. s.
3. adj. Excesivamente autoritario.
fascismo.
1. m. Movimiento político y social de carácter totalitario que se produjo en Italia, por iniciativa de Benito Mussolini, después de la Primera Guerra Mundial.
2. m. Doctrina de este partido italiano y de las similares en otros países.
en otros países como la España franquista.